La marcha indígena es analizada desde la perspectiva del desafío político y la Declaración de la ONU de 2007
Página Siete y William Herrera reflexionan sobre los derechos vulnerados de los pueblos indígenas.
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Página Siete – Marcha indígena, un desafío para Arce
La marcha protagonizada por indígenas de tres departamentos rumbo a la ciudad de Santa Cruz concita la atención de los medios en su áreas de opinión. Tal el caso del editorial de Página Siete de este lunes que en una primera parte recuerda que Evo Morales no atendió los problemas de fondo de los pueblos indígenas del país pese a que tomó la bandera del indigenismo para llegar al poder. “Un gobierno realmente indígena habría atendido con prioridad a esta población, en occidente y en oriente, más allá de los simbolismos que sólo sirven para alimentar una imagen de exportación con objetivos políticos”, cuestiona el editorial.
La marcha indígena que partió hace 20 días de Trinidad, precisa el diario paceño, supone ahora un desafío para el “mestizo y citadino Luis Arce Catacora” porque “los indígenas fueron agredidos” por grupos de interculturales, un inescrupuloso sector del masismo con el medio ambiente y las normas que protegen a los pueblos indígenas, “y hace ocho días partió otra marcha desde comunidades afines al gobierno, que si bien enarbola iguales demandas, podría generar fricciones cuando coincida con la otra columna en el trayecto con destino a Santa Cruz, algo que el gobierno de Arce debe evitar”.
Luego de destacar la decisión del Ministerio de Gobierno de dar seguridad policial a la marcha de los indígenas, Página Siete sostiene que el presidente Arce tiene la posibilidad de resolver el conflicto de raíz “evitando fricciones o cosas peores”, refiriéndose a la violenta represión policial a la Octava Marcha Indígena el 25 de septiembre de 2011 en la localidad beniana de Chaparina. Arce tiene la posibilidad de demostrar que, aún sin ser un indígena, es capaz de atender las demandas de este sector con mayor efectividad que el gobernante que se arropó con esa identidad por cálculo político.
William Herrera – La marcha de los parias
En su artículo de opinión publicado este lunes por El Deber, el jurista hace un recuento de algunas marchas de los pueblos indígenas, comenzando por la de 1990, siguiendo por la de 1996 y terminando en la de 2011 que fue reprimida por el gobierno de Evo Morales, que se decía gobierno indígena. En esa línea puntualiza que la Ley 266, promulgada por Morales en octubre de 2011, anuló la Ley 180 que blindaba al TIPNIS al declararlo “patrimonio sociocultural y natural, Zona de preservación ecológica y área protegida de interés nacional, Zona de reproducción histórica y hábitat de los pueblos indígenas Chimán, Yuracaré y Mojeño-Trinitario”.
Herrera hace hincapié en su texto de opinión en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los pueblos indígenas de 13 de septiembre de 2007 que en su artículo tercero establece que “los pueblos indígenas tienen derecho a la autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales” y sostiene que dicha declaración también señala que los pueblos indígenas “son libres e iguales a todos los demás pueblos y personas, y tienen derecho a no ser objeto de ningún tipo de discriminación en el ejercicio de sus derechos, en particular la fundada en su origen o identidad indígenas”.
El jurista termina su artículo mostrando la incongruencia de los gobiernos del MAS sobre los pueblos indígenas porque pese a haber enarbolado las banderas de ese sector, apuntan a un retroceso histórico “pervirtiendo y minando” el Estado de Derecho, la Constitución, los Convenios y Pactos Internacionales. “Los parias bolivianos no tienen otra forma de hacerse escuchar, que no sea a través de las marchas pacíficas, que nunca han sido del agrado del gobierno”, finaliza Herrera.