Red Unitel muestra la ruta del contrabando de maíz transgénico entre Argentina y Bolivia
Al año ingresarían 200.000 toneladas del producto genéticamente modificado.
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¿Qué tan fácil es ingresar maíz transgénico argentino a Bolivia?, ¿Qué es lo que sucede específicamente en el lugar denominado ‘La banda’? La red Unitel se trasladó al municipio fronterizo de Yacuiba, a 530 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra, y constató que el contrabando de este producto se realiza como una actividad normal a vista de todos durante las 24 horas del día.
En el lugar llamado La banda, un punto fronterizo no regular entre Bolivia y Argentina, en el lado boliviano se puede observar una cancha donde hay camiones en espera, mientras que del lado argentino hay galpones en donde se acopia el maíz producido en sus tierras.
Los bagalleros permanecen al borde de la frontera, en la parte nacional, a la espera de la autorización para comenzar a cargar todo el maíz a los camiones. Cuando la reciben, trasladan uno a uno los quintales con ayuda de carritos y los acomodan en vehículos grandes para luego trasladarlos a Santa Cruz de la Sierra. Al momento de iniciar el trabajo, cada saco de maíz cuesta 70 bolivianos, pero que cuando llegue a las ciudades su valor subirá.
Esta es una tarea que realizan de forma rápida pues en cualquier momento la gendarmería argentina puede realizar controles; cuando se cargan 180 quintales en la carrocería, el camión está lleno y listo para partir.
De acuerdo a Jaime Hernández, gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), al año ingresan a Bolivia unas 200.000 toneladas de maíz a través del contrabando.
Mientras que Mauricio Serrate, presidente de Fedeple, remarca que el contrabando se lo controla a través de tres cinturones de seguridad; el primero es el que se debe ejecutar en la frontera, en donde debe haber presencia del Ejército, la Policía e instituciones del Estado; el segundo son las vías camineras y el tercero está en las ciudades.
La red Unitel buscó la palabra de la Aduana Nacional, pero se indicó que no se iban a referir al tema.
El traslado
El flete del camión que transporta el maíz desde Yacuiba a Santa Cruz de la Sierra es de 3.000 bolivianos y así lo hicieron conocer los mismos transportistas que cumplen con esta tarea.
Una vez fuera de La banda, el motorizado ingresa al municipio fronterizo para emprender camino; cada uno de ellos sale con su custodio en motocicleta hasta la entrada del pueblo.
Según datos del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de Argentina el 98% de su producción de maíz es transgénico; en Bolivia, la importación de cereales producidos con biotecnología está prohibida, pero eso no detiene su contrabando.
A pocas cuadras de La banda el maíz el quintal comprado a 70 bolivianos en el suelo argentino, ya ha subido de precio. “Está a 85 bolivianos”, dijo uno de los comerciantes que ofrece este producto de forma abierta al público. En la capital cruceña, se llega a comercializar hasta en 100 bolivianos.
Javier Suárez, director general ejecutivo de Senasag, enfatizó en que esta institución no legaliza ningún tipo de contrabando y que lo que hace es emitir los permisos de importación para garantizar que no ingresen con plagas.
Denuncia
El pasado 14 de julio productores del norte denunciaron la presencia de maíz transgénico afuera de los silos de empresa estatal Emapa. “De diez pruebas, las diez salieron positivo a transgénico”, señaló uno de los denunciantes.
Por su parte el gerente de producción de Emapa, José Carvajal, niega que el maíz argentino llegue hasta sus silos y menciona trabajos hechos con expertos de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y en laboratorios que indican que las pruebas han dado negativo a productos con biotecnología.
Unitel constató que en la frontera con Argentina el ingreso de maíz por pasos ilegales es una realidad, una actividad que involucra a varios sectores de la zona entre bagalleros, transportistas, comerciantes y que este es un producto que pasa cerca de comisarías, trancas y puestos de controles en carretera a lo largo de los más de 500 kilómetros hasta llegar a galpones y mercados en Santa Cruz.