OpiniónInternacional

Elecciones 2023: el cachumbambé latinoamericano

José Rafael Vilar

Analista y consultor político

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Después de mucho tiempo regreso a comentar elecciones en Latinoamérica. Empezaré por ya realizados porque este año se inició el 5 de febrero con el varapalo que los ecuatorianos le dieron al gobierno de Guillermo Lasso: pareciera que sus compatriotas siguen esperando que los populistas modo siglo 21 los hagan “felices” —vía bonos y sinecuras con bondades ajenas— aunque fundan sus países y tuerzan sus menguadas democracias. La siguiente, el 23 de marzo, fue la no-elección —candidatos únicos cribados por el Partido único— de los diputados cubanos, seguida de la reelección del presidente Miguel Díaz-Canel —único candidato del Partido único— por el 97,66% de éstos con la encomienda de “más continuidad en la continuidad”.

Presidenciales hay tres: Paraguay, Guatemala y Argentina. Paraguay el 30 de abril elegirá Presidente y vicepresidente, senadores y diputados, gobernadores y juntas departamentales. Como en 2008, cuando ganó Fernando Lugo, los liberales —“la derecha”— agrupados con sectores de la izquierda y la centroizquierda en la coalición Concertación Para un Nuevo Paraguay se enfrentarán con los “colorados” —centro-centroderecha, “el PRI de Sudamérica”— encabezados por el delfín del expresidente Horacio Cartes, sancionado por los EEUU como “significativamente corrupto”; los otros 11 candidatos no tienen ninguna oportunidad pero muchas de sus organizaciones podrán ocupar algunos de los otros espacios según la generosa ley electoral paraguaya para con los partidos menores.

El 25 de junio Guatemala irá a la primera vuelta electoral para elegir presidente y vicepresidente, diputados, Parlamento Centroamericano y alcaldes. Con más de 20 candidaturas presidenciales —además de varias excluidas, entre ellas de la líder popular maya Thelma Cabrera— y acusaciones de manipulación y posible fraude, el augurio indica que se fortalecerá la continuidad en la concentración de poderes cooptados del actual presidente conservador Alejandro Giammattei y un consecuente presunto esquema de corrupción. (Una posible segunda vuelta sería el 27 de agosto).

Los comicios presidenciales que serán más interesante para la Región en su posicionamiento —o reposicionamiento— ideológico y para los propios ciudadanos del país por sus consecuencias económicas serán los de Argentina: El 13 de agosto serán las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que definirán los candidatos de cada sigla o coalición y el 22 de octubre se elegirá en primera vuelta el presidente, vicepresidente, senadores y diputados (de requerirse una segunda vuelta presidencial, sería el 19 de noviembre). La pelea principal entre la cerca de una decena de partidos y coaliciones que disputarán las elecciones nacionales será entre el kirchnerista Frente de Todos y el centroliberal Juntos por el Cambio (siempre que el libertario La Libertad Avanza de Javier Milei no les dé un susto en primera vuelta), con lo cual la confrontación estaría entre populistas siglo 21 y centroliberales.

En resumen de las tres presidenciales: si ganara el candidato de la centro-centroderecha paraguaya tendría que tener un equilibrio inestable con EEUU y con su mentor pero si ganara la derecha-centroizquierda-izquierda sería más como la paradoja de Lampedusa mientras que en Guatemala posiblemente no cambie nada, más que apellidos. Pero Argentina es diferente: nuevamente la batalla entre kirchnerismo (que ganó en 2019) y centroliberales (que ganaron en 2015) tendrá importancia dentro y fuera para el dial ideológico de la Región (si pierde, el lulismo queda huérfano).

Aunque no cambiarían gobiernos centrales, aún quedarían otras votaciones pero las más importantes serán en Chile: el 7 de mayo, la elección de los integrantes del Consejo Constitucional desde cinco listas que agrupan todas las tendencias partidarias —desde el oficialismo de izquierda hasta las tendencias más conservadoras y las liberales— y que trabajará para no repetir los desaciertos que llevaron al amplio “Rechazo” de la anterior propuesta constitucional cuando se vote el plebiscito ratificatorio de la nueva propuesta el próximo 17 de diciembre.

Además, las elecciones subnacionales del 29 de octubre en Colombia —gobernadores y juntas departamentales, alcaldes y concejos municipales— serán un “referéndum” sobre las políticas del presidente Petro, quien a fines del mes pasado en promedio de las encuestadoras estaba en el 34% de aprobación y el 55% lo desaprueba (en Bogotá, donde fue alcalde, alcanzaba el 64%).

De ellos hablaremos. De las presidenciales: si ganara el candidato de la centro-centroderecha paraguaya tendría que tener un equilibrio inestable con EEUU.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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José Rafael Vilar

Analista y consultor político

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