OpiniónEconomía

Cuanto más se prolonga la guerra, en última instancia, la derrota de Rusia provendrá del lado económico

Eduardo Zeballos

Investigador social y analista geopolítico

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Un ejército fuerte requiere ser sostenido por una economía fuerte. Entonces, si la economía de Rusia se derrumba, su ejército también se derrumbará. Analicemos el lado económico centrado en los recursos hidro carburíferos que Rusia emplea para financiar la guerra en Ucrania.

Las consecuencias para Rusia de perder el mercado energético europeo tendrán un impacto significativo de largo plazo en su economía. Es importante recordar que las sanciones europeas, prevén mayores restricciones a las importaciones y prohibición de las importaciones de petróleo crudo y productos refinados del petróleo que entrarán en mayor rigor a principios de 2023.  Por otro lado, la frustración rusa ya se hizo sentir en respuesta al G7 de poner topes a los precios de importación de petróleo y derivados provenientes de Rusia. En represalia se han detenido las exportaciones de gas a Europa vía el Nord Stream 1, medida que demuestra el grado de desesperación que va mostrando el Kremlin en el escenario energético del conflicto bélico. Es importante destacar que casi el 50% de las exportaciones rusas provienen de la venta de petróleo y gas, y el 51% es a la UE por tubería. Por ello, Europa está encaminado para no volver a depender del petróleo o gas ruso.

En el ámbito del mercado internacional, siendo que los precios de los combustibles fósiles aumentaron en forma significativa, la respuesta ha sido que los consumidores evitarán un uso mayor, lo que resultó en un menor consumo y, por lo tanto, menos dependencia en el suministro o cambiando hacia otras matrices energéticas. Lo que se está evidenciando actualmente como una reducción del precio internacional a precios equivalentes previos al inicio de la invasión rusa en Ucrania.

Otro efecto importante de la escalada de los precios internacionales en los combustibles es que los precios más altos impulsan otro tipo de decisiones a largo plazo. En los EE.UU., los vehículos eléctricos se venden cada vez en mayor cantidad. Cada vehículo eléctrico vendido es una persona que básicamente no compra más gasolina. Hay que pensar en lo que eso significa para las compañías petroleras, el medio ambiente y, lo que es más importante, las consecuencias para Rusia.  Cuanto más altos sean los precios, más alternativas de suministro se encontrarán y/o más personas encontrarán formas de reducir el uso de los combustibles fósiles.

Cabe también destacar las consecuencias en la oferta del lado ruso, pues existe un efecto casi inmediato en las instalaciones extractivas, dado que la mayoría de los campos petroleros se encuentran en áreas de permafrost, por lo que, en los meses venideros aumentará el riesgo de que se congelen los pozos de perforación, en la medida de que su frene la extracción de petróleo en respuesta a las restricciones generadas en la demanda de crudo europeo. Las consecuencias técnicas son significativas, dado que no es posible simplemente cerrar las válvulas en los pozos de perforación y la infraestructura está diseñada para que el crudo y gas fluyan por los ductos, no teniendo mayores opciones de cortar el suministro.

Incluso si India y la China desearan comprar más petróleo, ¿dónde lo van a almacenar? porque todos los tanques están llenos. Tampoco existen tuberías para el transporte hacia otros mercados alternativos que no sean donde se encuentran actualmente los clientes europeos. Rusia depende mucho más de sus clientes europeos que la UE de su proveedor ruso. Europa tiene otras fuentes de gas, pero Rusia apenas tiene otros clientes o gasoductos para bombearlo en otra dirección que no sea Europa. China solo compra el 15% de su energía a Rusia y como política energética no desean depender de un solo proveedor.

La economía de Europa combinadas son algo más de diez veces la economía rusa. ¿Quién va a colapsar primero? En un escenario de mediano plazo, por su grado de complejidad y diversidad las economías europeas seguirán creciendo. En contraste, la importancia y dependencia del sector energético en su PNB, la economía rusa se irá hundiendo y tardará décadas en recuperarse.

Ese es el problema de Putin. Tiene que comportarse como un hombre fuerte frente a su propia gente, a pesar de que está en la posición más débil por mucho. Históricamente, las guerras terminan con el colapso económico de un bando. Esta guerra no será diferente. Putin habría aplastado fácilmente la economía de Ucrania, pero no esperaba que Europa y gran parte del resto del mundo apoyara a Ucrania. Por lo tanto, es el lado más débil y la economía será su perdición.


*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Eduardo Zeballos

Investigador social y analista geopolítico

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