Miradas críticas desde La Paz y Lima a los afanes expansionistas e injerencistas de Morales a través de Runasur
Resumen de los editoriales de Página Siete y El Comercio, y del artículo de Edwin Cacho Herrera
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Freno en seco a Evo Morales – Página Siete
Este martes su editorial está dedicado a la presión que ejercieron excancilleres, exvicecancilleres, presidentes de comisiones legislativas, medios de comunicación y líderes de opinión de Perú para evitar un nuevo ingreso de Evo Morales con el propósito de encabezar la reunión de Runasur el 20 y 21 de diciembre en Cusco y “avanzar en la construcción de un proyecto plurinacional en toda América”. Página Siete precisa que “los organizadores dubitaron primero y luego dieron por suspendido el evento” aduciendo la presencia de la variante ómicron del Covid-19 en la región.
“Lo cierto es que el rechazo iba creciendo y (Pedro) Castillo estaba en aprietos, al punto que la Cancillería peruana tuvo que salir a aclarar que la convocatoria no involucra ni vincula al Estado peruano y tampoco al resto de los estados de la región”, recuerda el editorial que coloca las cosas en su lugar al decir que fue una exageración la hipótesis de que se busca una salida al mar para Bolivia desmembrando el territorio peruano. “Lo que busca el expresidente es recuperar el poder perdido y erigirse como un líder continental de los pueblos indígenas y movimientos sociales”, añade.
Página Siete expresa la certeza de que Morales “pretende replicar en el continente lo que hizo en Bolivia, aglutinando una base social que defienda el proyecto político”, otra muestra de la conducta injerencista del jefe del MAS en Perú, lo que ha comenzado a generarle problemas al Presidente peruano que recibió a Morales como “invitado especial”. “Es probable que Morales siga insistiendo con su delirio de ser un líder latinoamericano, pero de tanto en tanto no faltarán quienes le hagan pisar tierra como hicieron los peruanos”, finaliza el editorial.
Qué virus es más peligroso – Edwin Cacho Herrera
El último artículo de opinión del periodista Edwin Cacho Herrera de este lunes hace una comparación a partir del motivo oficial para la suspensión de la reunión de Runasur en Cusco. “Ómicron ha sido considerada por la OMS como una variante de preocupación (…). Evo Morales es considerado por el sistema político e institucional de Perú como un elemento de riesgo para la democracia y la seguridad del vecino país. Ómicron se transmite velozmente por países del mundo (…), y ya cobró su primera víctima mortal en el Reino Unido. Evo Morales quiere expandir rápidamente su liderazgo a nivel continental y se podría decir que su primera víctima es la democracia boliviana”.
La irónica comparación de Herrera continúa de la siguiente manera: “Ómicron es combatida en el mundo con la reactivación de las restricciones sanitarias y la prohibición de viajes aéreos hacia y desde el sur de África. Perú ha prohibido los ingresos terrestres desde Bolivia y Chile para blindarse de la nueva variante. Evo Morales es combatido por congresistas, militares, excancilleres y exvicecancilleres peruanos que le cerraron el paso a su país con pronunciamientos de rechazo a su presencia y sobre todo con la declaración de persona no grata en todo su territorio”.
Para el periodista, queda claro que la variante ómicron ha sido utilizada en Perú como un pretexto para postergar el propósito de Morales de consolidar la plataforma ideológica llamada Runasur. “Felizmente para el mundo, la reactivación de las medidas sanitarias y la vacunación masiva contra el Covid-19 pueden frenar el avance de ómicron. Lamentablemente para Bolivia, hasta el momento no se ha descubierto una vacuna democrática que neutralice la operación retorno de Evo Morales al poder absoluto y eterno. La nueva variante del virus pandémico puede ser controlada, el virus político, todavía no”, concluye el texto de opinión de Herrera.
Silencio diplomático – El Comercio de Lima
El editorial del diario peruano del último domingo abordó el tema Morales-Runasur. Recoge la advertencia de un grupo de 11 exministros y viceministros de Relaciones Exteriores sobre la intención de “desmembrar al Perú otorgando a Bolivia una salida soberana al Pacífico y así conformar una ‘nación aimara’ como extensión territorial boliviana” y rescata lo esencial de un comunicado de los presidentes de las comisiones de Inteligencia, Relaciones Exteriores y Defensa Nacional del Congreso peruano en sentido de que Runasur supone un “proyecto geopolítico que busca el control de los recursos naturales peruanos (…), así como una salida soberana al mar para Bolivia, en detrimento de la soberanía e integridad territorial del Perú”.
Si bien los organizadores ya habían anunciado la suspensión del encuentro de Runasur en Cusco, el editorial de El Comercio deja en claro que “la iniciativa de Morales se enmarca en un proyecto más amplio y consistente de intromisión en la política peruana” y para sustentar su posición recuerda el funcionamiento de una sede del MAS precisamente en Cusco y el reciente ingreso irregular de operadores del partido de Evo Morales a Perú. “Sus objetivos serían el impulso de una asamblea constituyente, la legalización de los cultivos de coca, la expulsión de la agencia antinarcóticos estadounidense DEA y la nacionalización de los hidrocarburos”, alerta el influyente periódico limeño.
“En nombre de la tolerancia, el Estado Peruano no puede ser sujeto pasivo de sabotaje internacional o de manipulación para intereses foráneos”, critica El Comercio que de inmediato fustiga el silencio del presidente Pedro Castillo y de su canciller Óscar Maúrtua. “Su silencio ya no es solo preocupante; es estremecedor. Si este nivel de interferencia –en el que un exgobernante de otro país puede organizar un evento en territorio nacional con sus propios operadores políticos encubiertos para promover el desmembramiento de la república– no amerita un pronunciamiento de cancillería y una respuesta decidida del resto del aparato público, se ha perdido ya toda noción de responsabilidad con las tareas que se les han asignado para defender los intereses de la patria”, reclama el editorial.