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Pobres como ricos: algunas sugerencias preelectorales

José Rafael Vilar

Analista y consultor político

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Como hasta el 18 de abril se registrarán las alianzas electorales y para ello la veintena larga —y creciente aún— de precandidatos presidenciales se prepara para el Convite (mi amigo querido y patricio recordado Luis Ramiro Beltrán me hubiera rectificado como “Fiesta Democrática” pero yo, siempre desconfiado de cómo se comportan algunos, prefiero pensar en Lázaro y el rico olvidado y sediento después de su convite que Lucas describe magistral y ríspidamente) con ideas y, quizás, hasta programas ya, me atreveré a decir alguna sugerencia que no sobrará. Que se emplee o no, ya no es mi menester.

Empezaré por recordar que Bolivia es un país con 11.312.620 de habitantes (me guío en el cuestionado Censo pasado pero de algo oficializado hay que referir); no me voy a preocupar de los 7.131.075 de habilitados en el Padrón Electoral porque… va a ser revisado. En 2024 (año de ese cálculo poblacional), oficialmente tuvimos un Producto Interno Bruto a Precios de Mercado (o con Paridad de Poder Adquisitivo: PPA) de USD 45.468 millones; eso quiere decir que el ingreso para cada boliviano (PIB per cápita o PIBpc) fue de USD 4.019 (DATOSMACRO y el Banco Mundial calcularon menos porque utilizaron las proyecciones previas del Censo, que ya sabemos cuán distorsionadas —¿o sinceras?— fueron). Para cerrar este párrafo me referiré a la deuda pública total (del Estado: interna + externa) que en febrero 2025 era de USD 43.173 millones (FMI); por ende, sin calcular la deuda privada que podemos tener los bolivianos, cada uno de nosotros —ciudadanos o no, incluyendo cada niño que en este momento está dando su primer grito en cualquier rincón del país— debemos USD 3.816,23… y subiendo.

Así debemos casi casi tanto como nos toca de alícuota de la riqueza nacional (la deuda pública cerró en 2024 en el 86,7 % del PIB). Con una inflación anual el 2024 del 10,66 % (INE), una escasez de dólares y combustibles desde 2024  hasta hoy y una economía estancada —que sigue el método del mal cirujano que corta el pie por una uña enterrada cuando cierra las exportaciones que paliarían la crisis—, estamos (y estaremos) bien fundidos (sustituya usted el sinónimo).

Como ya sabemos que somos pobres (en un país rico), voy a poner un ejemplo de los que nos gastamos: Bolivia elegirá en agosto (o cuando sea) 36 escaños al Senado (con sus suplentes), 130 escaños a la Cámara de Diputados (con sus suplentes) y 9 parlamentarios supraestatales (con sus suplentes); eso suma 350 elegidos —me quedaré con 175 titulares y no contaré sus sueldos. (A fines de la posterior comparación, descartaré los 9 supraestatales titulares + sus 9 suplentes que, en realidad, nada hacen y recordaré que antes de la constitución masista de 2019, no había esa categoría, que era llenada por diputados titulares). La conclusión es que, por cada 64.644 habitantes de este país, habrá un asambleísta nacional/plurinacional.

¿Le parece bien? Veamos.

Olvidemos su productividad (acá ser levantamanos o consignero no lo convierte en eficiente), una comparación con algunos vecinos del entorno de Las Américas puede ser útil: Argentina tiene 257 Diputados y 72 Senadores = 329 congresistas; su población total calculada (2024) fue de 45.538.401; por ende, hay un congresista titular cada 113.561 argentinos (o lo que es lo mismo: 176 % más argentinos representados por un congresista que en Bolivia); en 2023 el PIB PPA de nuestro vecino fue de USD 1.239.515 millones (FMI). México tiene 500 Diputados y 128 Senadores = 628 congresistas; su población total calculada (2024) es de 137.554.383; por lo que hay un congresista titular cada 219.036 mexicanos (o lo que es lo mismo: 339 % más mexicanos representados por un congresista que en Bolivia); en 2023 el PIB PPA de México fue de USD 3.420.000 millones (FMI). Brasil tiene 513 Diputados y 81 Senadores = 594 congresistas; la población total calculada de Brasil en 2025 es de 211.695.000; entonces, en Brasil hay un congresista titular cada 356.389 brasileños (o lo que es lo mismo: 551 % más brasileños representados por un congresista que en Bolivia); en 2023 el PIB PPA de Brasil fue de USD 4.260.000 millones (FMI). Para cerrar estas comparaciones, EE.UU. tiene 435 Representantes y 100 Senadores = 535 congresistas mientras que su población total calculada (2025) es de 335.135.000; eso significa que en EE.UU. hay un congresista titular cada 626.421 estadounidenses (o lo que es lo mismo: 969 % más estadounidenses representados por un congresista que en Bolivia). en 2023 el PIB PPA de EE.UU. fue de USD 27.970.000 millones (FMI).

En rápido resumen, Argentina tiene el 88 % más de congresistas titulares que nosotros a pesar que nuestro PIB PPA es el 3,67 % del argentino; México un 258 % más congresistas titulares que nosotros pero su PIB PPA es 75 veces más que el nuestro. Brasil tiene el 239 % más de congresistas titulares pero su PIB PPA es casi 94 veces el de Bolivia. Por último, EE.UU. tiene el 206 % más de congresistas titulares que Bolivia pero su PIB es más de 615 veces el boliviano.

¿Acaso no somos unos pobres (de solemnidad) creyéndonos (muy) ricos?

Una apostilla electoral para cerrar: Ayer viernes se anunció que dos precandidatos presidenciales (Samuel Doria Medina y Vicente Cuéllar, éste sin posibilidad propia) firmaron un acuerdo electoral, al que anunciaron se firmarán otros con Juan del Granado y el prefecto y senador Carlos Börth, ambos sin posibilidades personales pero con espacios políticos propios aunque de menor importancia (que cuando hay hambre, no hay pan chico ni duro). Al margen que este acuerdo desahucie prácticamente el Bloque de Unidad —al que hace rato, por los encontrones entre Doria Medina y Jorge Quiroga y sus actividades individuales, he llamado el Bloque de Des-Unidad— formado por Quiroga, Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Amparo Ballivián y los antes mencionados Doria Medina y Cuéllar.

Sin embargo, estos acuerdos son más inteligibles si recordamos que Doria Medina, Cuéllar, Del Granado y Börth provienen originalmente de corrientes socialdemócratas (MIR) y derivadas (MBL). ¿Se rehace la centroizquierda de los 80-90 desapareció que el MAS?

Espero la próxima encuesta de Panterra y el siguiente Informe Delphi para ubicar esas expectantes conciliaciones y entonar el Réquiem (prefiero el de Verdi por su Sanctus).

Información consultada

https://www.oas.org/dil/esp/constitucion_bolivia.pdf


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José Rafael Vilar

Analista y consultor político

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