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Educar y formar: distintas responsabilidades

Leticia Sáinz

Periodista

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El triste episodio ocurrido en un colegio particular, ha desatado todo tipo de comentarios y manifestaciones, sin embargo, en mi opinión, pocos han abordado los problemas de fondo que están en el origen de semejante comportamiento.

El primero de ellos es la relación padres & hijos en torno a ciertos temas como los derechos, las obligaciones, la sexualidad y la violencia. Todos ellos temas que inciden en comportamientos aberrantes de los que después de ocurridos, sólo queda lamentarse.

Todas las estadísticas señalan que el lugar más inseguro para las mujeres, especialmente niñas y adolescentes, es la casa. Las agresiones, en un porcentaje abrumadoramente mayoritario, indican que provienen del entorno familiar. Ante tal situación, ¿cuáles son las medidas que podemos tomar para dotarlas de algunas herramientas de defensa? Hablar, compartir, conocer para prevenir. Saber dónde van y con quién y cuáles son sus relaciones mientras los padres no están.

Si indagamos con mayor profundidad la tragedia de las familias que sufrieron la pérdida de la vida de una niña de 6 años agredida por un niño de 10, seguramente encontraremos muchas explicaciones que tienen que ver con las raíces de la violencia como medio para resolver los problemas.

Pocas veces hablamos con los hijos, especialmente niños y adolescentes, sobre los derechos y obligaciones que deben conocer y practicar para aportar a una sociedad más sana. Hay que darle espacios, encontrar la forma de hacerles comprender que si bien tienen derechos – como los que indican los Derechos del Niño o nuestros Códigos Niño, Niña y Adolescente – éstos terminan cuando invaden el de los demás y allí, en ese punto exacto, comienzan las obligaciones: respeto, imponer por la fuerza, incluso en los juegos, nuestros pareceres y solidaridad, siempre habrá alguien que tiene más y quien tiene menos.

Normalizar la sexualidad comienza por tratar el cuerpo como algo natural en todas sus partes. Acercarse a desmitificar el sexo no es solamente tarea de las pocas clases, cuando las hay, de educación sexual en el colegio. Esto es parte de responsabilidad de la familia, de los padres y será definitorio para una vida sexual sana y placentera como debe ser.

Evitar el tema de manera abierta desde temprana edad, permitirá que los niños y adolescentes se acerquen al tema a través de la pornografía, por ejemplo, o que asuman que el sexo es cuestión de un disfrute personal y no una cuestión fundamental en las relaciones con otro ser humano, hombre o mujer. También aportará a que minimicen los riesgos de  dolores emocionales, enfermedades de transmisión sexual o algo que es particularmente doloroso: embarazos no deseados especialmente en adolescentes.

Otra vez, profundizar el tema de la agresión a un niño de 10 años por parte de 5 adolescentes, nos llevará a que estos problemas deben ser tratados en la familia, por los padres, por el entorno de influencia familiar y no solamente encomendar tareas tan delicadas al colegio. La misión de los colegios es educar, la de las familias formar. Importante diferencia.


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Leticia Sáinz

Periodista

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