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El 21 de agosto de 2024, al menos en mi memoria, quedará registrado como el día en el que el presidente Arce lanzó un brulote muy dañino para el país; entiéndase el término como un “barco cargado de materias combustibles e inflamables, que se dirigía sobre los buques enemigos para incendiarlos” (Diccionario-Definiciones de la Real Academia Española); aunque el enemigo fue el pueblo boliviano, a quien, el presidente pretende “emponcharle” la responsabilidad que su cobardía institucional no se atreve a asumir como tarea exclusiva de gobierno: regular y adecuar a la realidad económica del Estado, el precio de los combustibles, porque, a decir de su ministra Marianela Prada, tomaron como lección lo ocurrido con Evo Morales, quien el 2010 no consultó al pueblo y la sublevación fue muy dura.
Dijo la ministra: Evo Morales, estando fuera del país, tomó “una determinación mediante un decreto supremo de levantar la subvención de los hidrocarburos. Se la toma sin involucrar al pueblo en la decisión siendo que el tema de la subvención de combustibles hace a la economía diaria de las familias, se genera un malestar generalizado”, como si Arce estuviera obligado a actuar del mismo modo y no de otro, con el objetivo de sincerar los precios y hacer entender que se actúa por el “interés supremo del Estado”. Eso hace un presidente que se precie de tal.
En efecto, confundida en la justificación de Arce, la ministra no discriminó entre la reacción popular y la desacertada manera de hacer las cosas por parte de Evo Morales, quien asustado por la misma, decidió cometer la estupidez de “congelar los precios de los carburantes”, acción que Arce no se atreve a descongelar, dejando que sea, “el perjudicado”, es decir la población afectada, quienes lo hagan.
Gobernar es responsabilidad; responsabilidad es hacer lo correcto en materia administración de los intereses del país, por encima de los intereses personales; esa responsabilidad no la ha asumido Arce, quien, a partir de su accionar, no tiene argumentos para seguir siendo el presidente de los bolivianos, buscando una reelección que no merece.
Y quiero dejar claro que no estoy pidiendo su renuncia; no señor, eso no lo haré por nada del mundo, porque él debe dejar el gobierno, cuando termine su mandato o pierda en su sueño reeleccionista.
Aseguro que no es correcto concederle la excusa o de que no se lo dejó terminar; no señores, el presidente Arce Catacora debe hundir al país hasta donde su irresponsabilidad lo lleve o, intentar hacer algo en esta materia, en base a su declaración del 21 de agosto, cuando, como justificativo del absurdo referéndum, por ahora rechazado por el TSE, dijo:
“Como estamos no vamos a poder seguir adelante, va a ser muy costoso, quizás más costoso que enfrentar el levantamiento gradual, paulatino, sistemático, estratégico y sectorial, como quiera llamársele, de la subvención, para que poco a poco nos vayamos liberando de este lastre que afecta a todo el país” (https://eldeber.com.bo/dinero/arce-defiende-referendum-y-advierte-como-estamos-no-vamos-a-poder-seguir-adelante_382362) aunque debió usar esos términos para justificar la irrenunciable responsabilidad de aumentar el precio de los combustibles en el país, de manera “gradual, paulatina, sistemática, estratégica y sectorial” (sus propias palabras usadas como corresponde) poniendo en claro que no hay otro camino.
Los términos citados por Arce los vengo argumentando, desde mis programas de Radio, TV y RRSS (CARLOSVALVERDEENLARED, CFVBSinCompostura- RRSS, Radio Marítima y SNTV, Santa Cruz) de manera casi cotidiana desde hace al menos un año y medio, cuando empezó a acentuarse la crisis de diésel y gasolina (de menor impacto) de manera que no son nuevos.
Lo mismo han hecho decenas de analistas políticos y en energía, preocupados por el rumbo que toma la economía del país, por la cobardía institucional del presidente Luis Alberto Arce Catacora.
Y no podemos poner un apodo a la cobardía presidencial que huele mal y, su fetidez impregna el futuro económico del país, porque el hombre no se atreve a asumir responsabilidades de Estado, responsabilidades que, de haberlas tomado a tiempo, seguramente al menos nos hubiéramos salvado de la tremenda y disparatada gastadera de una plata que no tenemos.
Según datos del INE, el año 2023, las importaciones de gasolina y diésel sumaron 2.848 millones de dólares y, este año podemos llegar a una suma cercana de entre 3.400 y 3.600 millones de dólares (proyectado a fin de año) en la importación del 86% del diésel y el 56% de la gasolina que se consume). Ver:
(https://www.infobae.com/movant/2024/06/13/bolivia-gasto-por-importaciones-de-combustible-se-disparo-en-la-ultima- decada/#:~:text=El%20presidente%20Luis%20Arce%20Catacora,consumida%20en%20el%20mercado%20interno.), de manera que no es que el hombre no sepa a qué se enfrenta, sino al hecho de que no tiene el coraje de asumir la responsabilidad, por miedo o por cálculo político, cosa que, en ninguno de los 2 casos es aceptable.
Recientemente hemos sugerido que, si tiene tanto miedo a suspender las subvenciones, tome la decisión de subvencionar sólo ese 14% de diésel y el 44% de la gasolina que se produce en el país del poquito de petróleo que tenemos, hasta que eso que queda se acabe, o sea por cuatro o 5 años más, vendiéndolos en surtidores de YPFB, donde las filas serán interminables y la producción intermitente y que el resto a consumir lo libere a que empresas privadas lo traigan para venderlos en las Estaciones de servicio privadas a precios reales. Va a ser duro? claro, pero se acabará el desastre.
Eso, si les agrada, se lo pueden endilgar a los 2 gobiernos, Arce y Morales, quienes gastaron, desde 2014 hasta 2023 una suma cercana a 14.315,5 millones de dólares; que se hagan cargo y repartan culpas entre ellos.
Arce espera que esto se defina en referendo, el 1 de diciembre, es decir, conoce el problema, pero… le da tiempo de 3 meses de vigencia, o sea, está dispuesto a perder 1000 millones de dólares más, y si lograra llegar a referéndum y este es negativo para los intereses del país, debiéramos aumentar unos 4.000 millones más (que no tenemos) el año siguiente, dejándole además, atada la responsabilidad al gobierno que venga.
Por eso sostengo que Arce no puede seguir siendo presidente después de cumplir su tiempo, porque sabiendo el problema y conociendo el camino para ir aplacándolo, no lo sigue, “el levantamiento gradual, paulatino, sistemático, estratégico y sectorial, como quiera llamársele, de la subvención” (argumentado por Arce) es una obligación; no hacerlo es faltar a sus deberes formales como presidente.
Referendo: lo dijimos, no debe hacerse para eso, pero, además, es traspasar responsabilidades que no quiere asumir como gobierno, es también tendencioso, inductivo, violatorio de la CPE, porque busca cambiar la CPE, desde afuera del procedimiento, hecho este que fue negado y, luego aceptado por el tristemente célebre ministro de Justicia, candidato a Fiscal General que, al haberse aplazado en lo básico, debe volver a la Universidad a cursar Derecho constitucional, administrativo y procedimental.
Igual, sobre el tema no hay que cantar victoria, solo porque el TSE ha observado el mamotreto presentado el 21 de agosto, firmado por Arce Catacora en las 4 preguntas. Veamos: la 1, “solo cumple el criterio de imparcialidad y no cumple los criterios de claridad y precisión; además, podría implicar la reforma parcial de la CPE”.
Las 2 y 3: “no cumplen los criterios de claridad, precisión e imparcialidad, por lo que se sugiere una nueva redacción” y, la 4, es peor: “se advierte que como se encuentra redactada, no corresponde la realización de un Referendo por Iniciativa Presidencial, sino un Referéndum Constitucional Aprobatorio convocado por iniciativa popular o ley aprobada por 2/3 de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Resultado: 1 no va y 3, hay que rehacerlas, aunque pudieron haber sido rechazadas también por haber sido mal planteadas, es decir, irrealizables, pero el TSE no es de todo confiable.
Eso dice el TSE, pero falta lo que diga, una vez que Iván Lima, el operador judicial del gobierno cambie la formulación y “converse” con el TSE; no olvidemos que en este país se practica una “Democracia Iliberal”, es decir que el poder Ejecutivo ha tomado los demás poderes independientes el Estado, de manera que, nada está dicho, pero… quién nos priva el derecho de ilusionarnos con que, al fin hay una posibilidad de que el TSE actúe a derecho?.
Así estamos; Arce achica sus posibilidades de todo y arrastra tras de sí, al país. Es un precio demasiado alto.