Alejandro San Francisco: “La Convención de Chile debate entre poder constituyente originario o derivado”
Alejandro San Francisco habló sobre la instalación de la Convención Constituyente en Chile, los desafíos que plantea para la institucionalidad democrática y las posibilidades de lograr acuerdos que preserven las bases del desarrollo económico y social.
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San Francisco tiene una licenciatura en historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un doctorado en historia por la Universidad de Oxford, Inglaterra. Es profesor de historia en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica y en la Universidad de San Sebastián. Ha publicado numerosos libros y es columnista habitual en medios de prensa de Chile y España. Actualmente, es director de formación del Instituto Res Publica.
“En el contexto latinoamericano, Chile tuvo una relativa estabilidad en los últimos 30 a 40 años, con progreso económico y social, reducción de la pobreza y avances en materia educacional. Pero en los últimos 15 años se dio una ralentización del crecimiento, emergiendo problemas sociales para las nuevas clases medias, como el endeudamiento. Esto se había manifestado en los movimientos estudiantiles del 2006 y 2011, que fueron masivos, y en el surgimiento de grupos que pedían cambios sustanciales al modelo económico. Así se desembocó en la revolución de octubre de 2019, donde lo primero que emerge es una crítica a la desigualdad”, señaló.
El historiador dijo que la revolución popular devino en proceso constituyente, porque hubo gente que pensó que “si no se solucionaban los problemas es porque había una arquitectura constitucional que lo impedía”, y también porque “los niveles de violencia y destrucción generaron un clima de posible ruptura del orden democrático institucional, por lo que avanzar en un acuerdo para una nueva Constitución era una forma de aplacar la violencia”.
“En la elección de la Convención Constituyente se ha producido una baja considerable de la centroderecha y la centroizquierda. Esta baja de los partidos tradicionales se venía acumulando desde elecciones pasadas. Ni la Concertación ni la centroderecha tuvieron capacidad de renovación generacional”, dijo, añadiendo que por otra parte el Frente Amplio y el Partido Comunista hicieron un intenso trabajo territorial y sectorial.
San Francisco remarcó que “ningún sector político obtuvo el tercio necesario para vetar el proyecto de nueva Constitución, pero tampoco nadie obtuvo los 2/3 para aprobar las reformas. Hay que llegar a acuerdos y esto es más probable entre las distintas versiones de la izquierda, que son mayoría en la Constituyente”.
Subrayó que un debate central es sobre el carácter de “poder constituyente originario o poder constituyente derivado”, el primero buscado por varios sectores de izquierda que no aceptan limitaciones externas, y el segundo que es la expresión del acuerdo congresal que llevó al proceso, donde se incluyó el respeto a los tratados internacionales y a la institucionalidad democrática-republicana del país.
“En noviembre habrá la elección de presidente de la república y del Congreso nacional. Van a seguir habiendo presiones y choques de poderes. Para que Chile funcione hace falta una Constitución que establezca un marco de progreso, con políticas públicas sensatas y con legitimidad social”, destacó.