Mirada Sur: China, Bukele, asesinato, Boric y Rosalía para el pueblo
La newsletter con todo lo que importa saber de lo que pasa entre el Río Grande y Tierra del Fuego en menos de 10 minutos.
Escucha la noticia
- Lula marca la agenda regional
Brasil ha sido el país que ha marcado la agenda regional esta semana. Y por dos cosas bien relevantes. Primero, Lula da Silva anunció esta semana el retorno de Brasil a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), cuatro años después de que el ex presidente Bolsonaro decidiera salir del organismo. La Unasur es un bloque que nació en 2008 bajo influencia de administraciones de izquierda del continente, y que busca una articulación regional que deje fuera tanto a Estados Unidos como a España. Dos países que tienen un rol relevante en los otros dos esquemas de negociación regional, como son la OEA y las cumbres Iberoamericanas. Así como Brasil, Argentina también anunció que volverá al bloque, que después de tener a las doce naciones suramericanas en 2010, actualmente solo cuenta con Bolivia, Guyana, Surinam y Venezuela, además de Perú, que está suspendido. El proyecto de la Unasur fue el elemento central de la expansión de la influencia política de Brasil en el continente, el nuevo gobierno de Lula intenta recuperar así su liderazgo político regional. Es bueno recordar que esa influencia tuvo también un costado negativo, con la expansión de las principales empresas constructoras brasileñas en la región como Odebrecht o OAS , que derivó en escándalos de corrupción mastodónticos. La gran pregunta es hasta dónde llegará este “reverdecer” del expansionismo brasileño en la región, y si Lula cuenta con la fuerza propia, o el apoyo de liderazgos externos, como para reeditar el nivel de influencia que tuvo ese país hace 10 o 15 años, cuando contaba con aliados como Hugo Chávez, Rafael Correa o Néstor Kirchner en Argentina. Pero las noticias de Brasil no se quedan allí esta semana. Lula da SIlva retomó este jueves su suspendido viaje a China, donde busca convertirse en el interlocutor principal de América Latina, ante el gigante asiático que es hoy el principal socio comercial de la región. Una delegación de 200 empresarios precedió al presidente brasileño, y ya negoció una veintena de acuerdos comerciales. Entre los primeros resultados de esta visita de cuatro días, está el acuerdo para que el intercambio comercial entre ambos países se pueda realizar en las monedas propias, evitando usar el dólar. Lula aspira a reactivar los Brics, una alianza de países emergentes que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y cuya cumbre está prevista para el próximo verano en Pretoria. De hecho, Brasil ya consiguió que la ex presidenta Dilma Rousseff sea nombrada como presidenta del Banco de los Brics. Y Lula también aspira a sumar a su país a la llamada Nueva Ruta de la Seda, el faraónico proyecto de inversión chino, del que ya participan varios países de la región. Pero todo este “coqueteo” implica serios riesgos para Brasil. El primero, cómo puede reaccionar Estados Unidos, un tradicional aliado, y jugador clave para que Brasil pueda revivir su rol de potencia regional subsidiaria, que ya tuvo en tiempos de Barack Obama en la Casa Blanca. El segundo, cómo reaccionará Europa ante un mayor vínculo de Brasil con Rusia, otro importante socio de los Brics, justo en momentos en que la guerra en Ucrania se agrava y no parece tener final a la vista. |
2. Boric da un giro en seguridad
El gobierno de Gabriel Boric acaba de acometer un giro drástico en el tema menos pensado. Días atrás, el parlamento aprobó una ley para facilitar la defensa propia de los policías y carabineros, cuando se enfrentan a delincuentes. Esto choca radicalmente con el discurso que tenía Boric antes de asumir la presidencia, donde criticaba con dureza el accionar de la policía de su país, a la que acusaba habitualmente de apelar al “gatillo fácil”. E incluso llegó a culpar a los uniformados por los desmanes ocurridos durante la agitación social de octubre de 2019. ¿Qué pasó para que ocurra este cambio? El primer elemento ha sido la escalada del delito en ese país del sur del continente, que pasó de ser uno de los más seguros, a que la violencia criminal ocupe el primer lugar de las preocupaciones ciudadanas. Pero, además, en las últimas semanas han habido varios asesinatos a sangre fría de carabineros, que han conmovido a la opinión pública. Al punto que Boric, un eterno crítico de este cuerpo de policía militarizada emblemático de Chile, tuvo que asistir al funeral de uno de ellos, donde pese a su ostentoso gesto de contrición, fue severamente abucheado por los presentes. Las encuestas de opinión pública son contundentes sobre el momento político que vive Chile. La aprobación de Carabineros llega a 79%, la más alta desde que la institución fuera medida por primera vez en esta encuesta, en septiembre de 2015 y un alza de 3 puntos en relación al mes anterior. Asimismo, la aprobación de las Fuerzas Armadas supera el 70%. Mientras tanto, el Presidente Gabriel Boric obtiene una aprobación de apenas un 25,4%, y una desaprobación de un 61%. Para analizar mejor este momento político en Chile, y este viraje ideológico del presidente Boric en materia de seguridad, consultamos a José Francisco Lagos, director ejecutivo Instituto Res Publica. – ¿A qué se debe este cambio tan drástico de Boric en seguridad? – Se movió el escenario político. Las personas, víctimas del aumento de la delincuencia y de delitos de alta connotación pública, fueron sucesivamente haciendo monopólico el tema de la seguridad como prioritario en la discusión pública. Como el gobierno, encargado de la seguridad, tiene un rol directo en esta materia, se ha visto obligado, por la fuerza de los hechos, gracias a la presión de la opinión pública, a cambiar las posiciones que tenían al inicio del gobierno o cuando eran oposición. – ¿Cómo ve la sociedad este cambio, teniendo en cuenta los malos índices de popularidad que tiene el presidente? – Me parece que la impopularidad también se debe a los cambios repentinos de posturas, no porque las personas crean que no vale la pena las medidas de seguridad, sino que hay una profunda falta de credibilidad sobre la convicción que tiene el gobierno respecto a este tema. Inicialmente el programa de gobierno de Gabriel Boric, no incorporaba el tema de seguridad. Ahora han debido tomar medidas que criticaban duramente mientras eran oposición. Ese cambio de postura, sin explicación razonable, está afectando seriamente la línea de flotación de la credibilidad del gobierno y de Gabriel Boric en particular. Más allá de este tema en particular, la administración Boric viene ejercitando cambios similares en muchas otras áreas, desde la política comercial, hasta la economía. Y dando cada vez más peso en su gobierno a figuras de partidos de la vieja “concertación”, en desmedro de la nueva guardia de izquierda milenial y extremista, que lo rodeó en su arribo al gobierno. Algo que ya genera fuertes ruidos en su base de apoyo político. |
3. Bukele genera polémica regional
Los mareros, como le llaman en El Salvador a los miembros de las pandillas criminales o maras, que supieron convertir al país en uno de los más violentos del mundo, están recibiendo de parte del gobierno, un tratamiento radical que cambió sustancialmente la realidad local. Se los alimenta apenas con frijoles y arroz dos veces al día. Deben dormir en literas de metal sin almohadas ni cobijas. No tienen contacto alguno con el mundo exterior y, ahora, además, se les exige trabajar en beneficio de la comunidad. En el marco del Plan Cero Ocio, que implementó el presidente Nayib Bukele hace menos de un mes, dos mil reos en lo que llaman la fase de confianza, trabajan en la limpieza de calles y plazas, mantenimiento y reparación de edificios del gobierno como centros educativos, hospitales e infraestructura policial, y en la construcción de viviendas para familias de bajos ingresos. Control y disciplina con los reclusos, y mano dura con la delincuencia, han convertido a El Salvador en uno de los países más seguros de América. El índice de homicidios descendió del más alto de la región al más bajo y los métodos aplicados por el presidente milenial han hecho que las instituciones dedicadas a velar por los derechos humanos, indignadas, pongan el grito en el cielo ante el proceder del gobierno salvadoreño. Pero al mismo tiempo, generan admiración en muchos países, al punto que el vicepresidente, Féliz Ulloa, declaró en una entrevista al diario El País de España, que existe en el mundo una Bukelemanía. “Las críticas, que siempre van a haber, son minoritarias y de sectores, también minoritarios, que a su vez dan eco a los grupos minoritarios en El Salvador que forman parte de la oposición política. Es natural. Pero ahorita en el mundo hay una Bukelemanía. El presidente Bukele genera muchas simpatía y algunas pocas críticas. Así que estamos muy bien” aseguró el dos de El Salvador. Aplausos y tomates. Dentro de un contexto de violencia endémica como es el latinoamericano, la estrategia de El Salvador para combatir la delincuencia ha empezado a ganar adeptos en diferentes partes del continente. El ministro de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires, el controvertido Sergio Berni, declaró que la nueva megacárcel, ícono de la política de mano dura de Bukele, es “Música para mis oídos”. En la misma línea, el alcalde de Lima, felicitó a través de sus redes sociales al presidente salvadoreño. En Honduras, la presidenta Xiomara Castro, decretó un Estado de Excepción que se considera impulsado por lo que se dio en llamar “efecto Bukele”. Mientras que en la vecina Guatemala, una candidata a la presidencia asegura, como promesa de campaña, que imitará el modelo de El Salvador en materia de seguridad. En Uruguay, el expresidente de la Suprema Corte de Justicia y actual secretario nacional de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft), Jorge Chediak, declaró, en una entrevista radial, que el presidente salvadoreño es una “joven, inteligentísimo y muy simpático”. Por el lado de las críticas, la organización Human Rights Watch, sostuvo que en El Salvador ocurren “arrestos arbitrarios, desapariciones forzadas, tortura y otros malos tratos a los detenidos”. Luis Guillermo Solís, ex presidente de Costa Rica, nación reconocida mundialmente por su saludable democracia, expresó que no considera al modelo de Bukele en materia de seguridad como un ejemplo a seguir. A pesar de ello, reconoce que la Estrategia de Bukele en El Salvador ha sido exitosa y ha logrado reducir de manera drástica el índice de criminalidad”. En cuanto a la opinión de los salvadoreños, un sondeo dado a conocer el 15 de marzo de este año, le da una aprobación del 91%. |
4. Asesinan a líder indígena en Perú
Cinco disparos de arma de fuego en la cabeza terminaron con la vida de Santiago Contoricón Antúnez, líder de la comunidad asháninka, esta semana. Los responsables, aparentemente sicarios, ingresaron al hogar de Contoricón, en la provincia de Satipo, Junín, y lo asesinaron frente a su esposa e hijos. Luego huyeron en una motocicleta. A la mañana siguiente, la Policía halló una moto abandonada en una ruta cercana, una pistola y un bolso que contenía un subfusil Uzi. Todo indica que pertenecía a los asesinos del hombre de 58 años, conocido por su lucha contra el narcotráfico y los cultivos de coca en la región de Junín, una de las cuencas cocaleras más grandes del Perú. Contoricón también había formado parte en el pasado de la resistencia contra Sendero Luminoso. De acuerdo a las declaraciones de la policía zonal, el asesinato habría sido en represalia a una última intervención que han tenido en una importante incautación de drogas. La Central Asháninka de Río Tambo se expresó en la misma línea. En un comunicado emitido tras el fallecimiento del líder, sostienen que “En los últimos años hemos incautado varias toneladas de cocaína y se las entregamos a la policía. Esa es la razón de este asesinato”. Trasfondo. Contoricón era líder de la comunidad asháninka de Puerto Ocopa, ubicada en Río Tambo, provincia de Satipo. La zona es una vasta extensión de selva montañosa, en la ladera oriental de los Andes peruanos, donde funcionan los mayores cultivos de coca y en la cual se produce más de la mitad de la cocaína que sale del país, segundo productor mundial de dicha droga, apenas por detrás de Colombia. En la última década, según la ONG Global Witness, 60 líderes indígenas y activistas ambientales fueron asesinados en la región. Santiago Contoricón era una figura muy popular en la zona. Fue alcalde del distrito Río Tambo entre los años 2003 y 2006, y ofició como consejero regional de Junín en el 2015 y el 2018. Contoricón supo sobrevivir a las masacres que en los 90 cometió Sendero Luminoso, al cual se le adjudica la muerte de más de 400 ashaninkas. La voz local. Para entender más este episodio que ha conmovido al país, consultamos a José Beteta, Presidente de la Asociación de Contribuyentes del Perú. “Los hechos son que lo han matado unos sicarios. Contoricón era uno de los líderes que habían sobrevivido al terrorismo en las décadas de los 80 y 90. La zona en la que el vivía y trabajaba es un corredor por el cual el narcotráfico traslada cocaína, clorhidrato de cocaína, hoja de coca para la producción de la droga, por lo que es una zona muy caliente de la selva peruana y todo apunta a que lo han matado narcotraficantes. Por un lado el señor era una figura importante para toda la causa ambientalista y de los derechos humanos. Un líder con un sesgo ideológico bien marcado hacia la izquierda. Pero a los narcos no les interesa la ideología. A ellos no les importa si eres liberal, socialista o capitalista. Te matan igual”. Según José, “el problema del narcotráfico en el Perú y en la región se levanta por encima de la política. Preocupa ver cómo las actividades ilegales como el narcotráfico avanzan tanto sin ningún tipo de límites. Hay mucho miedo de las autoridades a meterse en zonas con presencia de narcos en Perú. Esperemos que no se utilice este crimen ideológicamente. La Policía y el sistema judicial están funcionando. Han mandado a todo el mundo a indagar, ya ofrecieron recompensa por los asesinos, pero en resumen es eso: el narcotráfico limpiando el terreno”. |
5. Polémica por concierto de Rosalía
Rosalía es la cantante del momento. La joven española, que mezcla música de su país con hip hop, reggaetón y lo que hoy se da en llamar “ritmos urbanos”, hace furor en toda América Latina. Y a ese furor se ha querido sumar Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de Ciudad de México, anunciando de forma muy juvenil, la decisión de patrocinar un concierto gratuito de Rosalía en el famoso Zócalo de la capital mexicana. El anuncio, como era previsible, ha sido recibido con alegría por una cantidad de fanáticos de la cantante española, pero con enojo por otro importante sector de la sociedad mexicana. Las críticas parecen obvias. México es una ciudad con enormes problemas y carencias, desde el sistema de transporte público, pasando por la limpieza y hasta el alcantarillado. Y gastar los escasos dineros del contribuyente en un show de este tipo, parece más una medida populista y demagógica, que una inversión razonable en cultura popular. A fin de cuentas, si hay una demanda seria para asistir a un concierto de este tipo, seguramente habrá un empresario dispuesto a asumir el riesgo de organizar el evento. Una de las reacciones más duras vino del ex presidente Vicente Fox, quien afirmó que “No tienen dinero para comprar vacunas. No tienen dinero para arreglar el metro. No tienen dinero para los tratamientos para el cáncer. Pero si tienen para traer a Rosalía al Zócalo y seguir en campaña. La austeridad solo es cuando les conviene”. El ingenio popular también reaccionó al anuncio, y las redes se llenaron de “memes” al respecto. Curiosamente, el episodio se parece mucho a otro ocurrido en el extremo sur del continente. En Uruguay, la intendenta de izquierda de la capital Montevideo, Carolina Cosse, organizó hace pocas semanas un mega evento feminista, donde el epicentro fue un show de la popular cantante argentina Lali Espósito. La artista cobró un cachet de 250 mil dólares por este evento, que no se logró cubrir con la venta de entradas, ya que apenas se vendió un 25% de las mismas, y la mayoría de los presentes fueron con entradas regaladas por la municipalidad. Todo con el agravante de que la jerarca uruguaya aprovechó para convertir el show en un acto político, apareciendo en todas las fotos, y siendo el verdadero centro del espectáculo. ¿Será acaso una receta coordinada por las dirigentes regionales de izquierda con aspiraciones presidenciales? En el caso de la uruguaya, Cosse ya ha anunciado que será candidata a la Presidencia. Pero para saber más cómo es la situación en México, le preguntamos a José Torra, del centro de estudios Caminos de Libertad. “Claudia Sheinbaum, actualmente es la predilecta del presidente López Obrador para ser su sucesora, o al menos lo es en apariencia ya que le ha permitido aparecer como tal en actos públicos. Es extraño de un presidente tan popular como populista poner a una persona de nulo carisma, que no puede conectar con las personas y que además tiene cargando 3 escándalos de accidentes provocados por negligencia de gente que estaba a su cargo y que costaron 54 vidas”. Para José, “Sheinbaum sabe que no es popular, pero en la búsqueda de ganar cierta popularidad se ha convertido en la más patética farsanta que ha visto la política mexicana, fingiendo ser devota de la Virgen de Guadalupe y asistente asidua a las procesiones de Semana Santa, construyendo un parque temático sobre “los aztecas” en lugar de la histórica Feria de Chapultepec y; ahora, organizando conciertos con figuras populares pagados por nuestros impuestos. Su popularidad no aumenta y en realidad lo único que le ha conseguido un lugar en la preferencia del votante es su cercanía con López Obrador. Mi opinión personal es que la están usando como escudo para que reciba todos los ataques, en camino a la elección, para finalmente ser reemplazada por un candidato más popular como Marcelo Ebrard, o más cercano ideológicamente a AMLO como Adán Augusto López”. |
6. Brasil: Inflación volvió a rango meta
Nota publicada originalmente en Mirada Sur
Martín Aguirre, Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero, editor