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La realización del Censo de población, no logró convertirse en una Causa Nacional, aquí radica la debilidad del Comité Pro Santa Cruz y la de legisladores, instituciones, organizaciones y ciudadanos interesados en su realización. El Masismo procedió con maliciosa astucia divulgando el relato que el Censo obedecía al interés egoísta de los cruceños, para acaparar más recursos de los que actualmente disfrutan. Ágilmente, para ganar aliados, advirtió a varias regiones que perderían representación parlamentaria y recibirían menos dinero.
Santa Cruz fue aislada por una estrategia del MAS, invocando otra vez la leyenda de confrontación colla-camba, para evitar que se desvele el fraude sistémico, instalado en el padrón electoral y la monumental maquinaria estatal. Las circunstancias operaron en contra, no se dieron las “condiciones subjetivas” necesarias. No es suficiente poseer la razón y legalidad, para hacer atractivo un planteamiento y transformarlo en Causa Nacional.
No es primera vez que la cruceñidad se moviliza por una Causa Nacional, en Julio de 1982 la Asamblea Cívica exigió: la restauración de la democracia, las libertades ciudadanas y el alejamiento de los militares del poder. Este hecho histórico poco conocido, tuvo como principal conductor al presidente José Luis Camacho Parada. Impulsó desde 1981 con la directiva cívica, importantes acciones para la reposición del Estado de Derecho.
Estando clandestino en tierras cruceñas, junto a un núcleo de luchadores demócratas como: Susana Seleme, Rolando Arostegui, Roger Longaric (+), Eduardo R, Carlos S, Hormando Vaca Diez (+), Neisa Roca y Heberto Castedo, logramos articular en agosto de 1981 las iniciativas impulsadas por los militares patriotas Gary Prado Salmon, Lucio Añez, Moisés Schiriqui, Emilio Lanza y el expresidente Luis Adolfo Siles Salinas, para lograr una masiva concentración en la Plaza 24 de Septiembre. Allí, desde los balcones de la Prefectura, los líderes y ciudadanía —captando el sentimiento boliviano— resolvieron hacer de la lucha por la democracia, una Causa Nacional.
Sobrevino una insurrección civil pacífica, quedó paralizada la ciudad y las familias alimentaron a la tropa militar que estaba parapetada en las calles, los caminos, y el aeropuerto de El Trompillo, para evitar que grupos paramilitares de la dictadura inicien una cruenta represión. Así reflejaba en su edición del 5/08/1981 El País de España la situación: “Los sublevados controlan Santa Cruz y advirtieron que avanzarán hacia La Paz si el General Luis García Meza no renuncia”. El resultado, fue la renuncia del dictador.
Otro suceso relevante, fue la lucha del Comité Cívico presidido por Jorge Landivar para lograr la elección de alcaldes y concejales, captaron el sentir ciudadano para hacer más amplia y representativa la democracia. Obtuvieron la Resolución Municipal 031/84 para elegir al alcalde; mediante una hábil labor de persuasión al gobierno de Hernán Siles Suazo, en reunión efectuada en La Paz, consiguieron la emisión del Decreto Supremo de junio de 1984, convocando a elecciones democráticas de alcaldes.
Es muy significativo que la Fexpocruz constituya un escenario de integración de los productores nacionales, complementado por acuerdos con organizaciones: productivas, campesinas del altiplano, El Alto, y otros.
El terror de los cautivos de las subvenciones y prebendas estatales del régimen masista, es que Santa Cruz sea el principal motor económico del país y el departamento más poblado. La historia también se escribe desde el oriente.
Nadie olvida el importantísimo papel que con “puntualidad histórica” desplegó el Comité Cívico en octubre-noviembre de 2019, en las heroicas jornadas de los 21 días de resistencia no violenta al régimen corrupto de Evo Morales y al fraude vergonzoso. El resultado fue la renuncia y huida del dirigente cocalero. Curiosidad histórica: uno de los principales promotores Luis Fernando Camacho, es hijo del líder cívico de 1981-83.
Los eventos señalados dan las suficientes credenciales para que Santa Cruz pueda liderar la gran cruzada nacional para la realización del Censo en 2023, hay que trabajar pacientemente y sin precipitaciones, basándose en el “principio de realidad” y no caer en las provocaciones del masismo, ni en la trampa del victimismo.