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Regreso de Trump cambia todo en la región
El regreso de Mirada Sur coincide con otro retorno, este sí, que cambia toda la realidad política en la región. Hablamos, obviamente, de la asunción de Donald Trump como presidente número 47 de los Estados Unidos de América. Es tanto lo que se ha dicho, y lo que se puede decir, sobre el regreso de Trump a la Casa Blanca, que se podrían escribir varios libros al respecto. Pero aquí queremos enfocarnos en lo que tiene que ver con la región.
Para empezar, a nivel cultural. Más allá de que nos gusten más o menos las políticas del nuevo mandatario, hay un hecho relevante y es el cambio de tono en la sede del poder global. Una cantidad de aspectos del debate público donde en particular quienes somos liberales y creemos que el estado es el principal obstáculo para el florecimiento humano, y que ya desde su primer discurso, Trump dejó en claro que se vienen cambios de fondo. Parte nuclear del “hacer América grande de nuevo”, tiene que ver con liberar a la persona de una cantidad de cargas y regulaciones, y Trump parece ir claramente por ese camino.
Algo similar sucede con el tema de la libertad de expresión. Justificadas por la defensa de minorías y otras causas aparentemente muy positivas, desde Estados Unidos se estaba irradiando un mensaje muy peligroso para todo el mundo. Que el derecho de ciertos grupos a no ser ofendidos, justificaba limitar lo que se puede discutir y opinar. Esos tiempos parecen haber acabado en EE.UU., y es algo para festejar, ya que tendrá impacto en el resto del planeta.
Un tercer punto relevante, tiene que ver con el vínculo con nuestra región. Por encima del tema migratorio, que tiene infinidad de aristas, ha generado titulares una declaración de Trump que parece haber sido sacada de contexto. Esa que dice que “EE.UU. no necesita a América Latina. Ellos nos necesitan más a nosotros”. Si se lee el original de la declaración, queda claro que la intención (distinto a lo que han mencionado los medios), no es minimizarnos. Y, de hecho, lo que dice Trump es 100% verdad. Pero este momento es una oportunidad dorada para la región de dejar de culpar de todo al vecino poderoso, y de esperar sus migajas para desarrollarnos. Algo parecido decía la amiga Gloria Alvarez hace poco.
Por último, la política hacia las dictaduras de la región. Mucho se ha hablado de ello, pero nos pareció importante destacar esta declaración del nuevo Secretario de Estado, Marco Rubio, al respecto. Que aclara muchas cosas. Y esta nota del diario colombiano El Tiempo, que también aporta datos fundamentales.
Es interesante lo que opina nuestro CEO, Gonzalo Schwarz sobre el regreso de Trump. “Lo que se percibió en su discurso de asunción, es que apunta a fortalecer a toda costa la economía de su país, recortando el gasto, eliminado regulaciones, todo lo cual es positivo para el país y la región”. “Lo peligroso es el tema de las tarifas y trabas comerciales, aunque muchos piensan que en el fondo se trata de una herramienta de negociación, al estilo Trump, para traer a todos los países a la mesa, y lograr mejores condiciones para el comercio de su país”.
México, entre esperanza e incertidumbre
Si hay un país de la región que sentirá de lleno el impacto de esta era de Trump “recargado”, es sin dudas México. Desde el tema comercial, pasando por el migratorio, y hasta lo político, el país más al norte de América Latina, está siguiendo minuto a minuto lo que pasa en Washington. Y si alguien tiene claro ese panorama, es nuestro gran amigo Roberto Salinas, uno de los analistas más finos de la realidad continental. Por eso le escribimos, consultándole cómo está viendo estos primeros pasos de Trump en su retorno a la Casa Blanca.
“Lo primero que hay que decir, desde un lado positivo, es que el personal que Trump ha designado al frente de asuntos exteriores y de seguridad nacional apunta a que va a cambiar la política de más de 20 años de lo que en inglés se llama “benign neglect”, o negación amistosa, y esto implica endurecer la posición en contra particularmente de autocracias. El foco aquí es Díaz-Canel en Cuba, Ortega en Nicaragua y particularmente Maduro en Venezuela. Falta ver cómo se reacciona, pero el hecho que Edmundo González, por ejemplo, haya sido invitado a las festividades de la toma de posesión de Trump, es una señal muy fuerte. Por lo pronto, el hecho que los cárteles del crimen organizado hayan sido señalados como organizaciones terroristas, tiene implicaciones muy importantes. ¿Implica esto algún tipo de incursión militar? No creo por el momento. Pero sí, por ejemplo, en materia de penas financieras, de endurecimiento de permisos y de cacería prácticamente de gente que ha sido señalada como criminal, narcotraficante y terrorista, Diosdado Cabello, Nicolás Maduro, pues pinta que va a haber una versión moderna del siglo XXI de la doctrina Monroe, la Trump Doctrine. Es muy temprano todavía para saber, pero por lo menos para lo que son las autocracias y liberales en América Latina, creo que va a haber un panorama muy diferente al que hemos observado en los últimos 20 años”.
En materia económica, Roberto nos decía que “A nosotros lo que más nos preocupa es si realmente Trump será fiel a su palabra de aplicar un arancel a rajatabla del 25% a todos los productos mexicanos y canadienses. Eso haría pedazos la integración de cadenas productivas. Sería peor que los lockdowns de la pandemia. Son cadenas de suministro que están profundamente integradas después de 30 años de libre comercio en América del Norte, desde Alaska hasta Tuxtla Gutiérrez, y poner un arancel así a rajatabla, pues sería casi un escenario catastrófico para el futuro inmediato de la integración norteamericana”.
Un detalle final nos dejaba Roberto. Si esto ocurre, y la economía mexicana se hunde, lo primero que sucederá es una ola migratoria hacia Estados Unidos mil veces más potente que lo que sucede hoy.
El Canal de Panamá y qué puede haber detrás
Las declaraciones de Donald Trump acerca de sus intenciones de retomar el control del canal de Panamá, generaron gran malestar entre los panameños. A tal punto que una multitud se congregó en torno de la residencia del embajador estadounidense en la capital para mostrar su descontento. Los manifestantes quemaron banderas de la potencia mundial y pancartas con la foto del recién ungido mandatario republicano, en el marco de lo que, según nuestro amigo Surse Pierpoint, empresario y dirgente gremial panameño, se trata una polémica hecha a medida “para gritar Yankees Go Home!”.
“China está operando el canal de Panamá y nosotros no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá y vamos a recuperarlo”, amenazó Trump durante su discurso de investidura. El presidente panameño, José Raúl Mulino, rechazó las palabras de su par en Washington y expresó que “El Canal no fue una concesión de nadie. Fue el resultado de luchas generacionales que culminaron en 1999, producto del tratado Torrijos-Carter”. Además puntualizó que lo dicho por Trump acerca de la potencia asiática “Es un disparate” y que “No hay presencia de ninguna nación del mundo que interfiera con nuestra administración”.
Pero Trump está convencido que las intenciones están flechadas hacia un solo lado y acusó a Panamá de cobrar a EE.UU. “tarifas exorbitantes” por el uso de la vía. Señaló la creciente influencia de China y arremetió diciendo que no descarta el empleo de sus Fuerzas Armadas para recuperar el control del canal.
Trasfondo. El trasfondo de esta historia es bastante confuso, según nos cuenta Surse y podría tener su origen en la concesión de 2 de los 5 puertos del canal a la empresa Hutchinson Whampoa, con sede en Hong Kong, lo que ha generado polémica en Panamá.
Mady O´Grady, editora del Wall Street Journal afirmó en un editorial del medio neoyorkino, que el posible vínculo entre las declaraciones de Trump y los puertos administrados por la citada compañía, no tiene relación directa con el canal. “Las empresas de Hong Kong han operado estos puertos por años, y hay otros tres puertos gestionados por empresas de Estados Unidos, Singapur y Taiwán”. En la misma pieza de opinión, la periodista sostuvo que la causa detrás de las críticas de Trump, podría ser “el aumento reciente en los peajes del canal”, ya que algunos exportadores estadounidenses del sector energético y agrícola, se han mostrado descontentos por el ajuste en las tarifas.
Estrategia. Estados Unidos desempeñó un papel fundamental en la construcción y administración del canal que une los océanos Atlántico y Pacífico. Concluidas sus obras, en 1914, la vía permaneció bajo el control de Washington hasta 1977, cuando el entonces presidente Jimmy Carter firmó un tratado para ceder gradualmente el canal a Panamá, decisión que Trump calificó de “insensatez”. Desde 1999, el control exclusivo del paso interocéanico está a cargo de la Autoridad del Canal de Panamá, que es propiedad del gobierno panameño pero independiente de éste. De acuerdo a los tratados firmados por EE.UU. y Panamá, el canal permanecerá siempre neutral, pero Washington se reserva el derecho de defender dicha neutralidad incluso empleando la fuerza militar. Por su parte, China tiene una importante presencia en la vía. De hecho, en el último año, el volumen de carga de empresas chinas representó el 21,5% total que transitó por el canal, cifra que posiciona a la potencia asiática como el segundo mayor usuario atrás de los Estados Unidos. Además, China ha realizado grandes inversiones en muelles y terminales portuarias en la zona.
La creciente tensión geopolítica de carácter económico que existe entre ambas potencias hace que la información sobre la carga que circula por el canal resulte de una utilidad estratégica mayúscula en caso de guerra en la cadena de suministro. A su vez China busca ampliar su influencia en la región de Latinoamérica y lo viene logrando. En 2017 Panamá rompió relaciones con Taiwán y se acercó a Pekin. Más tarde, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y Honduras siguieron la misma línea.
Venezuela aguarda a ver qué hace Trump
Desde la última entrega de Mirada Sur, allá por fines de diciembre, ha pasado de todo en Venezuela. Medio planeta ha reconocido el triúnfo de Edmundo González Urrutia, quien realizó una victoriosa gira por el continente. María Corina machado salió de su clandestinidad para arengar a la oposición, y tuvo un episodio confuso donde fue detenida y luego liberada. Y el dictador Nicolás Maduro realizó una cantinflesca toma del poder, de acuerdo a sus antencentes. Es que si la situación de Venezuela no fuera tan trágica, el fenómeno Maduro se prestaría para bromas interminables. Y si no, vea esto.
Pero en las útlimas horas, están ocurriendo cosas muy desafiantes para el régimen. Por un lado todo lo que está pasando en la frontera con Colombia, que será seguramente objeto de un análisis más en fondo en la próxima edición de Mirada Sur. Y, por otro, la llegada de Trump al poder, que cambia todo. Por eso le escribimos al analista local, Felipe Benites Campos, y le hicimos dos preguntas.
-¿Cómo está el régimen de Maduro tras los hechos de las últimas semanas?
– El chavismo nunca fue un ejemplo de ejercicio democrático. Desde su llegada al poder ha sido una involución en la materia, recientemente coronada. El primer elemento, dos décadas atrás, fue la aparición de los típicos contornos autoritarios que acompañan a cualquier populismo, los cuales fueron asumiendo supremacía en detrimento, precisamente, de su connotación popular.
Respecto al 28J, posterior a un forcejeo de corta duración por la opinión pública sobre la validez de los resultados que avalaban su presunta victoria, el madurismo decidió hacer mutis sobre el asunto de las actas y del proceso electoral en general, para orientar sus esfuerzos políticos en otra dirección. No es la ausencia de legitimidad democrática un problema para ellos, dado que no tiene solución que no pase por el abandono del poder o severo cuestionamiento de su ejercicio, sino una restricción a superar desde la administración de un proceso autoritario que pretenderá ganar legitimidad.
– ¿Hay expectativa de que la llegada de Trump pueda cambiar el panorama?
– Es un hecho que Trump se vendió como una opción de cambio radical y sus primeros días apuntan hacia ello. De modo que la expectativa de “movimiento del panorama” interno hay que darla por descontada, explicándose por sí misma. La cuestión es el ámbito en donde se originarán esos cambios y si el efecto de los mismos albergará alguna eficacia en el área que se desea impactar.
Las sanciones económicas, qué duda cabe, tienen un efecto sobre las capacidades de ejercicio político del gobierno, mas no han sido determinantes para una sustitución de actores, ni aquí ni en ninguna otra parte. Pero también impactan negativamente sobre las condiciones de vida de una población que queda expuesta a dos alternativas: luchar o huir. Ambas se han ejecutado y se ejecutan, pues la sobrevivencia cotidiana es una gran lucha en sí, ni que hablar de la opción de emigrar. Bien, esta política inició en el segundo período de Obama y se profundizó en el primero de Trump. Resultados, insistimos, a la vista.
La administración Biden intento morigerar esa estrategia acudiendo a la razón política de la negociación “soft” y directa. Pero hasta ahora, el gobierno ha sido fiel a su palabra de no abandonar el poder en unión perfecta cívico-militar-policial. Trump cuestionó ese derrotero enarbolando que la jugada ha de ser la de máxima presión, en línea a su primer mandato. Sin embargo, está visto que si dicha presión se ejerce en el plano estrictamente económico para conmover una unidad de naturaleza civil, militar y policial, es poco lo que se puede esperar de ella (en lo político) que no sea perjuicio económico a la población.
De forma que expectativas habrá, pero si la administración Trump no se abre a la exploración decidida de opciones políticas de incidencia real, entonces las mismas, más temprano que tarde, se disolverán”.
La Justicia estrecha el cerco en torno a Morales
La situación del ex presidente boliviano Evo Morales es cada vez más complicada y la Justicia, poco a poco, le va cerrando el cerco. Esta semana, el fiscal General de Bolivia, Roger Mariaca, anunció que pedirá seis meses de prisión preventiva para el líder indigenista, sobre quien pesa una orden de arresto desde octubre del año pasado, por presunto abuso sexual y “trata de personas para facilitar la prostitución”. El caso ya había sido investigado en 2019 pero sin resultados. Desde ese momento, el ex mandatario se encuentra prófugo por no haberse presentado a declarar ante las autoridades en dos oportunidades.
Atrincherado en la región del Chapare, Trópico de Cochabamba, bastión político del evismo, protegido por sus partidarios, que han montado una serie de anillos de seguridad para evitar su captura, asegura que todo es una maniobra del Presidente Luis Arce para perjudicarlo, en medio de la guerra que ambas figuras vienen manteniendo por el liderazgo del Movimiento al Socialismo (MAS) de cara a las elecciones nacionales de este año. Sostiene que está siendo víctima de una “brutal guerra jurídica” pergeñada por su ex ministro y aliado para proscribirlo. Sin embargo, en noviembre, la Justicia cercernó todos sus sueños políticos, al limitar la reelección por más de dos gestiones de gobierno.
Evo, además, ha manifestado que Arce intentó asesinarlo el pasado 27 de octubre, cuando un grupo de policías quiso detenerlo en la zona rural donde se refugia y se enfrentaron a los tiros.
Salud. Evo Morales debió haberse presentado el martes a una nueva audiencia en Fiscalía, para declarar en el caso que lo acusa del delito de trata de personas. Pero el referente de la izquierda boliviana no se presentó y el juez lo declaró “rebelde”, lo cual significa que el juicio quedará suspendido hasta que el acusado aparezca. Por su parte la defensa de Morales alegó que su ausencia respondía a problemas de salud y presentó certificados médicos donde se le diagnosticaban bronconeumonía y bradicardia. Pero el juez los rechazó por considerar que “no son impedimentos jurídicos valederos” que justifiquen su inasistencia. Al mismo momento, se difundía en las redes sociales un video de Morales bailando de manera perturbadora, junto a un grupo de “influencers” bolivarianos.
Trasfondo. En 2016, cuando lideraba el gobierno de su país, Morales habría engendrado una hija con una adolescente de 15 años. Se presume que el entonces mandatario mantenía una relación sentimental con la menor, aprobada por los padres de ella a cambio de favores políticos y económicos. Ambos están también implicados en la causa, acusados de explotación y trata de personas. Según el Ministerio Público, el vínculo amoroso entre la niña y Morales se habría iniciado en 2015. Ya en aquel entonces Evo fue investigado por el delito de estupro, pero ahora la investigación se concentra en lo que podría ser un caso de presunta trata de menores. Si la justicia acaba condenándolo, el que fue dos veces presidente de Bolivia y referente del movimiento de izquierda latinoamericano Socialismo Siglo XXI, podría pasar hasta 15 años en prisión.
Nota publicada originalmente en Mirada Sur
Martín Aguirre, Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero, editor