Sin cumbre pero con petróleo: los negocios de Biden y Maduro
El gobierno de Joe Biden no invitó a Venezuela a la Cumbre de las Américas pero flexibilizó las sanciones impuestas al petróleo venezolano y permitirá a Repsol y Eni retomar sus negocios con el régimen, mientras que Chevron ya había recibido días atrás el permiso para el mantenimiento de su infraestructura con PDVSA
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El veto económico de Estados Unidos en contra del régimen de Nicolás Maduro se desdibuja con fuerza. A pesar de que la Administración de Joe Biden dejó al chavismo fuera de la Cumbre de las Américas, en paralelo, autorizó que las petroleras Repsol y Eni exporten crudo y gas desde Venezuela hacia Europa desde julio. Por su parte, Chevron ya había recibido días atrás el permiso para el mantenimiento de la infraestructura que tiene en conjunto con la estatal venezolana PDVSA.
El argumento de Biden para esta nueva flexibilización de las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro durante el gobierno de Donald Trump a la dictadura venezolana es compensar las fallas en el suministro que provocó Rusia tras la guerra en Ucrania iniciada el 24 de febrero con la invasión al país vecino.
Maduro celebra como quien se sabe indispensable. Afirma que «Venezuela tiene la primera reserva internacional certificada de petróleo del mundo. El petróleo que necesita este mundo para funcionar está aquí en Venezuela y nosotros en paz y en soberanía tenemos todo el marco jurídico para aceptar inversiones».
El mensaje es claro. Maduro Entiende que el cese progresivo de las restricciones es muestra de «los primeros pasos leves pero significativos al entregar licencias a las empresas Chevron de Estados Unidos, Eni de Italia y Repsol de España para iniciar los procesos que las lleven a producir petróleo y gas en Venezuela para exportar a sus mercados naturales», dijo el dictador venezolano.
Un canje de deuda
El crudo que la trilogía de petroleras manejará será parte de un canje de deuda. Según Reuters, «las dos compañías energéticas europeas, que tienen empresas conjuntas con la petrolera estatal venezolana PDVSA, pueden contar los cargamentos de crudo para deudas impagas y dividendos atrasados» desde hace tres años, cuando comenzaron a regir las sanciones.
Significa que no habrá efectivo en las transacciones. Además, la condición suprema de este acuerdo es que el petróleo «tiene que ir a Europa. No se puede revender en otro lugar», dijo una fuente a la agencia de noticias.
Sin embargo, la luz verde para estos negocios es un impulso simbólico y explícito para Maduro, considerando que las operaciones se reanudarán el próximo mes y que los precios del petróleo se han recuperado hasta superar los 120 dólares por barril. El crudo Brent aumentó 64 centavos, o 0,5 %, hasta los 120,36 dólares por barril y los futuros de crudo del West Texas Intermediate (WTI) de EE. UU. subieron 63 centavos, o 0,5 %, a 119,50 dólares el barril después de alcanzar un máximo de tres meses de 120,99 dólares.
Las cuentas de Repsol y Eni
Con esta cotización, los números del mercado para Repsol y Eni deben lucir alentadores. Sobre todo para la compañía española que en sus dos últimos ejercicios registró un deterioro de 427 millones de dólares en la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada al definir en sus informes a Venezuela como un «entorno complejo», donde sus inversiones se redujeron en los últimos seis años, al pasar de 2000 millones de dólares en 2016 a 300 millones en 2021.
Para Eni el panorama también es atractivo. En su página web destaca que «las operaciones de exploración, producción y desarrollo ahora se concentran en las costas del Golfo de Venezuela, el Golfo de Paria y la Faja Petrolífera del Orinoco. La producción es proporcionada por el campo de gas Perla (participación de Eni 50 %), ubicado en el Golfo de Venezuela, el campo petrolero Junin 5 (participación de Eni 40 %), ubicado en la Faja del Orinoco, y el campo de petróleo Corocoro (participación de Eni 26 %), ubicado en el Golfo de Paria. Finalmente, tenemos una participación de 19,5 % en el bloque petrolero Güiria para la exploración de recursos petroleros y una participación de 40 % en el bloque Golfo de Paria Oeste y Punta Pescador, en la costa este del país, para la exploración de recursos de gas natural».
Al régimen le conviene la efervescencia del momento porque, a pesar de que el propósito inicial es el canje de deuda, es probable que represente a corto plazo dinero en sus arcas, ante la disposición de la Unión Europea de prohibir la importación de petróleo ruso hacia 24 de las 27 naciones la comunidad. Sólo Hungría, Croacia y Bulgaria tendrán «excepciones temporales», pero los demás necesitarán abastecerse en otros mercados, y Maduro está listo para aprovechar la coyuntura.
Matices diplomáticos
Los guiños de Washington con Caracas en el ámbito económico los matiza en la escena diplomática. Estados Unidos confirmó este lunes que no invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas que comienza hoy en Los Ángeles por falta de democracia y violaciones a los derechos humanos en esas tres naciones, según dijo un alto funcionario estadounidense a la agencia EFE.
Pero con la eventual reactivación de la petrochequera, Maduro parece restarle importancia al desplante diplomático. Ahora privan sus intereses económicos. Además, cuenta con sus aliados izquierdistas de la región que, en el caso del presidente argentino Alberto Fernández, «será la voz de Venezuela en la Cumbre de las Américas», anunció Miraflores el sábado.
Por su parte, el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, cumplió su amenaza y no asistirá en protesta porque no fueron invitados «todos los países», como él exigía. Sin embargo, anunció que será recibido por su homólogo estadounidense Joe Biden el próximo mes de julio en la Casa Blanca.
Otro que levantó su voz para rechazar la decisión fue Gabriel Boric, aunque no con la misma contundencia que su par mexicano. El presidente de Chile calificó como un «error» la exclusión de los tres regímenes dictatoriales y agregó que ese «no es el camino y no ha dado resultados históricamente». Estas declaraciones las ofreció en una rueda de prensa en Ottawa, Canadá, poco antes de partir con rumbo a Los Ángeles para participar en la cumbre.