OpiniónPolítica

Esto me pertenece ¡y qué!, por Edwin Cacho Herrera

El manejo patrimonialista del Estado, en sus tres niveles, a partir de lo ocurrido en la Gobernación de La Paz.

Escucha la noticia

La concepción patrimonialista del Estado, esa vieja tara en el país, es practicada a nivel nacional, departamental y municipal. Es una de las peores maneras del uso indebido de algo que en realidad le pertenece a todos pero que torcidamente se piensa que el poder circunstancial otorga la propiedad de cargos públicos, bienes públicos y hasta la vida de servidores públicos. Está en la médula de la administración estatal y extirparla será una tarea titánica.

El ejemplo más reciente de esta distorcionada manera de concebir al Estado se dio con la renuncia de la Secretaria Departamental de Culturas de la Gobernación de La Paz, sobrina del futuro mandamás de esa instancia pública, ambos parientes directos del excandidato a Alcalde de La Paz por la fuerza política que postuló el actual Gobernador del Departamento y con la que rompió ni bien recibió su credencial de autoridad electa.

Se podría decir que toda una secretaría departamental, que maneja dineros públicos, personal de planta y eventual, conexiones con el mundo artístico y posibilidades de conseguir financiamiento externo, le pertencen a una familia, cuyo mérito fue haber apoyado la candidatura de Santos Quispe grabando piezas musicales de campaña en género de cumbia, armando escenarios y animando las fiestas proselitistas.

“No hay que ser malagradecido, hay que reconocer a las personas”, dijo el Gobernador al comunicar sin ningún problema de conciencia que una parte del Estado a nivel departamental le pertenece a una familia artística encargada ahora de las Culturas en el departamento de La Paz. Queda por saber ahora en cuántas otras parcelas está dividida la Gobernación del “Huayna Mallku”.

Y también invade la curiosidad de saber qué hubiera pensado y dicho Felipe Quispe, El Mallku, fallecido antes de la campaña regional, porque era uno de los grandes críticos de las actitudes patrimonialistas de Evo Morales que concebía y aún lo hace que el Estado es de su propiedad, comprando y construyendo para él y con el dinero de todos aviones, palacios, museos y otras millonarias frivoliadades.

La visión patrionialista del Estado y que ha tenido una penosa muestra con la renuncia de la sobrina para que el tío asuma en la Secretaría de Culturas es un mal transversal contrario al concepto de la ética en la función pública a todos los niveles de gobierno (nacional, departamental y municipal) y se ha ido alentada en las dos últimas décadas, salvo contadas excepciones.

Además, el manejo patrimonialista de la cosa pública está directamente relacionado con el nepotismo, la corrupción, el autoritarismo y el despilfarro, entre otras irregularidades. Vale decir que quienes optan por esa forma de administrar el Estado, que son muchos, estarán siempre bajo sospecha.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


Cuentanos si te gustó la nota

50% LikesVS
50% Dislikes

Publicaciones relacionadas

Abrir chat
¿Quieres unirte al grupo de Whatsapp?
Hola 👋
Te invitamos a unirte a nuestro grupo de Whatsapp