Opinión

“Que la DEA no me vea…”

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El caudillo cocalero Evo Morales está estresado. Ve a la DEA hasta en la sopa, pese a que él mismo la expulsó del país en 2008 por conspiración. Oficialmente se conoce que la DEA volvió a operar desde julio de 2019 en Bolivia, cuando él seguía como Presidente, para desbaratar una organización narco compuesta por Maximiliano Dávila Pérez, Omar Rojas Echeverría y otros bolivianos y extranjeros.

El estrés que sufre Morales con la DEA seguramente tiene su origen en querer saber cómo es que la DEA, a través de un agente encubierto y un informante, organizó reuniones en territorio boliviano que derivaron en la detención y extradición de bolivianos acusados de traficar cocaína y armas a Estados Unidos desde Bolivia.

El también presidente de las federaciones cocaleras del Chapare tiene claro que su principal enemiga es la agencia antinarcóticos estadounidense. De hecho, ya la combatió en su época de dirigente y sabe que es algo que aglutina, unifica políticamente a las bases del masismo, y es el elemento diferenciador con la actual administración gubernamental.

Le permite, además, pasar de la defensa (víctima) al ataque (denunciante) y viceversa buscando generar cohesión en torno a su figura. Para Morales, es más importante generar espanto frente la DEA que preocupación sobre el narcotráfico que ha transformado al país en productor y exportador de drogas en grandes volúmenes.

Su última arremetida contra la DEA fue a través de un pronunciamiento precisamente de las federaciones cocaleras luego de que el Ministro de Gobierno denunciara que diputados y dirigentes del masismo se enriquecen con la hoja de coca. El documento, supuestamente destinado a Eduardo del Castillo, fustiga siete veces a la agencia norteamericana.

“Al decir (el Ministro de Gobierno) que pedirá informes a la DEA demuestra que no tiene dignidad ni identidad y tampoco ejerce su función de velar por la seguridad interna de nuestro país”, dice la primera referencia del documento. “No vamos a permitir que un Ministro de Gobierno vuelva a someter a nuestro pueblo a los abusos y violaciones a la soberanía nacional por parte de la DEA”, sentencia la séptima.

Pero, lo que en su momento fue una advertencia del caudillo político y dirigente cocalero, ha pasado a ser una declaración de guerra contra la agencia estadounidense y sus operadores en el país.

Este fin de semana Morales subió el tono, pero al mismo tiempo su nivel de preocupación por la DEA al afirmar que ésta opera en el Ministerio de Gobierno, del cual ahora hay que cuidarse, ya que está buscando la manera de “implicar y satanizar al movimiento campesino del trópico de Cochabamba”, especialmente a sus líderes “como Evo, Andrónico y Loza”.

También insinuó que estaría detrás de la designación de autoridades antidrogas, como sucedía en la época neoliberal, y se refirió concretamente al exdirector de la fuerza antidrogas José María Velasco, quien fungió como jefe de seguridad de la expresidenta Jeanine Áñez, luego asumió la dirección de la fuerza de lucha contra la violencia en Santa Cruz y fianalmente fue nombrado Director General de la fuerza antinarcóticos del país.

Pero la cosa no queda ahí. El estrés de Morales podría estar convirtiéndose en paranoia porque afirmó que conoce que hace meses se envió a un capitán y tres policías al penal de Palmasola para que los detenidos preventivos del caso de los ítems fantasmas en la Alcaldía de Santa Cruz impliquen al exalcalde Percy Fernández y a él a cambio de obtener su libertad.

“Hasta ahora intento averiguar quién manda a ese capitán y tres policías a Palmasola para ofrecer eso (libertad) a los detenidos por (el caso) ítems fantasmas. Hasta ahora no nos dicen nada. ¿Es el comandante de la Policía? ¿Es la DEA? ¿Quién instruye eso? Los detenidos dicen que no tienen por qué montar. Estoy hablando de meses”, dijo el domingo 10 de abril en su programa radial desde el Chapare.

Parte del estrés del caudillo político y dirigente cocalero podría estar relacionado con que desde hace tres meses, el Ministerio de Gobierno no tiene un titular en el Viceministerio de Régimen Interior, cargo que ocupó hasta el 10 de enero el personaje cuestionado Nelson Cox, quien fue despedido por whatsapp.

Morales está dispuesto a todo para sacar del camino al ministro Del Castillo y retomar el control absoluto del Ministerio de Gobierno y, a partir de ello, recobrar influencia definitiva en el conjunto de la administración del presidente Arce, sobre quien se ha cuidado en no hacer ninguna alusión respecto a la DEA.

Para tranquilizar al jefe del MAS, alguien debería recomendarle que escuche una canción compuesta e interpretada por Atajo, una banda boliviana de rock muy conocida hace años, que en el estribillo de uno de sus mejores temas repite casi premonitoriamente: “Que la DEA no me vea que me causa estrés, que la DEA no me vea que me causa estrés…”


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