Putin en Ucrania, ¿nos recuerda algo de Gorbachov?
Cathy Young sostiene que lo seguro es que, a diferencia de Gorbachov, Vladimir Putin no será recordado como un estadista o un facilitador de la paz.
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Por Cathy Young1
Las noticias de Mikhail Gorbachov, el último líder de la Unión Soviética, había muerto a sus 91 años llegó en medio de reportes de que, a seis meses de guerra con Rusia, Ucrania había lanzado una importante contra-ofensiva en el sur para retomar el control de la ciudad ocupada de Kherson. De ser exitosa, este podría ser un punto de inflexión en la guerra —tal vez obligando a Rusia a retirarse derrotada o escalar la guerra con medidas impopulares como la movilización universal.
El gobierno de seis años de Gorbachov terminó con la disolución de la Unión Soviética en diciembre de 1991 —y la auto-abolición de su puesto presidencial. Esto es parte de una historia rusa de mucha relevancia para el momento actual.
Gorbachov lanzó las reformas conocidas como perestroika (reestructuración) y glasnost (apertura) en 1986-1987 en un intento de darle nueva vida al sistema soviético osificado. Pero relajar las restricciones sobre la expresión y actividad política desató fuerzas, incluyendo demandas por una libertad y democracia verdaderas así como también movimientos de independencia en muchas de las repúblicas soviéticas —incluyendo en Ucrania— que rápidamente demostraron ser incontrolables para el mismo Gorbachov y el régimen soviético.
Un plan para transformar a la Unión Soviética de Repúblicas Socialistas en una nueva “Unión de Repúblicas Soviéticas Soberanas”, una confederación con un estado federal mínimo, condujo a un intento por parte de los soviéticos de la línea dura de derrocar a Gorbachov en agosto de 1991. El intento de golpe fue derrotado; pero después de este, el plan en busca de una nueva Unión colapsó y las nuevas repúblicas independientes se convirtieron en la “Mancomunidad de Estados Independientes” sin una autoridad central.
Vladimir Putin, que llegó al poder menos de 10 años después de la renuncia de Gorbachov, no ha escondido su obsesión de reconstruir el imperio soviético —o ruso. Gorbachov tuvo sus propios arrepentimientos acerca de su incapacidad de preservar la unión. Pero luego de unas cuantas colisiones entre soldados soviéticos y manifestantes en Georgia, Lituania y Azerbaiyán en las que docenas murieron, él tomó la decisión deliberada de no autorizar el uso de la fuerza para mantener a las repúblicas en línea.
El legado de Gorbachov continúa siendo controversial (y profundamente impopular en Rusia). Sin embargo, él construyó el camino para que Rusia se integrara al orden económico y político internacional y, a pesar de las dificultades de la transición, sus reformas sentaron las bases para la riqueza y las opciones que la clase media rusa ha gozado bajo Putin.
Pero ahora, debido a la guerra y el rechazo internacional, Rusia se encuentra aislada. Las corporaciones occidentales están huyendo —incluso McDonald’s, una de las primeras en llegar a Moscú durante la era de Gorbachov. Los viajes entre Rusia y Europa ya se han complicado por la falta de vuelos directos debido a las sanciones, y es probable que se vuelvan más difíciles con las nuevas normas de visado. Y, mientras que a la economía rusa le va relativamente bien gracias a las ventas de petróleo a países que no se han unido al boicot, el efecto de las sanciones es probable que se vuelva mucho más paralizante para el próximo año.
Estando el entusiasmo ruso por la guerra desde ya relativamente tibio —muchos rusos dicen que ellos respaldan la “operación especial” pero también que desean que se acabe, ¿se enfrentará Putin a un rechazo mucho más notable incluso por parte de los normalmente complacientes si las pérdidas y fracasos rusos se empiezan a acumular? Considerando que la ayuda militar de los países occidentales a Ucrania está aumentando, esa esa una posibilidad real.
Nadie puede predecir hacia dónde puede llevar la inestabilidad en Rusia. Pero es posible que, como Gorbachov, Putin sin quererlo provoque que el país que está tratando de “salvar” se desintegre —esta vez en regiones más pequeñas.
Una cosa es segura: a diferencia de Gorbachov, Putin no será recordado como un estadista o un facilitador de la paz.
1Es académica de comunicación en el Instituto Cato, editora contribuyente para la revista Reason, autora de Growing Up in Moscow and Ceasefire: Why Women and Men Must Join Forces to Achieve True Equality, columnista para Newsday, y vicepresindente de Women’s Freedom Network.
*Este artículo fue publicado en elcato.com el 07 de septiembre de 2022