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Mirada Sur LI: Presidente preso, AMLO conflictivo, mapuches, Colombia y Rusia

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Ex presidente detenido en Honduras

La imagen recorrió el mundo y causó un shock en Honduras. Juan Orlando Hernández, presidente hasta el pasado 27 de enero, esposado, con chaleco antibalas, y custodiado por policías y militares que hasta hace apenas unas semanas estaban bajo su mando.

El ex Presidente fue detenido esta semana por la Justicia de su país y enviado a prisión por al menos 30 días. El juez de la causa que lo compromete por delitos de narcotráfico y tenencia de armas, entendió que era la manera de garantizar su presencia en una segunda audiencia, fijada para el próximo 16 de marzo y rechazó el pedido de arresto domiciliario. La instancia judicial determinará si Hernández será extraditado a los Estados Unidos. Esta semana, la embajada norteamericana en Honduras envió el pedido formal de extradición según el cual, entre 2004 y 2022, el ex mandatario formó parte de una red que llevaba cocaína a los Estados Unidos, y que introdujo en el país más de 500 toneladas de la droga.
En 2018, el hermano de Hernández, Juan Antonio, quien era diputado nacional, fue capturado en Miami acusado también de crímenes relacionados con el narcotráfico. En marzo de 2021 fue hallado culpable del tráfico de 150 toneladas de cocaína desde Honduras hacia EE.UU. y condenado a cadena perpetua.

La voz local. Para conocer el impacto que ha tenido en el país centroamericano la detención de un líder que acababa de dejar su cargo luego de dos períodos consecutivos en los que fue electo en forma democrática, consultamos a Elena Toledo, directora de la Fundación Eléutera, quien compartió con nosotros su visión sobre el asunto:

“Ha habido una reacción positiva en la mayoría de población. Hubo total tranquilidad. Justo el día de la detención del presidente hubo sentimientos encontrados. Pero la olla a presión no se rompió. Todavía hay algo de expectativa por lo que vaya a pasar, ya que esto debe de seguir un proceso penal interno en el país. Todavía quedan muchas instancias para que pueda concretarse la extradición a Estados Unidos, si es que se concreta.

Elena explicó que lo ocurrido trae varios mensajes importantes: “El hecho ha generado una recuperación de la esperanza, sobre todo en aquellas personas que venían reclamando justicia desde hace varios años. Además, sienta un precedente histórico para la clase política entrante del país. Para que sepan que de la ley nadie se escapa. Ya sea de la ley nacional y, si nuestras instituciones resultan muy débiles para poder actuar, pues entonces de Estados Unidos. Esto también deja un mensaje de lo débil que es nuestro sistema interno, que nos lleva siempre a recurrir y apelar a Estados Unidos para que ponga mano en estas situaciones.

Elena concluyó su aporte con una autocrítica: “es un momento sumamente delicado para el país. Que un presidente sea detenido de esta manera es una prueba de que no solo hay un fracaso como persona, en este caso de Hernández, sino que también nos debe llamar la atención como sociedad. Cuestionarnos lo que estamos haciendo, a quién estamos eligiendo para que conduzca el país y lo que les estamos permitiendo”.

Polémica por hijo de López Obrador

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador viene teniendo una escalada de conflicto con la prensa. Primero fue por el asesinato de una periodista, que le había pedido ayuda públicamente por amenazas de un caudillo local de su partido. Luego arremetió contra otra periodista, Carmen Aristegui, a la que acusó de posar de progresista, pero ser funcional al poder económico. Y esta semana volvió a explotar contra otro comunicador, Carlos Loret de Mola, a quien atacó duramente e incluso lanzó a las tropas impositivas estatales en su contra, luego de que éste denunciara un llamativo enriquecimiento de un hijo de AMLO que vive en Estados Unidos. En el interin también dijo que “pausaría” las relaciones con España, porque las empresas de ese país han cometido abusos contra los mexicanos. ¿Qué está pasando en México? Se lo preguntamos al analista y autor local, Armando Regil, que con su habitual generosidad nos respondió.

– ¿Cómo se explica a alguien que no sigue el día a día de la política mexicana, todo lo que está pasando?

– “Este escándalo vinculado al hijo de López Obrador que vive en Houston, ha sido uno de los momentos más duros de toda su administración. Es que esto le golpea donde más le duele, que es en su familia. Este escándalo desnuda al Presidente, y cuestiona el núcleo de su discurso. Él siempre habló de ser distinto, su principal bandera es el combate a la corrupción, que en su gobierno no habría nepotismo, no habría “influyentismo”, que todo eso había sido desterrado de México. Y ahora resulta que la nuera del Presidente tiene una relación con una empresa que ha sido contratista de Petróleos Mexicanos. Y lo que descubre el periodista Carlos Loret es que la empresa les ha dado al hijo de AMLO y su nuera una fastuosa casa en Houston para vivir, y que han sacado enormes ventajas del vínculo con la empresa. Se ve claramente un tráfico de influencias y un conflicto de interés. El hecho de que quede en evidencia semejante contradicción, es algo que no está pudiendo manejar, y está muy enojado. Se comenta, además, que puede aparecer nueva información sobre otro de sus hijos, que es su consentido”.

– ¿Siempre ha tenido esta relación tan complicada con la prensa, López Obrador?

– “Fíjate que desde que asumió el poder tuvo una transformación. Uno de los cambios más duros ha sido su relación con la prensa. Él dice que la prensa mexicana es “conservadora”, o “fifí”, que solo responde a los “intereses neoliberales”. Él se busca proyectar como una víctima, y cada vez que la prensa publica algo que lo deja mal parado, él dice que es porque se oponen a la transformación de México, al pueblo de México, y está metido en esta narrativa manipuladora, y por eso los pone como sus grandes enemigos. Es muy triste, porque por un lado el Presidente ha sido bastante condescendiente con los grandes grupos criminales, pero por otro tenemos el período con más asesinatos de periodistas. Esto tiene que ver con que el Presidente no toma acción para proteger a la prensa. El Presidente ve hoy a los periodistas como enemigos. Incluso esta semana ocurrió un hecho inédito, cuando todos los periodistas que cubren la Cámara de Diputados en la Ciudad de México, se pararon y le dieron la espalda a los legisladores del partido del Presidente, Morena, en reclamo por los ataques a sus compañeros”.

Conflicto mapuche desafía a gobierno

“Mientras las forestales sigan devastando nuestro territorio, las empresas turísticas sigan lucrando de nuestros recursos y las cárceles del sur continúen llenas de mapuches, el weichan no parará. Ni con Piñera ni con Boric.”. En mapundung, la lengua mapuche, weichan significa lucha, y con esta declaración, casi que de guerra contra el nuevo gobierno chileno, el grupo radical Resistencia Mapuche Lafkenche (RML) se atribuyó el ataque incendiario que el pasado diciembre acabó con más de una treintena de cabañas, maquinaria forestal y vehículos en la región del Bío Bío, al sur de Chile. Ellos mismos también hicieron propio un nuevo ataque pirómano ejecutado la semana pasada en una explotación forestal en la provincia de Arauco.

Trasfondo. El problema no es nuevo, sino que se arrastra desde 1997, cuando ocurrió el primer atentado que marca el inicio del llamado conflicto de la Araucanía. En aquella instancia tres camiones fueron quemados y desde entonces, la violencia se ha ido intensificando y expandiendo a otras regiones del país e incluso a la vecina Argentina. Los atentados, como ocupaciones de predios, destrucción de iglesias y edificios municipales, así como diversos ataques incendiarios, han provocado enfrentamientos con las autoridades que dejaron como saldo decenas de heridos e incluso muertos. Además de un sinnúmero de detenidos. El reclamo de los grupos asociados a la llamada causa mapuche, exigen que se les repare lo que consideran una injusticia histórica: haberlos excluido de la sociedad y usurpado sus territorios, los cuales ahora pretenden recuperar.

Cacique o terrorista. Uno de los principales referentes de la lucha de estos pueblos del sur del continente, es el argentino Facundo Jones Huala, líder del grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). Jones estaba preso en Chile, donde cumplía una condena de 9 años por los delitos de incendio de una propiedad cercana a Valdivia y por porte ilegal de arma de fuego. Pero liberado luego de que la Corte de Apelaciones de Temuco le otorgara el beneficio de la libertad condicional. Sin embargo la Suprema Corte chilena revocó la sentencia y Huala deberá regresar a la cárcel a la brevedad. Por ahora se encuentra prófugo de la Justicia y está siendo buscado para reintegrarlo al penal donde deberá terminar de purgar su condena.

Por qué importa. Los gobiernos de Chile y Argentina no han dado hasta ahora una relevancia central a este espiral de violencia en el sur del país. Pero la llegada de un gobierno en Santiago con mayor “afinidad ideológica” con el de Buenos Aires, puede facilitar un enfoque unificado a un problmea común, y que empieza a generar ruido político importante. También será un desafío particular para el presidente chileno Gabriel Boric, que compitió con una plataforma electoral de mayor diálogo con la comunidad mapuche, pero que desde la segunda vuelta, ha mostrado un perfil más duro, en especial en materia de seguridad pública. Esta aparente “declaración de guerra” del grupo radicalizado mapuche, puede ser un mojón clave para el futuro de este conflicto regional.

La economía sorprende en Colombia

Uno de los grandes hitos políticos en América Latina este 2022 serán las elecciones presidenciales del 29 de mayo. Allí, de acuerdo a lo que muestran algunas encuestas, podría producirse una inédita victoria de los partidos de izquierda. Pero esta semana hubo un episodio significativo, ya que el gobierno difundió los datos de crecimiento económico en 2021, que habría superado el 10%. El presidente Iván Duque, de gira en Bruselas, lo anunció con bombos y platillos: “Hemos alcanzado el mayor crecimiento económico en nuestra historia republicana”. Pero, además, Duque dijo que “las proyecciones de crecimiento para el año 2022 muestran que nuestra economía puede crecer por encima del 5%. Eso nos ubica como la economía de América Latina con la mejor proyección de crecimiento para este año”. ¿Puede ser esto algo que cambie el panorama electoral en Colombia? Se lo preguntamos a Carlos Augusto Chacón, abogado, consultor, y director académico del Instituto de Ciencia Política, Hernán Echavarría.

– “Si bien los datos del crecimiento económico son muy importantes, lo cierto es que ese dato contrasta con la inflación, el desempleo, y los problemas que tiene la economía colombiana en otros sectores, principalmente en el costo de los alimentos. Así que no sabemos en qué manera podría influir este factor en la campaña. Pero el problema es que nadie está capitalizando los logros del gobierno”.

– ¿Cómo se están perfilando los bloques para la elección. SIgue habiendo un favoritismo claro de Gustavo Petro?

– “El 13 de marzo se eligen los candidatos de las tres coaliciones. La del llamado “Pacto Histórico”, es apenas un trámite para designar a Gustavo Petro, pues el resto de quienes figuran no tienen fuerza electoral como para competir. Las otras dos coaliciones son muy importantes. En una, la de centro izquierda, todo parece indicar que Sergio Fajardo será el candidato, y en el de la centro derecha, que se llama Equipo por Colombia, donde hay varios candidatos, algunos de partidos tradicionales, y de allí probablemente surja quien le vaya a disputar a Petro en la segunda vuelta. En este momento no hay un claro ganador. Hay un detalle que hay que tener en cuenta y es que las encuestas todavía no están reflejando la realidad completa, porque hay muchos indecisos. Y hay que tener en cuenta la variable de los partidos tradicionales, que tienen maquinaria en las regiones, y esos partidos todavía no están claramente definidos. Así que por ahora, sigue la incertidumbre”.

¿Qué pasa con Rusia y la región?

Por estos días, el mundo mira con ansiedad los despliegues militares de Rusia en su frontera con Ucrania, temiendo la inminente chispa que desate lo que muchos temen sea el mayor conflicto bélico en Europa en más de medio siglo. Y sin embargo, también en estos días, el presidente Ruso Vladimir Putin hizo lugar en su agenda para recibir primero al presidente argentino, Alberto Fernández y poco después al brasileño, Jair Bolsonaro. Es más, se supo que Putin ha tenido diálogos telefónicos con el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, así como los de Venezuela y Cuba. Queda claro que el tema de fondo no es ideológico.

El tema es que desde hace ya algunos años, Moscú ha mostrado un interés mayúsculo por la región, considerada desde siempre zona de influencia exclusiva de Estados Unidos. Incluso Rusia ha instalado una base de su agencia de noticias principal Sputnik, en Uruguay, desde donde organiza una agenda mediática muy en línea con lo que ha hecho con su cadena RT en Europa. ¿Qué busca Putin con todo ésto? Esa es la pregunta que se hacen muchos analistas, políticos y diplomáticos de la región, y que incluso motivó un extenso reportaje días atrás en el The New York Times.

Según este informe, el vínculo comercial con la región, no justificaría darle tanta importancia en un momento tan “caliente”. En 2019, por ejemplo, Sudamérica en conjunto exportó apenas 5000 millones de dólares a Rusia, en comparación con 66.000 millones de dólares a Estados Unidos y 119.000 a China, según datos recopilados por la Universidad de Harvard. Además, las producciones de ambos mercados son bastante similares, y se basan en la exportación de materias primas y energía, por lo que el crecimiento de este intercambio no parece muy prometedor a corto plazo. Las principales exportaciones de Rusia a América Latina han sido helicópteros, armamento, minerales, chatarrería y partes de automóviles.

Nada que tenga un potencial explosivo de crecimiento. Los analistas creen más bien que se trata de una búsqueda de influencia, en una región central para EE.UU., pero a la que ha dado poca importancia en los últimos años, en los que Washington ha estado centrado principalmente en China y Medio Oriente. De hecho, es ilustrativo que la invitación a Bolsonaro para visitar Moscú ocurre luego de que el mandatario brasileño haya estado meses esperando una llamada formal de Joe Biden que nunca se concretó.

Otro aspecto que señalan los analistas, es que este acercamiento podría ser una especie de muestra de fuerza a EE.UU., que al vincularse estrechamente en la realidad política de países como Ucrania o Bielorrusia, ha ingresado en el área de influencia más sensible de Moscú. “Si ellos lo hacen aquí, nosotros vamos allá”, sería el concepto.

Más allá de estas disquisiciones, la realidad es que el Kremlin parece tener una debilidad por los gobiernos autoritarios y poco democráticos. Y su apoyo económico y diplomático ha sido clave para la sobrevivencia de regímenes dictatoriales como el de Venezuela, Cuba o Nicaragua. El aumento de su influencia en América Latina no parece ser algo que deba llenar de optimismo a quienes defienden las ideas de la libertad.

Así cerramos otra edición de Mirada Sur. Esperamos que le haya sido útil. Esta newsletter es parte del nuevo Centro de Atlas para América Latina (CLA).

Martín Aguirre | Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero | Editor

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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