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El «sueño» constituyente: pugna, reforma o nada

En Chile la idea de democracia no encuentra instituciones ni liderazgos. La izquierda dividida y la irrelevancia de la centroderecha dejan un espacio para nuevas fuerzas alternativas que cuestionan el sistema de partidos.

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Por Jaime Abedrapo1

En Chile la idea de democracia no encuentra instituciones ni liderazgos catalizadores que la representen. Desde la teoría de los regímenes políticos, el diseño institucional requiere de un sistema político validado o aceptado por la mayoría de los ciudadanos.

La crisis de confianza en la elite política chilena y en los partidos políticos, fundamentales para la estabilidad del país, se mantiene a pesar de que el proceso constituyente está llegando a su fin. Su misión principal era aunar voluntades para presentar una propuesta que diera respuestas a las exigencias de los ciudadanos y los desafíos actuales de una sociedad posmoderna. Recordemos que el documento definitivo de la propuesta fue entregado por la presidenta de la Convención al presidente de la República el pasado 4 de julio.

El siguiente gráfico revela la desconfianza frente a los partidos políticos en la actualidad.

G1.-CEP.-Desconfianza-en-partidos-politicos-chilenos-abr-may-2022_c

Inestabilidad política e institucional

La inestabilidad política e institucional que afecta a Chile se manifiesta de distintas maneras. Una de ellas es la salida de capitales hacia el exterior. Según el Banco Central de Chile, al cierre de 2021 se registró una huida de USD 50.000 millones, mientras que todas las proyecciones sostienen que la tendencia seguirá en aumento hasta el próximo plebiscito del 4 de septiembre. Según el resultado se barajan hipótesis del comportamiento de los capitales. Por lo tanto, resultan evidentes los costos derivados de la inestabilidad política y la amenaza de ingobernabilidad del país, que no encuentra una validación de representación que permita proyectar certidumbre jurídica, económica, social y política.

Sin embargo, además del comportamiento del mercado, debemos describir la situación de los actores políticos llamados a sembrar estabilidad. En estos momentos están ocupados en canalizar las demandas ciudadanas hacia el apruebo o el rechazo, en un consenso cada vez más generalizado respecto de la necesidad de buscar un nuevo espacio de acuerdo institucional más allá del resultado del plebiscito.

A pesar de los esfuerzos de los dirigentes de los partidos políticos, la carencia de conducción política en el proceso constitucional es evidente. No existe actor o sector político capaz de responder a la demanda clara y categórica expresada por la mayoría de la ciudadanía para modificar la Constitución del 2005 (actualmente vigente), y de encaminar la propuesta de constitución hacia un respaldo amplio y de convergencia de una mayoría ciudadana. Por el contrario, el rechazo ha tendido a instalarse como tendencia en la opinión pública según los últimos catorce sondeos de opinión.

Polarización en los partidos

Por otra parte, la dirigencia de los partidos políticos muestra altos niveles de polarización respecto a la propuesta constitucional. Esto no se condice con el hecho de que durante las últimas semanas se ha apreciado un aumento en la transversalidad de personalidades públicas que, a título personal, se han sumado a la opción de rechazo.

En efecto, personas vinculadas a la ex-Concertación, que se definen de centroizquierda, han complicado la opción de gobierno y de los partidos que conforman el oficialismo (Frente Amplio y Partido Comunista, más lo que se han sumado posteriormente, Partido Socialista y Por la Democracia). Por su parte, la Democracia Cristiana es el mejor ejemplo de la polarización entre sus dirigentes. Se han dividido entre la directiva encuadrada con el apruebo y dirigentes influyentes como el expresidente Eduardo Frei, la senadora Ximena Rincón, el único representante del partido en la Convención Constitucional, Fuad Chahin, que han señalado públicamente su opción por el rechazo.

Desde la perspectiva del sistema de partidos está en evidencia que el sistema de partidos no tiene capacidad para canalizar las demandas de la ciudadanía frente a la propuesta constitucional. Se observa el surgimiento de nuevos referentes como el movimiento de los Amarillos por Chile, compuesta por personas que estuvieron por el apruebo en la consulta de entrada a la reforma constitucional de octubre de 2020, y que hoy se han decidido agruparse en torno al rechazo. Este movimiento ha generado una relevante adhesión de ciudadanos que sobrepasan los 60.000, y que se percibe como un actor con mayor credibilidad y validación que las estructuras formales del sistema político.

Movimientos ciudadanos

En tal sentido, los movimientos ciudadanos han sido y posiblemente seguirán siendo fundamentales para crear opinión en el Chile de hoy. Esto se comprende desde la lógica posmoderna de desconfiar de todos los actores que administran poder. Sin embargo, la irrupción de Amarillos, entre otros movimientos, también podría ser la gestación de nuevos referentes políticos, con agendas más apropiadas y recambio en los liderazgos que les permita constituirse en partidos políticos.

En los tiempos de inestabilidad institucional pre y posestallido social (2019), se ha generalizado la percepción de que todos los políticos profesionales tienden a ser desacreditados. Por esto, hay un esfuerzo permanente por levantar nuevos rostros independientes o influencers.

Esta tendencia continuará, pues a pocas semanas del término del trabajo constitucional se observa que quienes conformaron la asamblea constituyente como independientes se han deslegitimado notoriamente ante sus electores. Las bases electorales descalifican a las personas que formaron parte de las listas y cuya legitimidad estuvo principalmente en ser ciudadanos descontaminados de la política, pero que luego del proceso son acusados, principalmente en redes sociales, de haber administrado poder y, por tanto, ser parte de la elite política.

Sin embargo, como todo péndulo, el ciclo antipartidos políticos podría minimizarse en la medida de los costos que la ciudadanía observa tras la falta de estabilidad política y económica. Un ejemplo análogo es el cuestionamiento a los tecnócratas, a quienes se responsabilizó en tiempos del estallido de ser cómplices de la imposibilidad de reformas estructurales que el país demandaba. Sin embargo, estudios de opinión (CADEM, junio) demuestran que, luego del proceso constituyente, hoy nuevamente se está valorando a los expertos.

Irrelevancia de la centroderecha

La actual radiografía de la intención de voto en el plebiscito revela la intrascendencia de los partidos políticos, con la única excepción del Partido Republicano.

Todo ello debiera permitir un reacomodo de las fuerzas políticas que, aprovechándose del actual reacomodo de posiciones políticas respecto al plebiscito de salida en el proceso constitucional, podría buscar crear un nuevo clivaje político.

G2.-Encuesta-Black-White.-Apruebo-rechazo.-3-6-julio-2022
Fuente: Black & White, primera quincena de julio 2022.

Según diversos estudios de opinión, la tendencia está siendo favorable al rechazo, tal como se observa en la siguiente gráfica. Esto se advierte entonces como escenario único, hasta ahora, para reacomodar el espectro político.

Los sondeos de la primera quincena del mes de julio muestran una tendencia hacia el rechazo. El gráfico de la encuestadora Black & White sostiene que si la elección fuera el domingo siguiente el rechazo se impondría por un 56 %.

Se hace difícil vaticinar un resultado, pero sí cabe observar el comportamiento de las fuerzas políticas tras el apruebo y rechazo y, con ello, establecer una hipótesis de reacomodo del espectro político. Existe una evidente dificultad de los partidos políticos vigentes y sus dirigentes por encauzar la discusión respecto al proceso constitucional. Las miradas y el interés de los medios de comunicación han estado puestos principalmente en el presidente de la República, quien ha pasado de una posición de apruebo como estrategia de gobierno a una posición más vacilante frente a la evidencia de un posible triunfo del rechazo. Se ha desperfilado su figura, lo que hace más compleja la situación por su función de líder de la Coalición, ya que en ella está el Partido Comunista, activamente favorable a la consecución del apruebo como objetivo político estratégico superior.

Falta de liderazgos

En esta situación, ha surgido la figura del expresidente Ricardo Lagos, quien no ha señalado cuál será su preferencia en el plebiscito pero ha enfatizado los asuntos que no le parecen adecuados de la propuesta constitucional. Lagos ha conseguido poner sobre la agenda los temas centrales en los que el país debiera alcanzar un acuerdo, lo que de alguna manera le ha significado ser reconocido como un actor que ha sabido llenar el vacío en la conducción acerca de los grandes desafíos en materia constitucional. En poco tiempo pasó de una figura en la intrascendencia a ser un referente en el proceso de la discusión constitucional. Esta situación denota sus capacidades de estadista y la carencia de liderazgos en la escena política de Chile.

Una segunda conclusión es precisamente la irrelevancia de la oposición de centroderecha al actual gobierno. El propio conglomerado se habría convencido de que en vista de las circunstancias no pueden intentar conducir la campaña del rechazo, porque podrían facilitar el aumento en la intención de voto hacia el apruebo.

Al respecto, hemos visto su interés por convocar a organizaciones ciudadanas o movimientos de la sociedad civil para encauzar la discusión relativa al rechazo. Un botón de muestra es la actual negociación de los tiempos de la franja televisiva electoral, en la cual ha trascendido que invitarán especialmente a independientes.

El porqué de esta irrelevancia se debería a que, como coalición, se la percibe como el principal obstáculo a las transformaciones que la ciudadanía demandaba y demanda en materia constitucional. Además, se la visualiza como la oposición a los cambios legales en el sistema de pensiones, a la implementación del sistema médico universal, al reconocimiento a los pueblos originarios, entre otros asuntos que consiguen un amplio apoyo ciudadano.

Coaliciones

Por lo tanto, en el marco de la discusión constitucional derivada de la crisis política de 2019, denominada como estallido social, la coalición de Chile Vamos, compuesta por Renovación Nacional (RN), Unión Demócrata Independiente (UDI), Evopolis y el Partido Regional Independiente (PRI), debió aprobar el acuerdo institucional para iniciar un proceso constituyente. Luego debió volcarse a un compromiso por no asumir nuevamente una posición obstruccionista en materia de reformas a la actual Constitución.

Los partidos de este conglomerado que gobernó hasta marzo de 2022 están haciendo pública su apertura a las reformas y han comprometido sus votos para hacer un cambio a la actual Constitución, apoyando la iniciativa de los senadores Ximena Rincón (DC) y Matías Walker (DC), de bajar los quorum que se requieren para realizar los cambios a la Constitución.

Primera Quincena (5-8 julio) de julio 2022

Puede afirmarse que la autodenominada centroderecha debiera entrar en un proceso de redefinición política, ya que está cediendo espacios por la derecha al Partido Republicano. Esto ha ocurrido en varias regiones del mundo, como el Partido Social Liberal representado por Jair Bolsonaro en Brasil, o VOX en España.

La diferencia entre Chile Vamos y el Partido Republicano es clara. Este último no está dispuesto a adelantar ninguna concesión en materia constitucional hasta después del plebiscito y se muestra dispuesto a defender parte importante de la Constitución vigente. En ese sentido, se explica el aumento de su apoyo ciudadano por quienes, desde la derecha, valoran a un actor político/partido con posición clara que represente su ADN.

Esto explicaría la encuesta de Pulso Ciudadano de la primera quincena de julio, en la que el Partido Republicano mantiene la tendencia al aumento y alcanza un 8,5 %. Por otra parte, Chile Vamos, que aloja a cuatro partidos que estuvieron recientemente en el Gobierno, llega a tan solo un 3,7 %.

Nuevas fuerzas alternativas

Desde la otra vereda, la tendencia entre los partidos del centro político y la centroizquierda también es crítica y se observa que estas fuerzas podrían estar siendo suplidas o desplazadas por la conformación de fuerzas alternativas capaces de rearticular ese sector. Es aún prematuro afirmar que desde allí surgirá un nuevo partido, pero se aprecia un trabajo que podría revitalizar a dicho sector. Habría que ver qué sucedería si deciden convertirse en partido.

En consecuencia, en un contexto de partidos políticos frágiles, más del 58 % de los ciudadanos se muestran sin opción política y más de un 13 % se autodefinen como independientes. Cabe esperar un ajuste en el sistema político chileno, en especial, de la centroderecha que hasta hace cuatro meses estuvo en la conducción del gobierno. En tal sentido, las fuerzas del rechazo y el apruebo podrían ser el pretexto que gatille el reordenamiento de las fuerzas políticas.


1Director de la Escuela de Gobierno de la Universidad San Sebastián, Chile. Doctor en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (Instituto Universitario Ortega y Gasset, España). Cientista político. Periodista.

*Este artículo fue publicado originalmente en dialogopolitico.org el 21 de julio de 2022

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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