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Dice el constitucionalista Roberto Gargarella que “Pocas cuestiones fueron tan importantes, en el debate público latinoamericano posterior a la independencia, que la batalla sobre el lugar, el peso y la interpretación del pasado”.
Esta afirmación sigue siendo hoy, en pleno siglo XXI, de enorme actualidad para Bolivia, donde en este mes de Septiembre celebramos dos efemérides departamentales, la de Cochabamba el 14, y la de Santa Cruz el 24. El resto de los demás Departamentos tienen también marcado en el calendario su propia conmemoración patria.
Sin embargo, en realidad cada Departamento tiene dos, y no solo una efeméride: la de su fundación y la de su emancipación. ¿Cuál es más importante, debemos celebrar ambas, no es ello contradictorio?.
Responder a esta pregunta, nada fácil, realza la actualidad de la batalla por la reinterpretación y narrativa sobre nuestro propio pasado aludida por Gargarella, y cuya respuesta de manera fatal va a incidir sobre nuestro presente y el rumbo que queramos emprender hacia el futuro.
A contra mano de éste desafío, es penoso y muy común escuchar las salutaciones a las efemérides realizadas por las principales autoridades, “felicitando los 211 años”, tal y cual se tratase de la celebración de un cumpleaños, y logrando confundir con ello al resto de la población, entre la celebración de la fundación de su ciudad, y la del inicio de su gesta emancipadora, devaluando así ambas efemérides con éste mensaje hueco y sin mayor significado.
En las efemérides de emancipación, como lo son el 14 y 24 de Septiembre aludidos, así como en todas las demás del país, los bolivianos conmemoramos y hacemos presente al día de hoy, los valores de la Independencia y la Libertad, así como la cruenta y heroica guerra de 16 años, siendo Bolivia el ara donde se vertió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos de América, tal y como reza nuestra Acta de Independencia.
Mientras, en las efemérides de fundación, lo que conmemoramos es el establecimiento y nacimiento de las ciudades, ninguna de ellas precolombinas sino verdaderos hitos de la nueva civilización iberoamericana, la misma que tres siglos después se emancipará de sus fundadores, y que el día de hoy continua en su convulso proceso de introspección social para reafirmar su identidad mestiza y ahora también cosmopolita o, como en la jerga política actual se dice: plurinacional e intercultural.
Conmemoremos pues, en todas nuestras efemérides, con el verdadero sentido y significado que cada una de ellas representa, evocando no solo fechas, sino más bien los Valores que éstas representan para el día de hoy: Independencia, lucha por la Libertad, Identidad, patrimonio común, y reflexión sobre nuestro destino histórico hacia un porvenir mejor para Bolivia y todas las bolivianas y bolivianos.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo