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Carlos Fuentes escribió: “Cuando el tiempo urge, la historia ruge”.
Y nuestro fundador ÑUFLO de Chávez nos legó un mandato ”A poblar y desencantar la tierra”.
En palabras siempre vigentes de Alcides D’Orbigny, que recorrió estas tierras entre 1830 y 1832, las nuevas realidades de la naciente región “merecieron ocupar mejor sitio en la historia”. En su opinión, los hombres de los que él habla “…no tuvieron que batirse con los mejicanos civilizados ni conquistar las proverbiales riquezas del Perú; pero, por lo mismo que exploraban un país menos poblado, más salvaje, debían superar muchos obstáculos.
Al escrutar la historia del Río de la Plata impresiona, sobre todo, esta verdad, así como la escasa resonancia que encontró el descubrimiento de esa parte del nuevo mundo, de la que Santa Cruz de la Sierra depende. Apenas habían transcurrido once años después de que Solís avistara las márgenes del Plata, cuando el primero de tales hombres llegó de las costas del Brasil al pie de los Andes.
Es extraño ver a América atravesada en todos los sentidos, en los primeros tiempos del descubrimiento del nuevo mundo”, mientras los personajes ya hablaban del mestizaje y de la nueva vida, de las dos orillas y de la “dualidad que marcó el destino en las Américas. ”
He ahí el hilo conductor de la edad del tiempo y sus contenidos en la asombrosa historia de Santa Cruz de la Sierra. Nuestra historia difiere de otras en Bolivia, aunque todas tiene el mismo tronco: ser parte de la primera experiencia colonial burguesa de Europa, al abrigo de la acumulación originaria en el desarrollo del modo de producción capitalista.
“A poblar y desencantar la tierra” fueron las palabras de nuestro fundador, Don Ñuflo de Chaves, hace 463 años. Durante ese tiempo, cruceñas y cruceños poblamos con amor cada rincón de Santa Cruz. A pesar que tantos tuvieron que dar sus vidas para defenderse de los absolutismos políticos de las dos orillas, la colonial y la republicana, supimos deshechizar la tierra para darle el sentido filosófico a esas transcendentales palabras: ”Poblar y desencantar la tierra”.
Pues, si analisamos este mandato, este contenía, además y también, los valores éticos y políticos de libertad y justicia, que son los más preciados del hombre desde que decidió convivir en sociedades políticas organizadas.
Nosotros y nosotras, descendientes de Ñuflo de Chávez, al igual que nuestros antecesores, asumimos ese mandato: ”Poblar y desencantar la tierra con libertad y justicia.
A pesar del centralismo y sus insultos tildándonos de regionalistas, racistas, separatistas ninguno ha tenido base de sustentación. A la vista está que somos bolivianos porque queremos serlo o, en palabras de Alcides Parejas, porque “nos da la gana”. En los hechos demostramos que queremos vivir en un país con justicia y libertad, políticamente plural y democrático, construyendo así la visión de nuestro padre fundador Ñuflo de Chavez.
Hemos atravesado años de guerra de baja o alta intesidad frente al cetralismo. No obstante, Santa Cruz de la Sierra, insisté e insistirá en construir la democracia deseada, entendida como la convivencia entre diferentes. En esta larga historia, cruceños y cruceñas rescataron las culturas originarias. ¿En qué consistió este rescate? En aunar lo ancestral con lo moderno, es decir, promover cultura y equidad, desarrollo y planificación territorial, organización poblacional y bienestar social.
El núcleo fue la demanda de autonomías departamentales enfrentadas a la imposición centralista.
”Poblar y desencantar la tierra” fue darle a nuestra tierra su valor como factor de producción y desarrollo que hoy alimenta a este país y genera riqueza.
Querido Gobernador Mario Aguilera, en este día tan vital para la autonomía departamental, gracias a la cual usted funge como nuestra más alta autoridad, anhelamos que su gestión cumpla con los principios estatutarios y constitucionales. Nuestra aspiración es terminar de construir una Santa Cruz metropolitana, de la que usted es el mejor exponente teórico y orgánico.
Le agradezco este reconocimiento, lo comparto con toda la cruceñidad. Hoy, más que nunca, necesitada de amor, entrega, fidelidad, justicia y libertad.
Honor y gloria a nuestro fundador, Ñuflo de Chavez, felicidades a Santa Cruz de la Sierra y a su gente.
La historia ruge y nuestro tiempo siempre urge: ¡sigamos poblando y desencantando la tierra!
¡Viva Santa Cruz, siempre libre cruceños seamos!