Se enteraron que el régimen de Ortega los había desterrado al ingresar al avión que los llevó a EEUU
Obispo Rolando Álvarez no subió al avión, optó por quedarse en Nicaragua.
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Los presos políticos nicaragüenses se enteraron de que habían sido excarcelados y desterrados hacia Estados Unidos en las puertas del avión que los llevó este jueves desde Nicaragua hasta Washington, explicaron por separado los exprecandidatos presidenciales nicaragüenses Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga.
En las afueras de un hotel de Virginia, donde fueron ingresados los 222 desterrados por el régimen de Daniel Ortega, Chamorro afirmó que no fue hasta encontrarse en la entrada del avión que se enteraron de su destino y les hicieron firmar un documento para aceptar el viaje.
En ese sentido, Maradiaga indicó que se dieron cuenta que iban a Estados Unidos cuando estaban en la puerta del avión: “Se nos hizo firmar una nota muy escueta de una línea que decía que voluntariamente salíamos del país, sin ninguna otra explicación”, afirmó.
Chamorro recordó que en la cárcel estaban “totalmente incomunicados y con muy poca información del exterior”, y que no les avisaron de que habían quedado libres. La noche del miércoles les devolvieron su ropa en la prisión y los subieron en autobuses que no sabían hacia dónde iban.
Chamorro afirmó que en pleno vuelo se enteraron “por sorpresa” que les habían arrebatado la nacionalidad, aunque aseguró que un trámite de ese tipo no les quita su “nicaragüidad”.
A ese respecto, Maradiaga sentenció que será “nicaragüense” hasta el día que se muera, porque seguirá “amando Nicaragua” no solo como la nación que le vio nacer, sino como la tierra en la que desea ver “democracia”.
En el avión, agregó Chamorro, “fue un momento muy emocionante” por los reencuentros entre antiguos compañeros de fatigas. “Aquí hay gente que ha estado más de tres años entre rejas” y procedentes de distintas cárceles, explicó el opositor.
“Fue un momento muy contento, muy alegre en el avión. Cantamos el himno nacional varias veces al salir del territorio nacional, con una sensación agridulce evidentemente (por estar) en libertad por un lado, pero siendo desterrados por el régimen”, apuntó.
Ante lo que les pueda deparar el futuro, Chamorro señaló que por lo pronto están disfrutando estas primeras horas de libertad. “Creo que la prioridad ahora es estar centrado en la familia y rehacer nuestra vidas”, reflexionó.
Maradiaga insistió en que lo que les “captura” emocionalmente ahora es la oportunidad de abrazar a sus familias: “En mi caso tengo más de tres años de no ver a mi hija, cuando la dejé tenía poco menos de 6 años, en unos minutos estará acá”, destacó.
Chamorro quiso, además, agradecer a Dios y “a todas las instituciones, a todas las personas, a todos los abogados y a todos los países que han hecho posible este milagro, el milagro de la libertad”, al igual que Maradiaga, quien dio las gracias también a las familias, activistas de todo el mundo y la prensa.
Chamorro recordó que en su caso ha pasado un año y ocho meses entre rejas en “una cárcel de máxima seguridad en condiciones muy deplorables”. Del mismo modo, Maradiaga hizo hincapié en “el aislamiento extremo” que han sufrido sin tener acceso a ninguna noticia del exterior.
“Y lo más importante de todo, que fuimos víctimas de una enorme injusticia”, remarcó Chamorro, quien todavía no ha visto a su esposa, porque viene en un vuelo en dirección a Washington para empezar una nueva vida juntos.
Aun así, Chamorro hizo mención a sus compañeros que han dejado sus familias en Nicaragua, ya que “hay preocupación” por lo que pueda ocurrir a sus esposas e hijos.
Subrayó que los ahora ex presos políticos desconocen cómo han sido las negociaciones “entre telones” para su puesta en libertad y expulsión a EEUU, aunque se mostró agradecido hacia las organizaciones y Gobiernos que lo hayan podido facilitar.
Chamorro indicó que en el momento de montarse al avión “algunas personas de la Embajada” de EEUU en Nicaragua les informaron que eran 224 los presos excarcelados y expulsados de Nicaragua, aunque dijo “tener entendido” que hubo una persona que no firmó. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha informado de 222 personas.
Preguntado sobre qué le ha pasado a esa persona o personas que no subieron al avión, dijo que no saben nada sobre lo que les haya podido ocurrir.
En respuesta a una cuestión de los periodistas sobre el paradero del obispo nicaragüense Rolando Álvarez, Chamorro reveló que tiene “entendido que no (se) montó en el avión”, aunque indicó que saben que “se le adelantó el juicio”.