Mirada Sur: México vs España, Bolivia, mercenarios, balseros, y puesta a punto de Milei
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Conflicto insólito entre México y España
El 1 de octubre será la ceremonia de traspaso de mando en México, en la que Andrés López Obrador cederá el gobierno a su “heredera” Claudia Sheinbaum. Pero, contra todo augurio optimista, los hechos de esta semana dejan en claro que poco cambiará en el tono y el manejo externo de México en el próximo período.
La noticia más destacada de esta semana fue la pelea pública entre México y España, países con fuertes lazos políticos, pero además económicos. Todo comenzó cuando se supo que Sheinbaum excluyó de su invitación a la ceremonia de traspaso de mando al rey Felipe VI, ante lo cual España anunció que no enviaría a nadie a la ceremonia, ni siquiera al presidente Pedro Sánchez, que pese a ser muy de izquierda, y tener “afinidades ideológicas” con el gobierno mexicano, declinó viajar ante lo que se consideró un agravio al monarca de su país.
La respuesta de Sheinbaum no se hizo esperar, e informó que no se invitó al rey, que es quien se encarga de la representación protocolar del país, porque éste no contestó de manera oficial una petición del actual presidente Andrés Manuel López Obrador en el que le demandaba pedir disculpas por “las atrocidades realizadas en la Conquista”. Una cuestión que parece bastante ridícula, 500 años después, y cuando México requiere inversiones y apoyo económico.
Las relaciones entre México y España se han tensado en los últimos seis años, entre las peticiones de una disculpa pública por parte del Gobierno de López Obrador, desencuentros comerciales por la “nacionalización” de la industria eléctrica mexicana, y “una pausa” diplomática impulsada en 2022.
Según una interesante columna de opinión de Salvador García Soto publicada en el diario El Universal, esta pelea con España es apenas una señal del aislamiento en que deja a México López Obrador. De unos 228 jefes de estado invitados, sólo asistirán 16. Ningún jefe de Estado de Europa, de Asia, ni de África u Oceanía. Ninguno de los Jefes de Estado del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (apenas si vendrá la esposa de Biden), ningún presidente o Jefe de Estado de las principales potencias económicas. Nadie, tampoco, a nivel de Jefes de Estado, del mundo árabe y menos de Israel. De los 21 países de América Latina y el Caribe, sólo acudirán 4 jefes de Estado.
Por lo visto, la esperanza de que el cambio de gobierno en México habilitará una mirada más moderna y racional de la política exterior, era sólo eso. Una esperanza.
Se agrava crisis política y económica en Bolivia
La crisis política y económica en Bolivia ha llegado a puntos de no retorno. Esta semana, la marcha encabezada por el ex presidente Evo Morales, en guerra abierta con su ex aliado y actual mandatario Luis Arce, llegó a su bastión de El Alto, y allí llamó al gobierno a cambiar el gabinete y sus políticas “si quiere seguir gobernando”. Un ultimátum sin medias tintas, que ha puesto en tela de juicio la propia gobernabilidad del país.
“Si Lucho quiere seguir gobernando, primero, en 24 horas que cambie a ministros narcos, a ministros corruptos, a ministro drogos [drogadictos], que cambie a los ministros racistas”, advirtió Evo Morales. También dijo que el gobierno tiene “24 horas” para resolver la escasez de combustible.
Como si esto fuera poco, el presidente Arce no tiene apariciones públicas desde hace semanas, ha suspendido toda su agenda, y ni siquiera viajó a la Asamblea General de la ONU por primera vez en su mandato. Incluso su reemplazo, la canciller Celinda Sosa, entre las habituales críticas al capitalismo, al “neoliberalismo”, y los elogios a Venezuela, aprovechó el púlpito de la ONU para criticar a Evo Morales. “Lamentamos que intereses internos y externos hoy conflictúen el país e intenten desestabilizar a un gobierno democrático”, dijo Sosa.
Todo esto ocurre con el trasfondo de una severa crisis del modelo político y económico del MAS, partido de ambos dirigentes en pugna, que durante algunos años fue puesto como modelo de una especie de socialismo nativista por parte de muchos dirigentes de izquierda regional. Pero que el tiempo mostró tenía serias fallas estructurales. Para entender mejor qué pasa en Bolivia, contactamos a Sergio Daga, Profesor e Investigador de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA). Sergio nos decía lo siguiente:
“Sobre la confrontación entre Evo Morales y Luis Arce, no debemos olvidar que fue el primero quien designó al segundo como el candidato del MAS desde su aislamiento en la ciudad de Buenos Aires, en enero de 2020. Por ende, luego de que Arce asumiera como Presidente de Bolivia, se hubiese esperado, al menos, una relación cordial entre el “designador” y el “designado”; sin embargo, y parafraseando a Lord Acton: “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, sobre todo en la Bolivia actual en la cual el ambiente institucional es desastroso, la independencia de los poderes es cuestionable y las denuncias de utilización de la justicia al servicio del poder son pan de cada día”.
Para Sergio, “A diferencia de confrontaciones ideológicas o sobre idearios de país, la actual situación entre Evo y Arce parece ser más un pugilato sobre el liderazgo de un partido político, ya que no existe una confrontación seria sobre propuestas para solucionar los problemas de fondo o estructurales por los cuales atraviesa el país; además, a ninguno de los dos bandos les interesa mostrarse cercanos a ninguno de los partidos políticos de oposición, con lo que esto hace pensar que sea quien “gane” esta aparente confrontación, Bolivia será la que seguirá perdiendo, ya sea por un lado o por el otro, ya que nos mantendremos con un liderazgo miope en lo económico y social, y anti democrático en lo político”.
Misterioso grupo busca derrocar a Maduro
Una propuesta para derrocar al régimen totalitario de Nicolás Maduro que apareció en redes sociales, está haciendo bastante ruido. Se llama Ya Casi Venezuela y fue organizada por el estadounidense Erik Prince, un ex miembro de las fuerzas especiales Seals de la Marina de su país. La finalidad, según declaró, es recaudar fondos para “restaurar la democracia y la decencia del pueblo venezolano”. El ex marine aseguró que en las primeras 72 horas de abierta la colecta, habían recibido donaciones por más de 1 millón de dólares y que llegar a los 10 millones era la meta del movimiento. En un video alentó a continuar con los aportes: “Venezuela, votaste el 28 de julio por la libertad. Ahora, llegó el momento de votar con dólares”, aunque las acciones que tienen planeado realizar con el dinero que se logre reunir, son un misterio.
Además de Prince, la otra cara visible del movimiento es Iván Simonovis, quien fue preso político y comisionado especial de seguridad del gobierno interino de Venezuela, según se define en su perfil de X. Simonovis exhortó en un video a sumarse a la “búsqueda de la vía más expedita para el retorno a la democracia y la restauración del país. Tenemos una estrategia, tenemos la voluntad y tenemos la decisión”. Pero más tarde le sacó la pata al lazo y se definió como “un espectador” y que el verdadero líder de la iniciativa es Prince.
La campaña, que generó una rápida respuesta del régimen chavista, no ha sido apoyada por los principales líderes de la oposición, Edmundo González Urrutia y María Corina Machado. Incluso algunos analistas han señalado que este tipo de movimientos, que no cuentan con el aval de la oposición y tienen bajo reconocimiento de la sociedad civil, pueden dar argumentos al régimen para continuar con la represión que arrecia desde las elecciones fraudulentas que sostuvieron a Maduro en el Poder, y con la violación sistemática de los derechos humanos. Al momento hay en Venezuela más de 1800 personas privadas de su libertad como consecuencia de esta represión, y el talante autoritario del gobierno está quedando cada vez más a la intemperie, por lo que estas acciones como la de Prince, pueden jugar en contra de los objetivos que dice buscar.
El régimen venezolano, en su peor momento, señaló a través de su fiscal general, Tarek Williams, que los involucrados en este asunto están “cometiendo delitos” y amenazó con que todo aquel “que haya donado, sea 1 o 20 dólares, es cómplice”.
Maduro no se quedó callado y salió en un acto público a fanfarronear sus músculos militares: “hay que pulir los fusiles, y pulidos los tenemos”. Y le habló directamente al ex seal: “Este señor Erik Prince, amenazando. Nosotros no estamos desarmados”. El Ministro de Defensa chavista, general Vladimir Padrino, se sumó al desafío y anunció que: “Van a recibir una respuesta contundente, en primera línea, de la Fuerza Armada”. Además el gobierno alertó sobre la existencia de una estrategia desde el exterior para invadir el país con mercenarios y asesinar al dictador.
Quién es. Erik Prince fue el fundador de una compañía militar privada, Academi, que según muchos, no era otra cosa que una empresa de alquiler de mercenarios. El ex seal, en su cruzada contra Maduro, logró el apoyo en los Estados Unidos del senador republicano Rick Scott, a quien le propuso elevar la recompensa por la cabeza del tirano de 10 a 100 millones de dólares. Y probablemente aquí se encuentre el cangrejo abajo de la piedra. Tal vez plan de Ya Casi Venezuela sea emplear lo recaudado para el pago de dicha recompensa. Y quién mejor que el propio Prince y su grupo para cumplir el requisito y cobrar la cuantiosa suma.
Cuba se queda sin gente por la migración
Cada vez menos personas habitan en Cuba. Y es que cada vez son más los que deciden irse. Datos recientemente publicados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos dan cuenta de que, desde octubre de 2021 a la fecha, más de 850 mil cubanos llegaron al gigante norteamericano huyendo del tiránico régimen castrista. Esto representa un récord histórico para el país, el mayor número registrado en dos años consecutivos desde el comienzo del éxodo cubano que sobrevino tras la Revolución en 1959, y refleja una caída poblacional del 18% en la isla caribeña.
La situación no solo no parece que vaya a revertirse, sino que, muy por el contrario, todo indica que seguirá en aumento. De hecho, se espera que el total de migrantes cubanos hacia Estados Unidos alcance las 260 mil personas al terminar 2024, superando ampliamente el registro del año pasado. Diferentes expertos en el tema definieron el fenómeno como un “vaciamiento demográfico”.
Poco tiempo atrás, un estudio publicado por el economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos, señaló que en territorio cubano viven 8,6 millones de personas, contradiciendo las cifras oficiales de la dictadura que afirman son más de 11. Además, al masivo éxodo migratorio, se suma un descenso significativo en el número de nacimientos y un notorio crecimiento de la mortalidad. Quedan pocos jóvenes en la isla, nacen menos niños que nunca antes y el promedio de edad de la población no para de subir.
Trasfondo. Los principales motivos por los cuales los cubanos dejan su tierra, muchas veces arriesgando incluso la vida, son la profunda crisis económica, la falta de libertades y la posibilidad de desarrollo personal. Los cubanos ya no esperan soluciones en el país, sino que salen a buscarlas afuera. En Cuba hay carencias de todo tipo y la prosperidad es una quimera. La comida y los medicamentos no alcanzan para satisfacer las necesidades de la población, los cortes de energía eléctrica son constantes y la inflación crece sin control. Hasta el agua escasea. Y si le quiere agregar más factores negativos, no olvide el recrudecimiento de la represión política que se viene dando desde las históricas protestas del 11 de julio de 2021, la crisis de la industria turística provocada por la pandemia del Covid 19 y la merma del apoyo económico de socios amigos ideológicos.
Así están las cosas en el faro comunista que en algún momento hizo de guía a otras naciones de América Latina pero que hoy es apenas una vela que se apaga inexorablemente mientras su gente se marcha en busca de una vida mejor.
Milei, aplausos afuera, problemas adentro
El gobierno de Javier Milei se debate entre extremos en Argentina. A nivel local, enfrenta numerosos conflictos y desafíos, desde números de pobreza que no paran de aumentar, a una economía que apenas empieza a dar señales de vida tras años de caída. Pasando por peleas internas que costaron el cargo en las últimas horas al ministro de Salud, y una guerra abierta con el mundo mediático que no le perdona el haber cortado las pautas de publicidad oficial, o no ceder ante ciertos códigos de corrección política. Pese a todo esto, mantiene altísima popularidad, y empieza a lograr algunas victorias legislativas relevantes.
En el campo externo, el panorama luce bastante más positivo. Su rol internacional, como vocero de un liberalismo contrario a la hegemonía cultural de la izquierda, quedó de relieve con su reciente discurso en la ONU. Curiosamente, los elogios generales a nivel global, han contrastado con críticas locales, incluso de medios que se supone serían aliados ideológicos del gobierno actual. Apenas otra muestra del complejo mundo político agentino. El gran tema hoy es si los elogios de analistas, políticos y el mundillo tecnológico de vanguardia, se traducirá en inversiones concretas, que tanto necesita ese país.
Para tener una idea más clara del momento actual de Milei y de Argentina, consultamos a Marcos Falcone, de la Fundación Libertad, una de las voces más claras para entender la realidad de ese país por fuera de sesgos e intereses pequeños. Y que nos contestó antes de partir al encuentro de la Mon Pellerin.
“Milei está cumpliendo la promesa liberal, yo creo que depende de qué tan rápido uno quiera que haga las cosas y depende también de las prioridades que uno tenga más urgentes. Milei dice, “para hacer que cualquier reforma sea duradera y estable en el tiempo, lo primero que hay que hacer es estabilizar. Para estabilizar hay que terminar con el déficit”. Bueno, desde ese punto de vista Milei es un éxito porque ya en el primer mes consiguió equilibrio fiscal. Ahora lo que tiene que empezar a venir son las otras reformas, las desregulaciones, las privatizaciones, para que sea viable el levantamiento de todas las distorsiones cambiarias”.
Según Marcos, “Milei ha conseguido mucho para el poco poder que tiene, por ejemplo, en el Congreso. Porque las privatizaciones que no puede hacer, no las puede hacer por el Congreso. Y el equilibrio fiscal lo consiguió en un mes sin el Congreso. Es verdad que uno puede cuestionar la forma en la que está bajando el gasto público en Argentina, porque uno puede decir que no es consistente, en realidad va a tener que volver a subir. Pero lo cierto es que el equilibrio fiscal está ahí y se consiguió en el primer mes y había mucha gente que decía que no se podía conseguir en todo el mandato”.
“Resumiendo, todo depende de cómo uno lo mire y de cuánto tiempo le dé uno a Milei para hacer las reformas que tiene que hacer. Si uno cree que Milei en cuatro años va a cambiar el país, no lo va a hacer. En ocho años ya no lo sé. Pero si alguien creía, después de ver que Milei ganó la elección el año pasado, que en seis meses Argentina iba a ser el país más libre del mundo, el país con menos gasto público del mundo, claramente va a estar decepcionado”.