Mirada Sur: Escándalo en Colombia, narcos, Perú, petróleo y Foro de San Pablo
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- Hijo de Petro estremece al gobierno
Una tormenta política estremece a Colombia. El hijo del presidente Gustavo Petro, Nicolás, arrestado esta semana por cargos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos, acordó colaborar con la justicia, y afirma que la campaña de su padre recibió dinero del narcotráfico. Dineros que, además, habrían superado topes permitidos por la ley, y no habrían sido debidamente reportados ante las autoridades electorales. La supuesta financiación ilegal de la campaña pone al presidente Gustavo Petro en una difícil situación política y en el escenario de empezar a dar explicaciones ante instancias como la Comisión de Acusaciones y el Consejo Nacional Electoral. Hay que recordar que la ley colombiana establece que si un funcionario electo es condenado por delitos relacionados con el financiamiento ilegal, es posible que se ordene su destitución o pérdida del cargo que ocupa. Petro aseguró el jueves que nunca les ha pedido a sus hijos que cometan delitos, y ratificó que no intervendrá en la investigación. Algunas versiones aseguraban ayer que Petro había intentado acercarse a dialogar con su hijo preso, pero que éste se habría negado a recibirlo. Trasfondo. Todo comenzó con el arresto del hijo del presidente Gustavo Petro, Nicolás, y su ex esposa por presunto lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Apenas 24 horas después del arresto, Nicolás Petro afirmó estar dispuesto a colaborar con la justicia. “Quiero anunciar a Colombia que hemos decidido iniciar un proceso de colaboración donde me referiré a nuevos hechos y situaciones que ayudarán a la justicia”, dijo el hijo del “primer presidente de izquierda” del país. Nicolás Petro es acusado de haber recibido dinero del narcotráfico para financiar la campaña presidencial de su padre. Pero ese dinero habría sido usado para la compra de una mansión en Barranquilla, y de carros lujosos. Su ex esposa, Daysuris Vásquez, también imputada, fue quien dio inicio al proceso judicial cuando dijo a la revista Semana que el narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, alias “el hombre Marlboro”, le entregó una alta suma de dinero a Nicolás Petro, y lo mismo la familia del controvertido empresario Alfonso “Turco” Hilsaca. Popularidad. Ya el mes pasado, Gustavo Petro se había visto salpicado por otro escándalo de corrupción, cuando se difundieron audios en los que su exembajador de Venezuela, Armando Benedetti, también acusaba al gobierno de financiar ilegalmente la campaña electoral. El mandatario, que la semana próxima cumplirá su primer año de gestión, ha visto su popularidad caer en forma estrepitosa en este corto período. Para tener una “voz local” que nos aclare lo que está pasando en Colombia, consultamos al abogado y analista Daniel Briceño, que incluso antes de que se supiera sobre la acusación del hijo de Petro nos decía lo siguiente: “La afectación del tema de Nicolás Petro con el gobierno y la imagen del presidente es directa. En primer lugar, porque Nicolás, además de ser el hijo, también es una figura relevante dentro del grupo político del presidente. Fue una de las personas que coordinó la campaña presidencial en la costa. No estamos hablando de un hijo que no tenía ninguna relación política, estamos hablando de una persona que dirigió políticamente la campaña”. Según Daniel, “el mayor enigma que tenemos es saber si entraron dineros ilegales en la campaña de la costa atlántica que es donde se definió la campaña presidencial. Yo creo que cualquier colaboración que entregue Nicolás Petro a las autoridades afectará al propio presidente”. |
2. Bolivia a la caza de narco peligroso
Alguien dijo alguna vez que el narcotráfico había logrado lo que la política jamás pudo: la verdadera integración en América Latina. Y eso parece quedar patente en el caso del uruguayo Sebastián Marset, al parecer líder de un cártel de droga paraguayo, y quien esta semana escapó de manera cinematográfica de una redada policial en Bolivia. A Marset lo busca Interpol y la DEA por el presunto trafico de al menos 16 toneladas de cocaína entre Paraguay y Europa a través de Uruguay. El sábado pasado estuvo a punto de ser capturado cuando las autoridades locales allanaron su lujosa mansión en la ciudad de Santa Cruz. Pero Marset ya no estaba. Había huido junto a su esposa y tres hijos en una camioneta de alta gama, alertado de la operación que estaba por caerle encima. Aparentemente el personal de seguridad del narco anticipó la redada al detectar el movimiento de drones en las inmediaciones de la residencia. Sin tiempo que perder, secuestraron a un policía y pusieron los pies en polvorosa. Desde entonces, más de 2.000 efectivos de la policía boliviana, andan tras la pista del narco. El Ministro de Gobierno local señaló que se trata de “un narcotraficante de alto valor para toda nuestra región y el mundo entero”. El jerarca también informó que el policía secuestrado, fue liberado sin daños. Si bien Marset logró escapar, en los varios allanamientos realizados, las autoridades detuvieron a 12 personas de su entorno. También lograron incautar 17 fusiles, una pistola, 1.900 municiones, 28 cargadores para varias armas, cuatro chalecos antibalas, una motocicleta, 31 vehículos, marihuana y documentos de diversa índole. Quién es Marset. Futbolista profesional, organizador de espectáculos y narcotraficante, Sebastian Enrique Marset Cabrera, de 32 años, tiene una historia vinculada al negocio de la droga que se remonta a más de 10 años atrás. En 2012 llevó a cabo de su primera operación a gran escala, junto Juan Viveros Cartes, tío del ex presidente de Paraguay, Horacio Cartes. La policía incautó una avioneta, piloteada por el paraguayo, cargada con casi media tonelada de marihuana, que luego Marset confesó ser el destinatario del alijo. Fue condenado a 5 años de cárcel. Cuando salió en libertad, viajó a Bolivia y Paraguay donde se hizo conocer como un exitoso hombre de negocios. Para 2019 era el productor artístico más importante de Paraguay y ese año formó parte de la coordinación de más de 400 eventos. Además, es un apasionado del fútbol. Su pasión por este deporte, lo llevó a integrar varios planteles. En Paraguay, jugó para el equipo profesional Deportivo Capiatá, donde vistió la casaca número 10. Para obtenerla pagó, a su anterior portador, la suma de 10 mil dólares. En Bolivia, hasta su fuga, jugó en un equipo que él mismo fundó: Los Leones El Torno, que compite en la liga de Santa Cruz. Son llamativas sus múltiples apariciones públicas, integrado a la vida social como un ciudadano más. Alto perfil que combina con una especial habilidad para la evasión que le permite seguir prófugo de la Justicia desde fines de 2021, cuando salió con pasaporte uruguayo de los Emiratos Árabes Unidos, donde se encontraba preso por portar documentación falsa. Además de esto, Marset fue señalado como quien ordenó la muerte del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en mayo en el Caribe colombiano. La investigación de las autoridades de Colombia, Paraguay y Estados Unidos apunta contra el clan Insfrán, red paraguaya de tráfico de cocaína comandada por Miguel Ángel Insfrán Galeano y el uruguayo Marset. |
4. Boluarte hace equilibrio en Perú
La situación política en Perú es crítica desde hace tiempo. En los últimos 4 años, 6 presidentes pasaron por la Casa de Pizarro y ninguno pudo completar un período de mandato. El último en caer, Pedro Castillo, intentó dar un autogolpe de estado en diciembre pasado y acabó destituido y preso. En su lugar, por sucesión presidencial, asumió Dina Boluarte, primera mujer en ocupar el cargo, pero no logró traer calma a las agitadas aguas. Por el contrario, a partir de entonces la situación política y social fue aumentando la tensión y Boluarte se vio enfrentada a una ola de protestas masivas en las que murieron 50 personas y miles resultaron heridas. En un contexto donde su popularidad no sólo es baja, sino que además, va en caída (pasó de un 12% en junio a un 10.9% en julio) la presidenta, aprovechando la celebración de los 202 años de vida del Perú, le habló a la población y al Congreso. Fue su séptimo discurso en 5 meses. La voz local. Para entender lo que está pasando por estos días en el país andino, contactamos a José Beteta, Presidente de la Asociación de Contribuyentes del Perú, y le hicimos unas preguntas sobre la situación del país y de su presidenta – ¿Qué pasa con las protestas? ¿Se han calmado? – Las protestas no sólo se han calmado sino que el intento de realizar la “Tercera Toma de Lima del 19 de julio al 28 de julio inclusive (día central de las fiestas patrias peruanas) no congregó a más de 30 mil personas en todo el país, de las cuales no más de 6 mil se concentraron en el centro de Lima. Aunque hubo algunos actos de violencia, todo fue bastante más tranquilo que en los primeros meses del año. Los colectivos más radicales intentan traer gente de provincias y sostener este tipo de “asedio”, pero no tienen presupuesto, no tienen norte, la situación económica es aún sensible entonces muchas personas que podrían marchar, prefieren trabajar. – ¿Y el mensaje de la presidenta, cómo lo viste? – El mensaje de Dina Boluarte fue el más largo de los últimos 33 años, 3.20 horas y 72 páginas con lo cual es imposible no pensar que quería adormecer a los oyentes, enredarlos, confundirlos o decir tantas cosas para que luego fuera difícil analizar una o dos. Lo más importante: pidió perdón en nombre del Estado por las personas que fallecieron en las protestas a causa de la violencia, llamó al diálogo a todos los partidos, grupos y colectivos (algo que viene haciendo ya hace semanas y que es muy útil comunicacionalmente) y prometió una gran cantidad de dinero para Puno, la región sureña más complicada del país. – ¿Y la presidenta, en qué situación se encuentra? – Es débil, muy débil, en aprobación, en capacidades, en talento para romper un poco el esquema, y eso es peligroso porque se sostiene no en ella misma sino en incentivos externos alineados. El congreso no se quiere ir La gente está trabajando y con poca plata. La izquierda se ha debilitado mucho. La polarización genera suma cero. Pero todo esto que la sostiene no tiene que ver con ella. En el momento en que algunas de estas variables cambie o ella haga algun desastre más, se cae todo. |
4. Petróleo, ¿bendición o castigo?
La redacción de Mirada Sur a veces nos lleva por caminos inesperados. Fue lo que pasó esta semana, cuando escribimos a nuestra amiga Rocío Guijarro, del Centro de Estudios Cedice-Libertad en Venezuela, para consultarle sobre el aparente vínculo carnal entre el gobierno de Nicolás Maduro y el regimen sirio. Y Rocío nos cambió el foco, ya que nos comentó sobre un apasionante documental desarrollado por el Cedice y otro centro llamado Ciudadanía Sin Límites, y que muestra la particular dependencia de Venezuela con el sector de la energía, en especial del petróleo. Si quiere, puede verlo aquí. Nosotros lo hicimos, y nos gustó mucho. Sobre todo porque existe una cantidad de mitos sobre el vínculo de Venezuela y la indústria del petróleo, en particular luego del proceso de estatización que llevó adelante Hugo Chávez, y el desastre que se generó desde entonces. Al punto que Venezuela, el país con las reservas de petróleo más grandes del hemisferio, está produciendo poco, y su sociedad vive una de las peores crisis económicas y humanitarias de la actualidad. ¿Cómo puede ser? Bueno, para entenderlo mejor le hicimos tres preguntas a Jesús Armas, de Ciudadania sin Limites. – ¿Por qué las enormes reservas petroleras de Venezuela no han permitido llevar al país al desarrollo? – Esto tiene que ver con la filosofía política dominante desde mediados del siglo XX hasta el día de hoy, en donde se ha puesto como el centro de la actividad económica al Estado y no al individuo. En Venezuela predominó la idea de que el desarrollo tenía que venir de la mano de una empresa petrolera de propiedad estatal que fuese el motor de la economía y que colocase los ingresos petroleros en actividades estratégicas como ciertas industrias, salud, educación, sin embargo, eso devino en un modelo en el cual el gobierno de turno elegía de manera discrecional en que invertir los recursos petroleros y por tanto tenían altos incentivos para utilizar esos ingresos en programas clientelares. Este modelo rentista tuvo algunos avances importantes en salud, educación e infraestructura, pero eventualmente fue tan frágil y tan dependiente de la volatilidad de los precios del petróleo, que terminó allanando el camino para que alguien con pretensiones autoritarias utilizase la renta petrolera para destruir las instituciones democráticas y para profundizar la dependencia de los ciudadanos con el estado, creando una Economia llena de controles y destruyendo la iniciativa empresarial. Eso ha llevado a los venezolanos a una crisis humanitaria en donde el 80% del país vive en pobreza y donde cada día son reprimidos los derechos humanos y las libertades individuales. – ¿Cuál crees que ha sido el impacto cultural en la sociedad venezolana de tener esta enorme riqueza disponible? – Por muchas décadas los venezolanos vivieron bajo la creencia de que éramos un país rico. Eso causó que distintos grupos de interés desarrollaran conductas muy particulares, buena parte del sector empresarial venezolano se convirtieron en cazadores de rentas, buscaban acercarse a los partidos políticos para obtener contratos del estado en lugar de competir en igualdad de condiciones en el mercado. De la misma forma, las personas de sectores más vulnerables se hicieron victimas del clientelismo, muchos de ellos buscando que algún político los ayudara con alguna donación o a conseguir un trabajo con el estado. En general el impacto del mito de la riqueza petrolera le hizo mucho daño al país. Pero siento que eso ha cambiado, hoy los ciudadanos han entendido que el petróleo es un recurso natural, pero sin trabajo no representa nada. Para concluir, Jesús nos decía que “Si venezuela recupera su democracia y hace las reformas necesarias para tener libertad económica y estado de derecho, podríamos tener la oportunidad de convertir al país en el Hub energético del continente. Eso representaría inversión, empleos, desarrollo e impulso para otras industrias”. |
5. El Foro de San Pablo y su contracara
El Foro de San Pablo es una especie de alianza de sectores de izquierda en América Latina. Por lo general, es objeto de todo tipo de versiones y acusaciones de estar detrás de buena parte de la agitación política en el continente. Pero el mes pasado, durante su encuentro anual en la ciudad de Brasilia, un discurso del presidente Lula da Silva volvió a poner el tema en el centro de la agenda. Lula narró como este foro había sido el fruto de sus conversaciones con el ex dictador cubano Fidel Castro, con quien estaban obsesionados por dos cosas: recuperar la legitimidad de las ideas de izquierda tras el fracaso del bloque socialista y la caída del Muro de Berlín. Y lograr poner fin a las divisiones en la izquierda, para así poder encarar un proceso de toma de poder político por la vía democrática. Algo que finalmente se logró en el período entre 2002 y 2010, con gobiernos como los de Chávez en Venezuela, Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia, etc. Período que, según Lula “América Latina vivió su mejor momento en 500 años”. Hay millones de venezolanos, argentinos, ecuatorianos y bolivianos que dirían algo muy diferente. Pero Lula dijo también otras cosas. Tal vez la más impactante haya sido la frase de que “la derecha nos trata como si fuéramos terroristas, nos acusan de comunistas, como si eso nos fuera a ofender. Eso no nos ofende, eso nos enorgullece”. Más allá de lo insólito que parece que en el año 2023 haya que explicarle a alguien por qué el hecho de que a uno lo acusen de comunista es un insulto, el planteo de Lula genera una interrogante. ¿Existe una contracara a esta alianza “de izquierda” en América Latina? ¿Hasta dónde las pequeñas diferencias teóricas entre liberales, conservadores, y personas de centro con apego a la institucionalidad democrática, están impidiendo una confrontación ideológica más equilibrada con el Foro de San Pablo? El candidato obvio para responder estas preguntas es Roberto Salinas, director del centro para América Latina de Atlas, y alguien que conoce a fondo la realidad política de la región. Roberto nos decía que “Muchas veces lamentamos que dentro de los liberales libertarios de la centro derecha, de la extrema derecha, de lo que sea, la etiqueta que uno prefiera, pues, parecería que las diferencias son insuperables y a veces nos acabamos crucificando unos a los otros. En ese sentido, hay un proyecto interesante que se va a lanzar este año, llamado ´Grupo Internacional Libertad y Democracia´ formado por mandatarios y exmandatarios de Iberoamérica que tiene como objetivo fortalecer las ideas de la libertad y de la democracia liberal en los países de la región. Este es el primer esfuerzo de su tipo que trata de aglutinar a líderes de todos los sectores, políticos, ex-presidentes, empresarios, líderes de la sociedad civil, influencers, líderes de los medios de comunicación, con el fin de conformar un frente común que desafíe el dominio del Foro de São Paulo y del Grupo de Puebla. Dentro del grupo puede haber muchísimas diferencias, pero el denominador común es la defensa de la libertad y la defensa de la democracia liberal ante la ola de populismo que se ha desatado en la región”. Según Roberto, “son varios expresidentes que al inicio lo impulsaron, pero se han sumado varias organizaciones, entre ellas la Fundación Internacional para la Libertad, la Fundación Libertad. Gerardo Bongiovanni, como siempre, el gran empresario de ideas, está operando en buena medida este esfuerzo. El primer encuentro presencial se va a dar el viernes 22 y 23 de septiembre en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, justamente en la antesala de las elecciones presidenciales y de lo que parece ser un cambio de pulso, un cambio de tendencia en la Argentina. La idea es capitalizar esas oportunidades para poder impulsar la libertad y la democracia abierta”. Habrá que estar pendientes, pues a lo que surja de ese encuentro en Argentina. |
6. Uruguay: La inflación marca 4,8%
Nota publicada originalmente en Mirada Sur
Martín Aguirre, Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero, editor