Avicultores anticipan déficit de maíz en 2023 y el precio del pollo sube en los mercados del eje del país
El Gobierno dice que el encarecimiento se debe al paro de los 36 días.
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Los efectos de la sequía comienzan a hacerse sentir en los alimentos que consumen los bolivianos, entre ellos, el pollo. Los avicultores anticipan que la provisión de maíz no está garantizada el próximo año, por lo que pidieron la aprobación de un decreto supremo que permita la importación de ese insumo para las granjas procesadoras de aves. Entre tanto, el kilo del pollo ha subido en los mercados del eje del país hasta en 16,50 bolivianos.
El presidente de la Asociación de Avicultores (ADA), Omar Castro, llegó a La Paz este martes para sostener una reunión con autoridades del Gobierno. Ante de la cita, advirtió que “no está garantizada la provisión de maíz” para 2023 y, en ese marco, urgió la aprobación de un decreto que dé luz verde a la importación del grano.
“Los efectos lo vamos a ver más adelante, no vamos a tener la provisión necesaria, hay solamente, según la Anapo, un 30% de lo proyectado ya sembrado que ha sufrido ciertas afectaciones por falta de lluvia”, señaló el ejecutivo, entrevistado por la red Unitel.
Para el ministro de Desarrollo Rural, Remmy Gonzáles, la subida del precio del kilo del pollo se debe al paro de los 36 días en Santa Cruz que produjo desabastecimiento a los mercados del resto país y dijo que el maíz está garantizado hasta abril de la próxima gestión.
La autoridad abrió la posibilidad de que se emita un decreto que autorice la importación de maíz, solo después de una evaluación en abril de 2023, que sería el momento en que podría producirse problemas de producción como efecto de la sequía que enfrenta gran parte de Bolivia.
Gonzáles reconoció que el kilo del pollo llegó a 16 bolivianos en mercados de Santa Cruz, pero aseguró que en los centros de abasto de La Paz se puede encontrar hasta en 13,50 bolivianos, pese a estar lejos de los centros de producción del pollo. A inicios de este año, el kilo de pollo a nivel nacional se encontraba en un promedio de 11 bolivianos.
Castro recordó que en su momento se había analizado dos posibilidades para afrontar esta situación, la importación del alimento a través de Insumos Bolivia, entidad dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, pero además un decreto que avale su compra en Brasil y Argentina.
“Todo esto quedó truncado dado que desde ciertos ministerios afirmaban que teníamos el grano suficiente para toda la producción, hecho que lastimosamente se comprobó que no fue así y la misma situación se viene para 2023”, insistió.