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“Desde su posición vulnerable, Jeanine Añez dice su verdad.
No la calla el miedo.” Roberto Laserna en twitter.
Un día antes de cumplir diez meses de su abusiva detención preventiva* Jeanine Añez Chávez afirmó: “Yo sé que hay orden de matarme y día a día van avanzando… Yo estoy secuestrada en esta cárcel, he tenido muchos problemas de salud. Tengo que estar controlada, tengo muchas lagunas mentales… Probablemente moriré en esta prisión, pero lo bueno es que estoy en paz con mi Dios y mi muerte acabará con la sed de venganza y odio de Evo y su élite. Los perdono y espero que encuentren paz algún día. Eso sí, nunca podrán borrar de la historia que fui presidenta constitucional de Bolivia, tras la renuncia de un presidente fraudulento.”
Esas y otras declaraciones figuran en la extensa entrevista que el matutino paceño Página Siete (La Paz 01.09.2022) le realizó a la exmandataria. Están escritas de su puño y letra. En ellas, la ex presidenta constitucional interina aclara dudas y deja otras para decirlas “ante los organismos internacionales, cuando vengan a escucharme.” Hasta ahora no la han escuchado, aunque el “país requiere entender lo que sucedió durante el tiempo que asumí como presidenta.” Sí aclaró que tuvieron “muchas reuniones con diferentes sectores para pacificar el país… muchos ministros hicieron acuerdos y arreglos para ello y fue lo correcto porque Bolivia requería paz…” Apunta que muchos de esos acuerdos no estuvieron coordinados directamente con su persona, pues “fueron tiempos duros y de mucha tensión, donde muchos políticos, personas, ministros, autoridades actuaban independientemente.”
Sobre el tema señala que algunos se aprovecharon de su inexperiencia y buena fe, pues creían que todo se solucionaba conversando y cediendo, pero también resalta que “Hay que recordar que el MAS tenía 2/3 en la Asamblea. Para llegar a esos acuerdos, tuvimos que ceder muchas cosas solicitadas por los movimientos sociales…”
Página Siente le preguntó si cree que está en prisión como parte de una estrategia del MAS para negar el fraude electoral de 2019, limpiar la imagen del partido y del ex mandatario Evo Morales. Su respuesta fue contundente: “Evo Morales tiene necesidad de lavar su imagen, tratando de inventar una historia sórdida de golpe de Estado, cuando todo el país, el mundo y organismos internacionales sabemos que lo que hizo fue un vergonzoso y descarado fraude electoral…Todas las situaciones de violencia, actos terroristas como cercar la ciudad de La Paz y no permitir el ingreso de alimentos, tratar de hacer explotar la planta de Senkata, quemar módulos policiales, casas particulares, etc., se lo debemos a su ambición de perpetuarse en el poder. De ahí viene la sed de venganza. No pudo llevar adelante el plan de irse, generar violencia, vacío de poder y volver como el salvador…”
Jeanine Añez añade que “Sus planes fracasaron, ya que se cruzó con una mujer, yo, la que desbarató sus planes. Eso no lo perdona, ya que él es abusador de mujeres y debe controlarlas y no pudo hacerlo conmigo ni con Eva Copa, (presidenta de la Asamblea Nacional) ya que era necesario pacificar el país. Él es conocido por maltratar señoras, señoritas y niñas, y hoy me maltrata a mí, a la expresidenta de Bolivia. Si por evitar una guerra civil, esa que buscaba el MAS, pacificar el país y dar tranquilidad a los bolivianos en un momento de tanta violencia tuvo como consecuencia para mí la cárcel, es lo que me tocó. Yo no evado responsabilidades, lo volvería a hacer. Yo cumplí con mi deber patriota, tengo la conciencia tranquila. Enfrentamos la violencia y llamamos a nuevas elecciones.”
En mi calidad de ciudadana me solidarizo, una vez más y siempre, con la expresidenta y coincido con ella: el orgullo herido de Morales, que renunció y luego salió huyendo, pretende que Bolivia y el mundo olviden que él mismo es el origen de todo el estropicio democrático que vive Bolivia. Primero, porque no respetó el Referéndum de 2016, que dijo NO a su cuarta candidatura porque violaba el Art. 168 de la CPE que solo permite dos continuas. Segundo, quiere que olvidemos el fraude montado con premeditación en las elecciones de 2019 para perpetuarse en el poder.
Morales quiere borrar esos orígenes. Y lo hace reciclando su práctica populista de caudillo como jefe de su partido, el Movimiento al Socialismo. Desde ahí pretende imponer como verdades, unas absolutas mentiras, criminaliza la justicia, judicializa la política y construye discursos de odio.
El rostro de Jeanine Añez ya refleja las implacables huellas del sufrimiento al que la someten sus verdugos, que han convertido la administración de justicia en Bolivia en un modelo vicioso de administración de Justicia; con una Fiscalía al servicio del ex Morales, del Ejecutivo con Luis Arce presidente e Iván Lima Ministro de Injusticias. Así, violan derechos humanos, constitucionales y la transparencia procesal de la manera más arbitraria.
La expresidenta afronta dos procesos: Golpe de Estado I por terrorismo, sedición y conspiración, sobre el que no han podido probar nada. Entonces, inventaron un Golpe de Estado II por resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, e incumplimiento de deberes.
Junto a Jeanine Añez existen otros civiles de su gobierno, militares y policías también presos, con las mismas aberraciones y abusos procesales.
Por ella, por todos, la Bolivia democrática exige Justicia y libertad.