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Quien no ha visto el video que actualmente corre por las redes sociales en donde un grupo de activistas manifiestas su repudio hacia una exposición de favor del movimiento LGBTQ. En el video se aprecia la indignación hacia una exposición que no concuerda con sus valores dado en un espacio publico mantenido por la Alcaldía, es decir, en un espacio mantenido con los impuestos de todos los ciudadanos. Estoy totalmente de acuerdo con estas personas, pero también estoy indignado con el atrio inmenso hecho a pies del Cristo en la Avenida Banzer o el dinero destinado para apoyar la manutención de los espacios de exposición de arte adyacentes a la plaza principales. Y no porque no valore el arte o la cultura, sino porque es dinero “sucio”. Si, digo sucio cuando es dinero robado por la recaudación de los impuestos, a sumar invertido en acciones que solo depende del valor que les del político de turno.
Si hubiera sido una exposición con una temática religiosa quizás no hubiera existido el reclamo o lo que hubiesen levantado la voz estarán tachados de extremistas, pero para mí la realidad no es distinta. Pero la discusión no solo tiene que ver entre una exposición entre LGBTQ o alguna de tendencia religiosa, desde el punto de vistas de algunas personas apoyar el arte contemporáneo también puede ser una pérdida de dinero. Aquí planteo mi primer argumento: la cultura buena, mala, fea o bonita será del gusto del político de turno, y el monto destinado a esto será hecho netamente con un fin político. Nadie puede negar esto, es solo acordarse de museo de la “Revolución Democrática y Cultural” en Orinoca hecho por el gobierno central. Creo realmente que la cultura es esencial para el desarrollo integral del ser humano, por esta misma razón creo que es muy importante dejarlo en las manos del político de turno.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo