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Basta: Jeanine Añez es inocente

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 “Asumí la presidencia constitucional de Bolivia sin pedirlo, sin buscarlo y mucho menos esperarlo… con la única misión de llamar a nuevas elecciones y pacificar el país en convulsión, por culpa del fraude electoral y el abandono de sus funciones como presidente y vicepresidente, mediante renuncia y huida, de Evo Morales y Álvaro García Linera”. 

Carta de la expresidenta Constitucional Interina Jeanine Añez Chávez. Cárcel de Mujeres. La Paz 07.II.2022

Jeanine Añez Chávez no es terrorista, ni sediciosa, ni conspiradora, como reza la caratula de acusación del Golpe de Estado I. Eso lo saben los ‘doctos’ que administran justicia, ya por estudio -que desde luego los hay -, ya por prebendas y matufias, desde hace 15 años.

Sin embrago, hoy, jueves 10 de febrero de 2022, juzgarán a Jeanine Añez Chávez merced a un inédito, ilegal y perverso desdoblamiento de caso I, a Golpe de Estado II por actuaciones contrarias a la Ley. Ésta, la de los impostores, frente a los cuales la exmandataria se declara “víctima de torquemadas judiciales”.

Desde la cárcel, señala que “Han rechazado los incidentes presentados por mi defensa por actividad procesal defectuosa y acción de libertad, me han despojado de mi derecho a un proceso justo, con jueces y magistrados independientes e idóneos, cuando se han prestado a encarcelarme por delitos inexistentes”.

Es el populismo punitivo en su maldad impune contra Jeanine Añez, víctima del poder patriarcal: todo el poder de los hombres contra una mujer que fue presidenta de Bolivia en una época de odios ideológicos y de género. Desterraron la presunción de inocencia, pero abusaron de la detención preventiva: Jeanine Añez lleva 11 meses en esa condición. Su juicio será doblemente ilegal, pues se hará a puertas cerradas, cuando se trata de un juicio oral y público. Otro atropello a la razón jurídica y humana.

El tribunal que la juzgará, refleja la agonía del Poder Judicial envilecido por consorcios de abogados, jueces, fiscales, tramitadores y un largo etcétera, que, así como liberan a feminicidas, violadores, homicidas y delincuentes, encarcelan, juzgan y condenan inocentes, sin competencia para hacerlo, sin guardar la ética profesional, ni los procedimientos ni las garantías del Derecho. Y la sociedad en total indefensión.

En su carta, la exmandataria anticipó y denunció “ante la comunidad internacional, sus instituciones que velan por justicia, derechos humanos y las democracias debilitadas por gobiernos totalitarios, déspotas y cómplices, que seré condenada como otras mujeres del mundo que han dado su vida contra las dictaduras”.

El ministro de INjusticia, Iván Lima, uno de los ideólogos del calvario judicial contra Anez, ya adelantó la condena con la inmunidad-impunidad que le otorga el ejercicio del poder, siempre subordinado al jefazo ex Evo Morales o a su sucesor Luis Arce: “la señora Áñez podría ser condenada a 12 años de cárcel, para nosotros eso es importante y esperemos que ya se pueda presentar la acusación y tengamos una sentencia este año.” (La Paz/Erbol 09/10/2021).

A Jeanine Añez le han arrebatado el derecho al debido proceso y a un juicio justo, pues como expresidenta constitucional, le correspondía un juicio de responsabilidades y defensa en libertad. Pero el partido del régimen, MAS, no tienen 2/3 de votos en el Parlamento para condenarla, que es lo que busca Morales, quien no perdona que ella se le cruzara en el camino, luego de su renuncia y la violenta convulsión que generó en el país. El creyó que se le llamaría para ser el redivivo salvador, como lo fue Hugo Chávez (+) en 2002, en Venezuela.

Así lo expresó la misma expresidenta: “Sus planes fracasaron, ya que se cruzó con una mujer, yo, la que desbarató sus planes. Eso no lo perdona, ya que él es abusador de mujeres y debe controlarlas y no pudo hacerlo conmigo… (Entrevista en Página Siete. La Paz 01.09.2022).

En su carta desde la cárcel Añez sostiene que “Son tiempos muy oscuros de un retroceso abismal en las conquistas democráticas del pueblo boliviano. Como en tiempos de García Meza, se ha impuesto la cárcel a quien levante la cabeza, proteste o exija el cumplimiento de la ley”. A diferencia de los tanques, grupos paramilitares, Ministerio de Gobierno y la bota militar, apunta a que, en esta época, el Gobierno del MAS recurra a la extorsión, a los grupos de choque, a sectores sociales y a la guillotina fiscal y judicial. Y afirma que “Bolivia no merece que a nombre de la élite política masista, sea sometida a todos los abusos y atropellos que comete un gobierno que ataca con su poder, el poder político y judicial a las personas que defienden la democracia, la libertad y la igualdad ante la ley”. Y que hay presos políticos como en Nicaragua, Cuba y Venezuela. En efecto, 60 personas entre exministros, funcionarios del gobierno interino, más militares y policías están con detención preventiva de acuerdo al esperpento de la injusticia boliviana, acusados de promover el inexistente golpe de Estado en 2019.

La agonía de la administración de justicia en Bolivia es el resultado de los 3 lustros que lleva el MAS ejerciendo el poder político de forma autoritaria, con presos políticos, perseguidos, exiliados y también muertos, por ausencia de independencia y autonomía del Poder Judicial y del Ministerio Público.  De ahí la deriva a la judicialización de la política. Por eso la justicia politizada en Bolivia duerme el largo sueño de los injustos dictadores-patriarcales, hasta que la ciudadanía empoderada les diga ¡BASTA!

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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