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La Hora de los Outsiders: de similitudes y disimilitudes

José Rafael Vilar

Analista y consultor político

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Las dos últimas semanas fueron, dicho a la rápida, las de los zambombazos electorales: primero, fue la semana cuando Javier Milei Luján ganaba las PASO argentinas —pronosticado tercero lejano, fue primero— y la siguiente, doble chuza: en Guatemala, Bernardo Arévalo de León ganaba en segunda vuelta a Sandra Torres Casanova; mientras en Ecuador la correísta Luisa González Alcívar pasaba a ballotage junto con Daniel Noboa Azín.

¿Cuál es el asombro? Usted dirá que eso pasa en cualquier democracia: se vota por candidatos (o precandidatos, como  Milei), que pueden ganar o ir a segundas vueltas electorales… El quid que vale la pena explicar es que ni Milei Luján ni Arévalo de León ni Noboa Azín eran políticos conocidos. Aun más: Milei había entrado en política activa recién en 2019 y no fue hasta 2021 que consigue un escaño de diputado; Arévalo fue electo diputado en 2020 por primera vez; Noboa recién entra en política en 2021 al ser electo asambleísta.

Es una primera característica —coincidencia— que podemos llamar “horizontal”: Son nuevos en política, casi —un largo casi— lo que llamaríamos outsiders: alguien que (en estos casos) está “fuera”, “en la periferia” de la política. Pero no es la única.

Milei fundó su partido —La Libertad Avanza (LLA)— en 2021 y ganó el escaño. Arévalo, con otros, organizó el Movimiento Semilla —conocido por SEMILLA— en 2015 y en 2018 fue registrado como partido político. Acción Democrática Nacional (ADN) fue fundada por Noboa en 2022 y legalizada en 2023.

Entonces, la segunda coincidencia fue que los tres fundaron las organizaciones que los candidatearon entre 2018 (SEMILLA) y 2023 (ADN) y que, por ende, las tres organizaciones políticas son nuevas. Organizaciones políticas nuevas —casi desconocidas hasta ahora— y fundadas por los tres candidatos: segunda similitus característica.

La tercera coincidencia fue a quiénes se enfrentaron. Milei no tuvo contrincante en las PASO pero su organización —él por ende— se enfrentó con los dos conglomerados políticos principales de Argentina: Unidad por la Patria —con todo el peronismo detrás, desde el kirchnerista hasta el Federal—; Arévalo pasó la primera vuelta de las elecciones guatemaltecas en segundo lugar, entre veintidós candidaturas presidenciales (cuatro habían sido descartadas); Noboa se enfrentó con otros siete candidatos —un octavo: Fernando Villavicencio Valencia, fue asesinado menos de dos semanas antes de los comicios— y, como Arévalo, pasa a ballotage en segunda posición.

La cuarta coincidencia es a quienes se enfrentaron o frente a quienes se midieron. Milei lo fue con Patricia Bullrich y con Sergio Massa; Arévalo con Sandra Torres, y Noboa se enfrentará a Luisa González. Pero, ¿quiénes son ésos contrincantes? Patricia Bullrich Luro, de derecha-derecha dura, descendiente de una de las familias históricas de la política argentina desde inicios del xix —los Pueyrredón, vinculados con San Martín—, polítóloga, miembro de la Juventud Peronista en los 70 —se le sindica de como “Carolina Serrano” montonera aunque lo niega—, pluriministra bajo De la Rúa, ministra de Seguridad del gobierno Macri, cercana al expresidente, hoy presidenta de su partido Propuesta Republicana (PRO); Sergio Massa Cherti, peronista, liberal, kirchnerista (varias veces ministro), antikirchnerista —de todo según la época—, centro-centroderecha, líder del Frente Renovador (FR), candidato presidencial fracasado en 2015; González, antes derechista y hoy socialista 21, llega como candidata del Movimiento Revolución Ciudadana (RC) y delfina de Correa, de quien fue varias veces ministra; por último, Torres: fue primera dama de Guatemala con Colom (2008-2011) y se entusiasmó tanto que dejó a su esposo para postular en 2011 —las leyes guatemaltecas no se lo permitían por su matrimonio—, cuando no pudo participar pero sí en 2015, 2019 y 2023 —en los tres comicios pasó a ballotage, en 2019 y 2023 de primera votación— con el partido populista socialdemócrata —aunque para diferenciarse de Arévalo se “vistió” de mercado— Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) que fundó.

La quinta similitud es que las encuestas los descartaban o, al menos, los ninguneaban: las argentinas del último mes daban a Milei un tercer puesto —no muy cercano a los punteros—, a Noboa entre el quinto y el sexto lugares y a Arévalo una sexta o séptima posición en primera vuelta (en segunda, la mayoría lo dio ganando).

La sexta es que dos de los tres vienen de herencia política: Arévalo fue hijo del expresidente constitucional Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951) y Noboa del empresario y político Álvaro Noboa Pontón, líder del Partido Renovador Institucional Acción Nacional, quien fue candidato presidencial en 1998, 2002, 2006, 2009, 2013 y 2021 (en 2002 y 2006 llegó a segunda vuelta, sin ganar, y en 2021 el organismo electoral lo descalificó por incumplimiento de plazos).

La séptima y última es que dos de los tres —pero no los mismos— vienen de familias económicamente poderosas: Norberto Horacio Milei —padre de Javier— es dueño de una flota, una financiera, una inmobiliaria y una agropecuaria mientras que el  padre de Daniel dirige más de 110 empresas en todo el mundo.

Y hasta allí las similitudes: Milei es libertario —se describe como anarcocapitalista—, Noboa es liberal conservador y Arévalo se define como socialdemócrata, ecologista y progresista.

Sin embargo, no podemos hablar del fenómeno outsider como muy inesperado de ahora: en Perú 2019, el sindicalista de extrema izquierda Pedro Castillo Terrones ganó con Perú Libre —y a los dos años intentó dar un autogolpe— mientras en Colombia 2022, el populista de centroderecha Rodolfo Hernández Suárez, líder de la Liga de Gobernantes Anticorrupción y tercero en las encuestas, pasó a discutir el ballotage. El rechazo a los políticos profesionales cada vez es una constante fuerte en Latinoamérica.

Como final, a Noboa —si gana la segunda vuelta— y a Arévalo no les va a ser tan fácil para gobernar: ADN tiene 13 asambleístas de 137 en Ecuador y SEMILLA 23 diputados de 160 en Guatemala. Aún ni idea —ni cábalas— para Milei.

A esperar entonces.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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José Rafael Vilar

Analista y consultor político

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