Queman la industria sin chimeneas, queman la generación de empleos, queman el bienestar de quienes viven del turismo
Página Siete y Opinión, además de un investigador, reclaman que el Estado deje de lado su desinterés y apoye la recuperación económica del país de la mano del turismo.
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Página Siete
“Están quemando la industria del turismo” reclama Página Siete desde el titular de su editorial de este martes que prosigue con la siguiente comparación preocupante. “Se conocen casos de hoteles destruidos por asuntos políticos o guerras internacionales, pero nunca porque los habitantes están en desacuerdo con el emprendimiento”, Al margen del daño económico causado a la iniciativa hotelera de capitales suizos y bolivianos, y la desconfianza de inversionistas extranjeros en el país, el diario paceño sostiene que “la peor pérdida es para Bolivia porque esta noticia provocará miedo en los potenciales turistas que preferirán visitar otros destinos antes que el Salar de Uyuni”.
Con relación al conflicto de límites que subyace al ataque al complejo hotelero, Página Siete afirma que “es probable que Potosí tenga razón en su reivindicación territorial, no lo sabemos, pero de lo que estamos seguros es que ésta no se puede resolver quemando un hotel”. Y marca dos aspectos que pudieron cambiar el desenlace: que la Policía no haya acudido al llamado de auxilio del hotel Kachi Lodge y “la inacción del gobierno central en una temática que involucra al principal destino turístico de Bolivia”.
En esa línea, Página Siete concluye su editorial con una exigencia a nivel departamental y nacional. “Lo que debería ocurrir es que las autoridades de ambas regiones que, dicho sea de paso, ambas son del MAS, se reúnan para resolver sus diferencias dialogando. Y el gobierno nacional no puede presenciar de palco mientras la industria del turismo (la industria sin chimeneas) se convierte literalmente en humo”.
Opinión
El periódico Opinión de Cochabamba también dedica su editorial de este martes a lo ocurrido en el desierto de sal de nuestro país, cuestiona que se intenten resolver conflictos limítrofes dañando la industria turística del país y, sobre la base de criterios del reconocido economista y docente universitario Gonzalo Chávez, se ocupa de un elemento sensible y de carácter social que es la pérdida de empleos a raíz de la quema de domos del hotel Kachi Lodge.
“Este economista apunta hacia un tema de suma importancia para el país, la generación de fuentes de empleo especialmente para personas que viven en esta región del país, como guías de turismo, transportistas, vendedores de recuerdos, comida y un largo etcétera”, afirma Opinión rescatando la crítica de Chávez en redes sociales, en las que puntualizó que el turismo puede “generar 1.000 millones de dólares (para el país) y empleo digno para millones”.
“Para nadie es un secreto que la generación de fuentes de empleo se ha estancado en el último año y medio a causa de las cuarentenas, por lo que cualquier esfuerzo orientado a crear trabajo debe ser apoyado por todos los sectores. Pero, acciones irracionales como las de esta región tiran todo este esfuerzo por la borda”, termina el texto de opinión del diario Opinión.
Carlos Marín – Página Siete
Investigadores y gestores en turismo como Carlos Marín también escribieron artículos de opinión desde la perspectiva de la ausencia de políticas serias y sostenibles en los tres niveles del Estado sobre el turismo en el país. Marín sostiene que lo ocurrido con los domos del Salar de Uyuni es reflejo de esa carencia y repasa otros penosos ejemplos. “… antes de la pandemia fue la Isla del Sol (Copacabana), anteriormente Coroico, Charquina con los cobros o peaje a los turistas que van a hacer turismo rural o de aventura, también Potosí precisamente por la pugna de límites con Oruro y que provocó un bloqueo prolongado con grandes perjuicios a los turistas y a las empresas operadoras que no tenían cómo sacar a sus grupos de turistas”.
El investigador aporta un dato relevante sobre el daño colateral al entorno del salar como atractivo turístico. “… entre enero y diciembre de 2019, antes de la pandemia, los establecimientos de hospedaje del Salar de Uyuni y alrededores recibieron a 105.382 turistas nacionales y extranjeros, todos ellos dejando ingresos económicos en la zona”. La reducción de esa cantidad de turistas parece inevitable después de lo sucedido la semana pasada y va en dirección totalmente opuesta a la urgente reactivación económica del país mediante el turismo.
“El mundo y el país está en proceso de salir de la crisis que ha generado la pandemia (…), la recuperación del sector será más lenta y prolongada de lo que ya estaba antes de este suceso, porque no sólo quemaron infraestructura y bienes, sino que quemaron parte del corazón y el ícono turístico más importante que tiene nuestro país en este momento, quemaron desarrollo y bienestar para las poblaciones que viven del turismo”, concluye preocupado el investigador de la temática turística.