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Durante la pandemia y como un compromiso de acción, 170 académicos holandeses publicaron un Manifiesto que contenía puntos para definir compromisos futuros. Uno de ellos, ligado al turismo, dice: “Reducir el consumo y los viajes, con un drástico cambio de viajes lujosos y de consumo despilfarrador, a un consumo y viajes básicos, necesarios, sustentables y satisfactorios.” No podía estar mejor redactado para describir las potencialidades que podría ofrecer Bolivia en este nuevo escenario. La condicionalidad del verbo “podría” esta relacionada a la voluntad de aprovechar o no, una posibilidad que no es obligatoria y que, paradójicamente, otros países están construyendo cuando aquí ya lo tenemos casi lista.
En los mensajes al exterior, la imagen que ofrece Bolivia está relacionada con la existencia de un mundo de naturaleza, auténtico, provocador y amable, y se acompaña con una sonrisa y una invitación a visitarnos. Las condiciones materiales están dadas y el esfuerzo persistente y gigantesco que mantienen quienes sostienen los destinos, es admirable y sólo comprensible cuando existe tozudez, compromiso y amor por el trabajo.
Turismo significa abrirnos a otras personas distintas, para que nos visiten y podamos compartirles nuestras riquezas; significa aceptar el reto de vivir de nuestra belleza y felicidad expresada en gastronomía, patrimonio, historia, cultura y calidad humana. Las oportunidades que ofrece nuestro territorio son infinitas para quienes gustan del denominado turismo de interior, que no tiene playas, pero si ofrece una aventura para descubrir.
Dicho esto, verdad y bonito al oído, combino la descripción del destino de riesgo que ofrecemos al incorporar la segunda parte del mensaje: “Bolivia, lugar al que se sabe cuándo llegará, pero nó cuando se irá”. Algunos titulares del día de ayer: “Se inicia la segunda semana de bloqueo de carretera en Buena Vista”. “Miles de mineros cooperativistas toman y marchan en calles de El Alto y La Paz”. “Padres de familia bloquean en Mallasa y exigen que se esclarezca la intoxicación de colegialas.” “Ante alza de pasajes, Fejuve de El Alto irá a un paro indefinido desde este lunes”. “Ministra de Salud reporta más de 800 heridos en el congreso campesino”. “Transportistas bloquean los accesos a la Quinta Municipal en rechazo al reordenamiento vehicular”. “Incautan dos avionetas con más de 400 kilos de droga y narcos portaban granadas de guerra”. “La violencia se apoderó del congreso de la CSUTCB en El Alto por segundo día consecutivo.”. “Tránsito autoriza viajes al interior pese a bloqueos en El Alto, se habilitan vías alternas”. “La explotación de oro y petróleo afecta seriamente a 6 áreas protegidas”. “Adjudicatarios de La Tamborada marchan contra la UMSS” … y suman y siguen los bloqueos, físicos y mentales, inagotables, creativos, lacerantes, anecdóticos, absurdos…
Simultáneamente, “21 startups de Bolivia ya cruzaron las fronteras desde 2021 con operaciones en Estados Unidos, México, Paraguay, Brasil, Perú, Chile, Colombia, Venezuela, El Salvador, Nicaragua y Guatemala”, y el fin de semana pasado, durante 3 días, participamos del foro VCILAT invitados por la Fundación IES, INNOVA de la CAINCO y Fundación SOLYDES, para conocer el estado y las experiencias sobre inversión de riesgo e inversión de impacto, orientado a cerrar las brechas de financiamiento para empresas en etapas tempranas y consolidadas, de base tecnológica y/o con alto impacto social – ambiental. La novedad para compartir, fue que el 60% de los 530 asistentes, eran menores de 30 años.
Ahí está el reto y la diferencia, quien quiera escuchar, compartir y sumarse, que lo haga. Estamos llegando al límite de la racionalidad y es bueno que lo sepan quienes dicen gobernarnos.