Juan Antonio Morales: “La alta inflación internacional llevará a los bancos centrales a tomar medidas correctivas”
Juan Antonio Morales habló sobre el análisis de la inflación internacional, las causas de la inflación argentina, las perspectivas internacionales para la economía en el 2022 y su impacto en Bolivia.
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Morales es uno de los principales referentes de la ciencia económica en Bolivia. Doctorado en la Universidad Católica de Lovaina, ha sido presidente del Banco Central de Bolivia. Es miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, profesor de la Universidad Católica Boliviana y autor de 8 libros sobre economía.
“Hay un gran debate sobre la duración de este empuje de los precios. La inflación en Estados Unidos fue del 7% en el 2021, elevada para los estándares americanos. En Alemania fue del 4%. En la región, la de Argentina fue del 45% o más, en Brasil fue de 9 o 10%, e incluso en países de inflación tradicionalmente baja, como Chile y Perú, está en el orden del 6%”, detalló.
Morales señaló que el fenómeno se da por una confluencia entre factores de demanda y de oferta: “la pandemia dejó maltrecho al sector productivo, con problemas de transporte, de abastecimiento de materias primas y de insumos industriales, y escasez de mano de obra. Frente a esa oferta frenada hay una demanda vigorosa, por las políticas fiscales y monetarias expansivas. En Estados Unidos, hay muchos hogares con ingresos que no gastaron en 2020 por temor al contagio y ahora sí están gastándolos, impulsando el consumo. Hay una demanda agregada muy dinámica junto a una oferta que no está reaccionando rápidamente. Esta inflación de los países avanzados tiene repercusiones en las economías emergentes, explica por qué también están sufriendo episodios de inflación”.
En el caso de Argentina, especificó que el país vecino viene arrastrando una situación inflacionaria “desde 2018 por lo menos, por la incontinencia fiscal que no le permite controlar adecuadamente sus cuentas. Esa inflación depende mucho de las políticas fiscales y monetarias, pero también de las expectativas del público. Argentina tiene que hacer un esfuerzo muy grande para controlar su situación fiscal, con una situación de deuda extremadamente complicada y negociaciones laboriosas con el FMI, donde no se ve la luz al final del túnel. Hay una expansión excesiva del gasto público, con una planilla salarial sumamente grande”.
“Han tratado de controlar la inflación con medidas administrativas, poniendo techos a algunos precios. Controlando el tipo de cambio oficial, con lo que se ha creado un mercado paralelo. Esto provoca deformaciones en los precios, que incentivan el contrabando de exportación de Argentina hacia otros países como Bolivia”, indicó.
En relación a la inflación boliviana, el ex presidente del BCB dijo que “llama la atención una tasa tan baja, de 0,90% según el INE. De acuerdo al criterio europeo estaríamos en deflación, lo que no es consistente con la tasa de crecimiento de 6% de la que habla el gobierno, ni con una política monetaria y fiscal sumamente expansiva”.
“Una teoría es que los países vecinos al devaluar sus monedas están subsidiando a Bolivia, permitiéndole precios más bajos. Estas importaciones de contrabando empujan los precios hacia abajo. Otra posibilidad es la que maneja el FMI, de que la política monetaria y fiscal expansiva no repercute tanto en los precios sino en la caída de las reservas internacionales. Por otra parte, si Bolivia tiene superávits comerciales la pregunta es por qué perdemos tantas reservas. Una explicación es que la balanza comercial se mide con datos oficiales y las importaciones de contrabando no están registradas”, precisó.
Sobre las proyecciones internacionales de crecimiento para el 2022, dijo que son pesimistas en comparación con lo que se preveía en octubre del año pasado: “se anticipa que los bancos centrales tomarán medidas correctivas. La FED incrementará las tasas de interés y la única discusión es cuándo lo hará, y si serán 2 o 3 veces en el año. Otros países avanzados imitarían ese tipo de políticas. China tiene un problema con su sector inmobiliario, que puede arrastrar al resto de la economía. Ómicron no termina de ser controlado y sigue afectando a la mano de obra y a las expectativas. En la región, las proyecciones para Brasil son muy bajas, menos del 1% de crecimiento en 2022. En este contexto, las posibilidades de endeudamiento internacional para Bolivia se verán disminuidas, sobre todo para un Presupuesto General del Estado tan grande como el aprobado”.