Mirada Sur: ¿Que cambia con Sheinbaum? ¿Alianza Bukele Milei? ¿Muerte sospechosa en Nicaragua? ¿Evo abusador de menores?
En 10 minutos, todo lo que hay que saber de América Latina
Escucha la noticia
Sheinbaum abre nueva era para México
Finalmente, esta semana se concretó la asunción de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de México. Arropada por toda la cúpula política de la izquierda regional y local, la heredera de Andrés Manuel López Obrador asumió el comando de la (algo pomposamente) llamada “Cuarta Transformación” del país. “Por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación”, dijo la exalcaldesa de Ciudad de México de 62 años, quien prometió respetar la Constitución de México y “desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidenta de la república (…), mirando en todo por el bien y prosperidad”.
Sheinbaum llega al poder con un fuerte respaldo popular y en el parlamento del país, pero también con enormes desafíos. Empezando por un clima de crispación ante la promesa de reformas constitucionales que prometen cambiar radicalmente los equilibrios políticos del país. Siguiendo por los problemas económicos y financieros que atraviesa México. Y para terminar, la siempre problemática tutela de un político nato como López Obrador, cuya influencia seguirá siendo determinante en el país. Para tener una mirada distinta a la lluvia de corazoncitos que ha dominado la cobertura de las grandes agencias y medios, consultamos a José Torra, analista del centro de estudios Caminos de Libertad, para que nos diera su visión sobre el momento que vive México.
“Lo primero que hay que decir es que la sociedad mexicana apostó por la continuidad, por el obradorismo. La gente realmente ha comprado el discurso de López Obrador, quien ha seguido una estrategia del tipo Goebbels, de tener todos los días una conferencia mañanera en la que él dicta la agenda”, nos dice José. “Y la agenda de Sheinbaum es la de López Obrador. No hay una diferencia, no hay un divorcio. De hecho lo que pasó en la inauguración fue que se habló de garantizar la continuidad de la “cuarta transformación” como le llaman a su movimiento.
Y ¿cuál es la idelogía de Claudia Sheinbaum? “A diferencia de un representante de la izquierda vieja como era López Obrador, Sheinbaum sí tiene estas ideas de la nueva izquierda norteamericana, de la teoría crítica, de las intersecciones. Por ejemplo en su discurso inaugural mencionó a las poblaciones afromexicanas, que no son un bloque cultural como sí lo son en otros países. Acá tenemos una estructura racial totalmente distinta de la norteamericana. Pero no, Claudia realmente cree en estas teorías traídas de las universidades americanas. Por ese lado, en cuanto a su política social, podemos esperar un poco más del dominio de lo que en Norteamérica se llama el woke”.
En materia económica, José cree que lo que “vamos a ver es más de lo mismo, una izquierda que cree en las dádivas, que cree en la sustitución de importaciones, que ha sido tan dañina para México, y que cree todo se puede solucionar mediante impuestos y gastos”. “El nuevo gobierno tiene toda esta carga de un montón de grupos de interés a los que les tienen que cumplir con políticas asistencialistas y dadivas directas. Y la tarjeta de crédito se nos está topando lenta, pero constantemente”.
Cómo impacta Sheinbaum en la región
El traspaso de mando en México tiene mucha importancia para la política latinoamericana. Se trata del país que, junto con Brasil, tiene más peso económico y político en el continente. Y ambos están bajo gobiernos que podríamos llamar “de izquierda”. Esto, que durante el sexenio de López Obrador fue importante, pero no tanto ya que se trataba de un mandatario que se enfocaba de forma excluyente en su país, puede cambiar ahora con Claudia Sheinbaum.
Algo de ello pueden haber percibido los principales mandatarios “de izquierda” de la región, que fueron los únicos que acudieron masivamente a arropar a la nueva mandataria mexicana. La foto de Lula, Petro, Boric y Xiomara Castro, posando frente a un enorme cuadro de Emiliano Zapata, fue una de las postales de la ceremonia de esta semana en Ciudad de México. Para intentar entender cuál puede ser el impacto regional de este cambio de gobierno en México, y si Sheinbaum puede aspirar a influir más en la región, consultamos a uno de los expertos más conocedores de la realidad política continental, mexicano, liberal y gran amigo, Roberto Salinas. En pleno viaje, volviendo de la reunión de la sociedad Mont Pelerin, Roberto nos decía lo siguiente:
“Es una situación compleja y sumamente paradójica. Porque por un lado no hay duda de que Sheinbaum se quiere posicionar como la líder del gran romance socialista, regional, antigringo, de la lucha de clase. Una especie de lideresa de toda una serie de supuestos campeones de la justicia social. la cofradía de Petro, Díaz Canel, etc. Así que no hay ninguna duda que en su corazoncito ella ciertamente quisiera ser emblema y líder de esa causa supuestamente social, de esa izquierda sesentera, setentera, latinoamericana que celebra las causas del Che Guevara, que celebra el socialismo bolivariano, etc”.
“Pero, por otro lado, también dijo que es una presidenta que pretende aprovechar todas las ventajas del Near Shoring. Y el Near Shoring al final del día es libre comercio, inversión privada y transición energética. Y bueno, es una retórica, es una narrativa completamente diferente y contradictoria a esa nostalgia de romance socialista, estatista, que pretende identificarse con las supuestas izquierdas nobles de gente como Petro, Evo Morales, etc”.
Por último, nos decía Roberto, “la otra cuestión paradójica es que le guste o no a Claudia Sheinbaum, los Estados Unidos es el socio comercial número uno de México, y eso hace inviable el estar coqueteando con ser la nueva gran representante del Foro de San Pablo, el Grupo de Puebla, y esas cosas”.
Milei recibe a Bukele en Buenos Aires
La afinidad y mutua admiración que existe entre Javier Milei y Nayib Bukele, presidentes de Argentina y El Salvador respectivamente, es conocida. Y por eso la visita del mandatario centroamericano a Buenos Aires fue vista como una instancia para afianzar el vínculo entre los dos países. “Lo considero mi amigo”, manifestó Bukele en referencia a Milei.
Es la segunda vez que los dos jefes de Estado, reconocidos por sus declaraciones y decisiones por fuera del molde, se reúnen mano a mano. La primera fue cuando el libertario argentino asistió a la asunción del segundo mandato presidencial de Bukele, en junio de este año.
Trasfondo. Javier Milei y Nayib Bukele son los jefes de Estado más disruptivos que han surgido en la región en mucho tiempo. Dos figuras de proyección que se han destacado por su alto perfil y su comunicación directa y frontal, fundamentalmente a través de las redes sociales, recurso que manejan con gran solvencia. Sobre todo el salvadoreño, a quien han bautizado como el Presidente Millennial, no solo por su juventud, sino más bien por sus habilidades como “influencer”. Ambos gobernantes son considerados outsiders, categoría que de un tiempo a esta parte, ha demostrado ser atractiva para el votante cansado de los políticos convencionales. Y también ambos apuntan sus armas ideológicas y retóricas contra la élite política, esa que Milei bautizó “la casta”.
Pero así como hay coincidencias, también hay discrepancias entre ellos. Por ejemplo en el terreno económico. Allí sus ideas se distancian: mientras el salvadoreño defiende ciertas políticas sociales como los subsidios y el control de precios, Milei está convencido que el ajuste fiscal y la reducción sistemática del peso del Estado son esenciales para el desarrollo de su país.
La voz local. Muchos se preguntan si el vínculo entre Milei es real y sincero o si se trata más bien de una alianza de conveniencia en oposición con la progresía latinoamericana. Y esa pregunta fue la que le hicimos a Garret Edwards, de la Fundación Libertad, y buen amigo de Mirada Sur.
¨Lo primero y principal”, dijo Garret, “es que es un vínculo diplomático pero a la vez amistoso y que ya se viene perfilando incluso desde antes de que Milei arribara la presidencia. Bukele es un personaje al que tanto Milei como Bullrich miran con admiración y con respeto, por un lado por el manejo que tiene de lo retórico y por otro lado por lo que ha sido su lucha contra la inseguridad en El Salvador. Discusiones y disquisiciones aparte respecto de los resultados, hay muchas posturas divergentes sobre Bukele, sobre la potencial violación de los derechos humanos, sobre cómo es que ha arribado a los guarismos en inseguridad. Bukele tiene muchísimo apoyo pero también muchísimos detractores. Es una figura muy polémica que llegó a la Argentina sin agenda oficial pública durante el fin de semana y no se supo bien qué hizo en esos momentos. Luego tuvo el encuentro con Milei, y es la continuidad de un vínculo que continúa afianzándose y volviéndose más fuerte. Uno se pregunta también íntimamente qué pensará cada uno del otro, pero lo que podemos ver es solamente la faceta pública de ambos.”
Sorpresiva muerte de hermano de Ortega
El general retirado y ex Ministro de Defensa, Humberto Ortega Saavedra, falleció esta semana de un paro cardio respiratorio. Tenía 77 años y había cobrado notoriedad en los últimos tiempos por sus críticas públicas al poder su hermano Daniel, al que definió como autoritario. Figura fundamental de la revolución sandinista, la muerte le llegó en su casa, donde se encontraba recluido desde el 21 de mayo, luego de que unas declaraciones al portal Infobae vieran la luz.
En dicha entrevista, el ex militar se expresó en términos críticos respecto al régimen que encabeza su hermano, pero fue particularmente duro al referirse a Rosario Murillo, esposa del mandatario nicaragüense y según el propio Ortega, la “copresidenta” de la nación centroamericana. El hombre manifestó sus dudas sobre la continuidad del régimen ante la eventual muerte del Presidente, de 78 años y descartó que tanto Murilllo como su hijo Laureano, sean capaces de suceder a Ortega. “Su poder dictatorial no tiene sucesores, tras su muerte deberá haber elecciones”, aseguró en aquella ocasión y añadió que su cuñada “tiene el peso que Daniel le quiera dar… y veo muy difícil una situación con ella sola al frente”.
A las pocas horas de publicada la nota, un operativo policial había cercado su residencia. Pero el gobierno aseguró que el ex Ministro no se encontraba detenido ni tampoco en régimen de arresto domiciliario. Sin embargo, se le exigió informar a las autoridades sobre cualquier movimiento que pretendiera realizar. Según el portal del diario La Prensa, que se edita en la vecina Costa Rica, el general Ortega se encontraba incomunicado desde entonces. Por su parte, el periodista Juan Sebastián Chamorro aseguró, desde su exilio, que Ortega Saavedra falleció estando “bajo arresto domiciliar y custodia policial de la policía sandinista”.
Trasfondo. Ortega Saavedra fue un hombre clave en la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional que logró derrotar a la dictadura de Anastasio Somoza. Un régimen basado en el terror y la opresión que mantuvo a Nicaragua sometida por más de 4 décadas. En 1979, con el triunfo de la revolución, se convirtió en uno de los 9 comandantes que dirigieron el país durante el periodo de la Guerra Civil que se extendió hasta 1990. Luego fue nombrado jefe del Ejército nacional en el gobierno de Violeta Chamorro y desde ese lugar cumplió un rol clave en el proceso de paz que prometía una transición pacífica hacia la democracia en un país devastado por años de luchas intestinas.
Durante ese período comenzó a distanciarse de su hermano por la posición violenta y radical que éste había tomado. Finalmente, en 1995, se retiró y se mudó a las afueras de la capital, Managua. Desde su retiro, fue crítico con el régimen y fundamentalmente con las actitudes de Murillo.
Al mismo tiempo, la Plataforma de Unidad por la Democracia, que reúne diversas organizaciones de exiliados nicaragüenses, también lanzó un comunicado respecto al fallecimiento del ex general Ortega, en el cual lamentaron que muriera sin enfrentar a la justicia “por sus innumerables crímenes de lesa humanidad” en sus épocas de líder del Ejército.
Evo Morales investigado por abuso de menores
La noticia es la bomba política de cierre de semana en América Latina. El ex presidente bolviano, Evo Morales, el líder indigenista que enoramoró por años a la progresía regional, acusado de abuso de una menor. Y la acusación es casi tan grave como todo lo que sucedió después con el caso.
El miércoles se conoció que el expresidente Morales enfrentaba una orden de aprehensión por los delitos de estupro y trata y tráfico de personas. La medida fue emitida por la Fiscalía de la región de Tarija, pero misteriosamente, horas después, fue desactivada mientras que la fiscal a cargo denunció presiones desde la Fiscalía General del Estado. La fiscal explicó que recibió un instructivo del fiscal General del Estado, Juan Lanchipa, de dejar el caso.
El caso por el que se investiga a Evo Morales involucra a una niña que cuando tenía 15 años habría tenido una relación con el ex mandatario, quedando embarazada, y luego dando a luz a una niña, de la que Morales sería el padre reconocido en un certificado de nacimiento. De confirmarse esto, sería un golpe durísimo para la imagen exterior del ex mandatario, que siempre fue conocido por su gusto por las mujeres jóvenes, pero no menores de edad.
Su reacción no se hizo esperar, “No me extraña ni me preocupa. Todos los gobiernos neoliberales, incluido el actual, me amenazaron, me persiguieron, me encarcelaron, intentaron matarme. ¡No tengo miedo! ¡No me callarán!”. El caso surge en medio de la pelea interna en el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) entre las facciones afines a Morales y al presidente del país, Luis Arce, por el control del partido, y la candidatura presidencial para las elecciones de 2025.
La acusación, de ser confirmada, implicaría un golpe no sólo para Morales, sino para la autoridad moral de muchos líderes de la izqueirda regional, que suelen defender un feminismo radical en sus plataformas, y que ahora deberían condenar sin tibieza el accionar de su hasta hace días admirado líder indigenista.
Nota publicada originalmente en Mirada Sur
Martín Aguirre, Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero, editor