El juego y la solemne banalidad
La gente quiere hacer cosas, pero entre sus actividades preferidas no está leer los cincuenta tomos de la obra de Lenin, oír la marcha radical, la marsellesa aprista, la marcha de los muchachos peronistas, ni siquiera la internacional comunista. La canción al comandante Che Guevara que entonan algunos dirigentes del socialismo del siglo XXI es una antigualla sin audiencia. No pasa lo mismo con los videojuegos. Según las investigaciones de Jane McGonigal, ocuparon en los últimos años más tiempo de los estudiantes de secundaria que el salón de clases. En 2017, los seres humanos pasaron 3 mil millones de horas por semana dedicados a juegos online.
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Estremece la brutalidad de la invasión rusa a Ucrania, con mercenarios chechenos y sirios y bombardeos a hospitales y escuelas. Felizmente no se concretó la oferta del gobierno para que Argentina sea el puente de desembarco de Vladimir Putin en América y que las fuerzas armadas argentinas, democráticas y profesionales, sean entrenadas por esos señores que aparecen en la pantalla.
Hay una gran diferencia entre los cancilleres del anterior gobierno, Susana Malcorra y Jorge Faurie, respetados en el mundo, con Santiago Cafiero, que se ha convertido en un meme.
Bastantes políticos se dedican a tiempo completo a discutir un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que todos saben que solo es sarasa. Sirve para que la opinión pública se despiste, suponga que la calentura está en las sábanas y se olvide de hablar de los problemas reales de la gente, que no pierde el sueño por lo que pasa en la cámara, sino por lo que pasa con su familia.
El país no está en crisis por un préstamo que representa el 12% del endeudamiento del Estado, sino por la inestabilidad política que ahuyenta capitales, la inexistencia de una política económica que nos convierta en un país previsible, la emisión descontrolada de billetes, la inflación, el gasto desorbitado para engordar a las instituciones de la red pobrista.
El 70% de los argentinos quiere irse del país. Emigran muchos educados de clase media a los que encontramos trabajando en empresas y universidades del Norte.
Atraemos a los más pobres de los países vecinos, que engrosan el negocio de las empresas argentinas que se enriquecen con el pobrismo. Esta semana asesinaron a un niño en la villa 1-11-14 para robarle el celular.
El país no está en crisis por un préstamo que representa el 12% del endeudamiento del Estado
El barrio inició un proceso de recuperación, pero la Gendarmería se fue por petición del cura de la parroquia, que no quería que se estigmatizara a los narcotraficantes. Ahora está controlado por delincuentes piadosos que controlan tres zonas: la paraguaya, la boliviana y la peruana. Es un trabajo pastoral ejemplar que logrará que todos se mantengan pobres siempre y lleguen al reino de los cielos fumando un porro.
Según La Nación, capturaron a los que intentaron matar a policías de la Ciudad con bombas molotov y a quienes tiraron piedras al despacho de Cristina.
Uno de los presos es Juan Claudio Lazarte, típico militante de las organizaciones pobristas. Su esposa, Angélica Costa, dijo: “Marchamos tranquilos protestando por una causa. La situación se fue de las manos, pero no es verdad que él quiso atentar contra la vicepresidenta porque, primero y principal, no sabíamos que ese era su despacho”.
Son inclusivos: “Tiramos piedras a todo el Congreso, a lo que es la estructura del edificio. Nuestra esquina estaba más cerca de esa ventana. No es que alguien dio la orden de que allá está el escritorio de Cristina y tiramos piedras para ahí. Los medios están cambiando las versiones”.
Militan en el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR). “Creo que lo acusaron a él porque todos estamos inscriptos y cobramos un plan social”. Ese día, según ella, les pagaron una suma extra para ir a la manifestación. Seguramente fue financiado por el PRO o por Biden.
El financiamiento rutinario de sus actividades viene de los impuestos que pagan los argentinos que producen bienes y pagan impuestos, a riesgo de no pasar por el ojo de una aguja y terminar en una parrilla eterna. Pero ¿quién paga los actos terroristas extras en contra de su jefa?
También capturaron a cinco personas que atacaron a Cristina, a las que les incautaron palos, armas blancas, fotos de bombas molotov, un rifle de aire comprimido, laptops, teléfonos celulares, computadoras, listados de otros militantes que asistieron a la marcha y propaganda del MRT en contra del FMI. También una buena cantidad de marihuana procesada y una plantación, elementos para producción de drogas, precursores químicos, anotaciones sobre la venta y el proceso de producción. Alcanza para una pyme.
Por primera vez los electores más jóvenes ven menos tele que sus mayores
Es el mundo sórdido del Batayon Militante, las barras bravas, el narcomenudeo, que mantienen algunos políticos para manipular a esa gente para hacer política. Su problema es que el modelo va a colapsar porque no hay dinero para financiar su expansión, los beneficiaros son más de la mitad de la población. Protestan porque con el desastre económico provocado por el gobierno al que respaldan el dinero se evapora. Quieren progresar en una sociedad que abrió las expectativas online y no quieren que sus hijos vivan en la miseria.
Muchos políticos del sector, desde los prósperos gerentes que administran la pobreza hasta los más modestos, dedicados al narcomenudeo y al piquete, viven en un mundo artificial que no es viable. Hay mucha gente que quiere progresar y que encuentra en las redes informaciones y herramientas para alimentar esa ilusión, y esto incluye a militantes del cristinismo. El desastre inicial de este gobierno les hizo perder 4 millones de votos. Con dos años más, que van a ser peores, esa deserción va a crecer exponencialmente. O mejoran o sufrirán una hecatombe.
Difícilmente el Frente de Todos podrá mantenerse unido. El kirchnerismo en su ocaso deja ver sus hilachas y sus diferencias con el peronismo, que tiene una trayectoria histórica importante. Los discursos K ponen en evidencia su vacío ideológico.
El peronismo es más que eso. “Cafierito”, como lo ha bautizado la prensa, no puede compararse con Carlos Ruckauf. Durante veinte años me reuní con dirigentes peronistas de los que aprendí mucho. Uno de los políticos más lúcidos que conocí en Argentina es un ex intendente peronista de la Ciudad de Buenos Aires.
La mayoría de los Congresos de los países de América Latina son manicomios desconectados de la realidad de sus países. Hace rato que no se ha elegido a nadie que haya hecho carrera política en el Parlamento. En todos lados existen legisladores preparados, pero generalmente no tienen mucho peso en los debates porque no los entienden. La norma es la mediocridad y la ignorancia. Cuando Martín Lousteau habló, hace cuatro años, acerca del calculo actuarial, necesario para discutir las reformas al seguro social, casi lo linchan. Creyeron que hablaba en inglés.
El Presidente que eligieron los argentinos es Alberto Fernández, no hay que desear su fracaso. No conozco a personas de su entorno, pero debe haber entre ellos gente preparada. Tienen la obligación de gobernar y hacer lo que puedan para que mejoren las cosas.
Sería bueno que consigan el apoyo de asesores profesionales. Improvisar y corretear de un lado a otro con la guitarra es una mala idea. En su sector ideológico tienen a personas como Alfredo Serrano y Antoni Gutiérrez-Rubí, que están preparados para este tipo de trabajo. No es momento de dejarse llevar por políticos comedidos. Una cosa son los consultores y otra los políticos. América Latina se incendia, y Argentina está en el primer lugar de peligro, después de que Venezuela y Nicaragua dejaron de correr riesgos. Quedaron en escombros.
La gente. La mayoría de los políticos se encierra en sus propias discusiones, mientras la gente normal vive en otra realidad, quiere que le hablen de sus problemas. El libro de Clay Shirky Cognitive Surplus: Creativity and Generosity in a Connected Age, How Technology makes consumers into collaborators continúa la línea de trabajo que propuso en Here Comes Everybody: The Power of Organizing Without Organizations.
Coincidiendo con los estudios de otros investigadores de la conducta humana, dice que en las últimas décadas la gente tuvo un enorme “excedente cognitivo”, mucho tiempo que en vez de usarse en actividades útiles se dedicó a mirar televisión.
Hasta hace diez años, en el mundo la gente veía un promedio de veinte horas de televisión a la semana, el equivalente a un trabajo de medio tiempo, y los estadounidenses 200 mil millones de horas cada año. Actualmente siguen consumiendo medios pasivos como la televisión, pero los combinan con otros que son activos: debaten sobre los programas, los clasifican, comparten videoclips, producen mezclas de fans, escriben episodios de fanfiction, etc.
De hecho, en las residencias estudiantiles de nuestra universidad, la GWU, los televisores casi han desaparecido. El crecimiento exponencial de nuestro excedente de tiempo libre coincide con el debilitamiento de nuestras relaciones con personas reales en las que podamos confiar.
La sociedad de las pantallas desplaza a muchas actividades tradicionales, el sueño, eventos en los que socializábamos con amigos y familiares. Por primera vez en décadas, los electores más jóvenes miran menos televisión que sus mayores. Además, incluso cuando ven televisión se relacionan entre sí por las redes, comentan lo que ven, mantienen comportamientos distintos al consumo pasivo de contenidos.
La gente quiere hacer cosas, pero entre sus actividades preferidas no está leer los cincuenta tomos de la obra de Lenin, oír la marcha radical, la marsellesa aprista, la marcha de los muchachos peronistas, ni siquiera la internacional comunista. La canción al comandante Che Guevara que entonan algunos dirigentes del socialismo del siglo XXI es una antigualla sin audiencia. Esta no es una elucubración. Es fácil ingresar a YouTube y preguntar cuántas personas entraron este año a la plataforma para oír estas canciones.
No pasa lo mismo con los videojuegos. Según las investigaciones de Jane McGonigal, ocuparon en los últimos años más tiempo de los estudiantes de secundaria que el salón de clases. En 2017, los seres humanos pasaron 3 mil millones de horas por semana dedicados a juegos online.
Stuart Brown asegura que el juego modela nuestros comportamientos. Después de estudiar a docenas de asesinos en serie, encontró que todos ellos habían tenido una severa carencia de juego en su niñez.
Dice que quien tiene un mal día, para sentirse mejor debe saltar, bailar, jugar. Alguien que ríe y juega con frecuencia no es amargado. Tal vez alguno de nuestros dirigentes políticos sería más positivo si su padre no le hubiese pateado los juguetes cuando era chico.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo