Entregaron el Silala sin pelear: cronología de Amalia Pando sobre la traición a una causa nacional
Cabildeo Digital republica una nota sobre cómo fuimos perdiendo en la CIJ.
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Por Amalia Pando de Cabildeo Digital.
En abril pasado concluyeron los alegatos sobre el diferendo con Chile sobre el uso de las aguas del Silala. Para entonces las cartas ya estaban sobre la mesa. Fue entonces que Cabildeo Digital publicó la siguiente nota que ayudará a entender el fallo que este jueves emitirá el Tribunal de La Haya.
Bolivia admitió en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que el Silala es un rio de curso internacional, definición que le dará la victoria a Chile pues su demanda y principal conclusión se basa en esta definición. Siendo un rio fronterizo, Chile cree tener el derecho de usar estas aguas “como le plazca y sin tener que pagar compensaciones anteriores y futuras”.
El gobierno de Evo Morales en 2018 dio un funesto viraje cuando definió al Silala como un río internacional. Antes de esa fecha, Bolivia sostenía que el Silala era un manantial formado por aguas que brotan de ojos de agua y que se acumulaban entre los bofedales ubicados a más de 4.000 metros se altura, en una región muy fría y deshabitada, provincia sur Lípez del departamento de Potosí .
Aguas que le pertenecían de manera exclusiva y soberana, razón por la que le exigía a Chile una compensación histórica y futura por el aprovechamiento de este recurso extremadamente valioso en una zona desértica como es el norte chileno.
En 2020, en el gobierno de transición, la canciller Karen Longaric, denunció este giro que hasta entonces se había mantenido en secreto.
Chau compensación
En el presente litigio, Bolivia ya no le pide a Chile ninguna compensación sobre el uso de las aguas del Silala. En los alegatos ante la CIJ, el agente Roberto Calzadilla anunció que la compensación histórica será demandada en un juicio civil a la empresa británica Antofagasta-Bolivian Railway Company, FCAB, que en 1906 obtuvo una concesión de la Prefectura de Potosí para usar estas aguas hasta 1961. Para tal efecto los británicos construyeron los canales que aumentaron el caudal y facilitaron de modo artificial el trasiego de esas aguas hacia territorio chileno, empujadas por la gravedad.
Durante los alegatos orales, Chile citó una carta de 1928 de la empresa ferroviaria que informaba a su matriz en Londres que había encontrado huevos de una mosca verde y que había una necesidad sanitaria para canalizar esas aguas.
Quién conoce la zona, con ese frio y a esa altura, sabe que por allí nunca voló una mosca. Pero además ya habían pasado 22 años de la vigencia de la concesión entregada a la empresa ferroviaria británica, concesión tardíamente revocada durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en 1997.
En 2009 el canciller chileno, Mariano Fernández, reconoció que “si estas aguas no estuvieran canalizadas no servirían para nada porque se perderían en los bofedales”.
El consuelo de los canales
El agente de Bolivia, Roberto Calzadilla, habló de una compensación, ya no por el agua, sino por el mantenimiento de los canales que son propiedad indiscutida de Bolivia y advirtió que el gobierno está muy preocupado por el medio ambiente por lo que podría desmantelar estos canales para revitalizar los bofedales.
La agente chilena, Ximena Fuentes aseguró que su país no se opondrá “porque el agua fluirá de todos modos a su territorio “.
Los especialistas de ambas partes establecieron que sin canales Chile perderá hasta el 60% de ese caudal que es de 160 litros por segundo.
Diálogo para el consuelo
En lo esencial Bolivia le dio la razón a Chile. El Silala es un rio internacional; en este juicio Bolivia ya no solicita ante la CIJ una compensación histórica ni futura; y, Bolivia es solo dueña de los canales y tiene el derecho de desmontarlos cuando quiera.
Sin embargo, Bolivia soltó un pedido adicional: diálogo bilateral.
El Silala tiene una particularidad, dice la defensa de Bolivia. Si bien una parte de sus aguas se constituye en un rio internacional, cuyo uso está normado por el derecho internacional y la Convención de las Naciones Unidas de 1997, otra parte de ese caudal no es internacional sino de propiedad exclusiva de Bolivia.
“.. Existe un flujo natural del recurso hídrico que emana desde el Silala y otro cause “artificialmente aumentado y mejorado” que atraviesa la frontera a través de caudales artificiales que pueden ser desmantelados. “
En este punto Bolivia pidió un dialogo bilateral al margen del fallo de la CIJ, para acordar una compensación por el uso de esa parte del caudal que considera propio y soberano, la parte que sin la canalización se quedaría en tierra potosina. Pero no pidió que la CIJ se pronuncie sobre este punto. Pretende dejar un conflicto pendiente sujeto a un diálogo futuro y a Chile bajo la amenaza de perder una parte significativa del caudal del Silala.
Diálogo con sentencia de muerte
Chile, en cambio no quiere dejar nada pendiente. Su agente dijo: “Bolivia sentenció a muerte el proceso de diálogo por exigir el pago de la llamada deuda histórica.”
Lamentó que desde el año 2009 Bolivia no hubiera respondió a los pedidos de diálogo por lo que pidió a la CIJ que resuelva el diferendo con un fallo categórico, para que nada quede pendiente.
El fallo de la CIJ tiene que resolver si Chile y Bolivia tienen los mismos derechos de usar de forma equitativa y racional todo el caudal del Silala por ser un rio internacional y, por otro lado, si en ese contexto corresponde que Bolivia reclame alguna compensación.
Perdimos 70 millones de dólares
En 2009, cuando David Choquehuanca era el Canciller, en el marco de la agenda de discusión de los 13 puntos, los gobiernos de Evo Morales y Michelle Bachelet acordaron resolver la controversia del Silala. Chile había aceptado pagar por el uso del 50% de las aguas del Silala.
De haberse aceptado ese convenio, hubiéramos tenido un precedente irrefutable. Se había acordado que Chile debía pagar 15 mil dólares al día. La cifra acumulada que perdimos desde entonces es de 70 millones de dólares. Y lo peor es que estamos ante el riego de perder por siempre la soberanía exclusiva sobre estas aguas y la consiguiente compensación.
Las derrotas como legado de Evo Morales
Este segundo inminente fracaso en el tribunal de La Haya, el primero fue la pérdida definitiva del acceso soberano al Pacífico, es de entera responsabilidad de Evo Morales, su canciller David Choquehuanca y su agente, Eduardo Rodríguez Veltzé, quien renunció a su misión tras la huida de Evo Morales, demostrando así haber sido en primer lugar un agente del gobierno del MAS en vez de un agente de la causa boliviana.
También comparten la responsabilidad del fracaso Luis Arce, el canciller Rogelio Mayta, el agente Roberto Calzadilla y otros quienes dieron continuidad a una defensa basada en el argumento chileno que afirma que el Silala es un rio internacional.
Los arrebatos de Evo
Evo Morales nos llevó por el sendero del fracaso al usar causas de interés nacional para provecho personal.
En 2010 promovió con éxito en las Naciones Unidas el derecho humano al agua dulce. Un derecho más para que Chile acceda a la corriente dulce del Silala.
En 2013 quiso demostrar que su gobierno le daría una utilidad a esas aguas cristalinas y con dinero público inauguró un criadero de truchas que fracasó por un notable abandono.
En 2016, Evo Morales había perdido el referendo del 21F, la consulta que le dijo No a la reelección indefinida. Y al mismo tiempo estaba metido en un escándalo envolvente por los contratos otorgados a la china Camce representada por su amante Gabriela Zapata, madre de un falso hijo de Morales.
El 23 de marzo intentó desviar la atención pública acusando a Chile de ladrón de las aguas del Silala. “He instruido a Diremar que estudie la alternativa jurídica para asumir la defensa de nuestras aguas del Silala”, dijo en la plaza Abaroa.
El canciller chileno Heraldo Muñoz le respondió de inmediato: “Chile no acepta amenazas ni dialogo con condiciones “
En junio de 2016 el gobierno de Michelle Bachelet se adelantó a Diremar y presentó la demanda contra Bolivia por el Silala.
Poco después, Evo Morales en un tweet remató: “robar es la apropiación de lo ajeno, como se lo hace con los recursos de un pueblo vecino. Canalizan nuestro manantial del Silala sin permiso. Concluye la concesión y continúa el saqueo y además de que nos roban, nos denuncian”.
La agente chilena Ximena fuentes, en su alegato en la CIJ, recordó este incidente que rompió toda posibilidad de dialogo y que empujó a Chile a recurrir a la Corte de Justicia de La Haya.
También recordó de modo tergiversado el amargo conflicto por el rio Lauca cuyo caudal fue desviado por Chile en 1962 y que provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
De bravucones a traidores
En 2018, el año del viraje de manantial a rio, Bolivia contrademandó a Chile para pedirle una compensación, proceso que está esperando se resuelva primero la demanda chilena con una sentencia de la CIJ que se conocerá este jueves.
El resto de la historia, ya la conocemos, Evo Morales pasó de la bravuconada a la traición, de chilenos ladrones a “dialogaremos no más”, de manantial enteramente boliviano a un rio de curso internacional e inclusive a proclamar que “ Bolivia y Chile tenemos derecho a una utilización equitativa y razonable (de las aguas del Silala), con obligación de cooperar, notificar y consultar al otro Estado”.