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Semana Santa (y luego: lo non sanctus que aún viviremos)

Lo que pienso

José Rafael Vilar

Analista y consultor político

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Este domingo —Domingo de Ramos— iniciamos la Semana Santa (la Sexta Semana de la Cuaresma)​, una de las dos principales conmemoraciones anuales —junto con la Natividad— de casi todas las confesiones cristianas (católica, luterana, copta, ortodoxa, anglicana, incluyendo algunas evangélicas, anabaptistas, bautistas, metodistas, reformadas, presbiterianas, congregacionalistas y cristianas no confesionales) desde que el año 325 el Primer Concilio de Nicea fijó la fecha de celebración de la Pascua el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera en el Hemisferio Norte (la denominada luna llena eclesiástica), reviviendo en fe así la Pasión y Muerte de Cristo: la Entrada a Jerusalén, la Última Cena —institución de la Eucaristía, Sacramento de Amor—, el Viacrucis —con sus catorce Estaciones de la Pasión— y la Muerte hasta llegar a la Resurrección de Jesús de Nazaret (Jesucristo; Iesoús Christus, el Ungido, el que Pablo celebra en Efesios, 1:3) el siguiente domingo —tercer día luego de crucificado, de acuerdo con los evangelios canónicos— cuando celebramos la Pascua: Pascua de Resurrección, Pascua Florida, Domingo de Pascua o Domingo de Resurrección, la fiesta central del cristianismo; «Pascua» que proviene del hebreo Pésaj y del arameo pásja —la lengua original de Jesús— y que es transliterado en el latín pascha desde el griego pásja —la lengua del Apóstol Pablo, Saulo de Tarso— y cuyo significado podemos entenderlo como «tránsito, cambio, transformación»: el de la Cuaresma.

El término griego ichthys (ἰχθύς) —símbolo cristiano que representa un pez a través de la intersección de dos arcos— fue empleado por los primeros cristianos como un símbolo secreto, pero en mayúsculas (ΙΧΘΥΣ) es el acrónimo de Ἰησοῦς Χρῑστός Θεοῦ Υἱός Σωτήρ: “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”.

No me extenderé sobre los hitos que se conmemoran porque, además de muy conocidos, no es mi objetivo: Le hablaré, amigo lector, sobre lo que significa en la Fe cristiana en global —con independencia de su denominación— y en la católica en particular la conmemoración de los grandes acontecimientos de nuestra Redención, los santos los misterios que en ella celebramos como creyentes.

Tras la Cuaresma, tiempo de preparación espiritual para la Pascua, llega el tiempo de penitencia y de renovación y de perdón a través de la oración, la conversión, la humildad, el arrepentimiento de los pecados, la limosna, la vida sencilla y la abnegación, todos sacrificios entendidos en «el Amor que nos tiene» (1 Jn 4,9), virtudes que debería extenderse por toda la visa del cristiano, más allá de los siguientes días del Pentecostés.

Ya vimos lo sanctus que pronto nos espera esta nueva semana; nos falta lo non sanctus que nos acompañará meses: el Viacrucis boliviano hacia las elecciones generales… y lo que venga después.

Los primeros perfiles de expectativas de la población pedían un opositor nuevo y joven: No hubo tales, porque los candidatos no eran nuevos ni tan jóvenes (aunque no viejos porque el mayor tiene mi edad): Doria Medina (66 años), Camacho —en intercesión— (46), Quiroga (64), De Mesa (71), Reyes Villa (70), Chi (55), Böhrt (72), Cuéllar (la edad ni la fecha no aparecen en sus datos biográficos), Fernández (61) y Ballivián (64); de ellos, seis habían fracasado en sus intentos anteriores Doria Medina: en 2005 (3° lugar), 2009 (3°) y 2014 (2°); Camacho: 2020 (3°); Quiroga: 2005 (2°) y 2014 (3°); De Mesa: cuando el fraude de 2019 (2°) y 2020 (2°); Reyes Villa: 2002 (3°) y 2009 (2°); Chi: 2019 (3°), y Fernández: 2002 (6°), aunque Quiroga y De Mesa fueron presidentes por heredad constitucional. (Böhrt, Cuéllar y Ballivián nunca han lidiado).

Pero obviando que los candidatos opositores no eran nuevos ni tan jóvenes, lo peor ha sido la desunidad: En la oposición se formó primero un Bloque de Unidad —que a la bastante corta confirmó mi apelativo desde pronto para el inicio: Bloque de Des-Unión— con Doria Medina, Camacho, Quiroga, De Mesa, Cuéllar y Ballivián (al que sumaron Böhrt y Del Granado, entre otros; también aparecieron una alianza presunta entre Manfred y Chi y una larga (y bastante incierta) lista de otros precandidatos opositores, a la que se fueron sumando Fernández —que había roto la cobertura de “su” UCS con CREEMOS como hizo el FRI con COMUNIDAD CIUDADANA, juntuchas inestables desde el mismo 2020 más que comprometidas alianzas— y también Dunn. Al poco, y como un avance, en el Bloque se quedó el decidir  El Candidato mediante una encuesta (cuál primaria masiva) entre Doria Medina, Quiroga y Ballivián, abandonando el resto sus prepostulaciones; pero lo que parecía como un avance se cambió en una pelea permanente entre Doria Medina y Quiroga y una secuencia de (aparentes) zancadillas entrambos. Hasta que, más pronto que tarde, se cumplió lo que muchos esperábamos (incluidos de sus miembros): se quebró el Bloque. Egos, ambiciones, personalismo, hȳbris.

Em una elección —máxime en la crisis socioeconómica y éticomoral que vivimos— el candidato que pretenda el éxito debe aprender a seguir las virtudes cardinales: la prudencia —“regla recta de la acción” (auriga virtutum) la llamó Santo Tomás—, la justicia —la virtud moral—, la fortaleza —que asegura la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien— y la templanza —que es el dominio de la honestidad sobre los instintos y los deseos; también deberá nutrirse de otras dos virtudes (de las denominadas teologales): la esperanza y la caridad —la generosidad, la solidaridad. Todas ellas juntas —prudencia, justicia, fortaleza, templanza— con la capacidad de generar esperanza y fomentar la solidaridad, son los ladrillos sobre los que se forma un candidato.

Hoy hay —hasta ahora, al menos— cuatro posibles candidatos de la oposición: Quiroga, Doria Medina, Manfred/Chi —si no rompen— y Dunn (un quinto, Fernández, posiblemente sólo busca postor para su sigla más que ser realmente candidato). Y dos del continuismo: Arce (sin posibilidades) y Rodríguez (posiblemente con Copa); Evo, por todo el ruido que haga, está descartado y sin partido alguno.

Pero la historia non sanctus continúa y estos meses (hasta agosto y octubre después) seguiremos viendo acciones y declaraciones lejos de ser sanctus

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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José Rafael Vilar

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