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Los exjefes de Estado y de Gobierno participantes de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), por tercera vez, denuncian los abusos cometidos contra la expresidenta Jeanine Áñez Chávez. Le piden a Diego García Sayan, Relator de las Naciones Unidas para la independencia judicial, “conocer del caso de la exgobernante, conversar con ella, e informar sobre los abusos de poder cometidos en su contra”.
La denuncia y pedido de las exautoridades internacionales no solo coincide con la próxima visita de Diego García Sayán, sino también con la frustrada iniciación de un juicio ordinario, lleno de irregularidades procesales, pero que igual será condenada para satisfacer la sed de venganza de Evo Morales. Jeanine Áñez Chávez ha cometido gravísimos errores políticos (incluso hechos reñidos con la Ley), pero nada justifica someterla al escarnio público, y prácticamente a la muerte civil.
Mientras el sanguinario Luis García Meza recibía visitas de sus hijos, familiares, sus abogados, y terminó alojado en una clínica militar, la narrativa oficial busca convertir a Jeanine Áñez en un monstruo, y generar “miedo”, al mejor estilo del socialismo del siglo XXI.
En la historia democrática no existen antecedentes donde el aparato estatal (ministerios de justicia, de gobierno, jueces, fiscales, policía, etc.) haya funcionado, con tanta perversidad, al servicio de un partido político. A la exmandataria se la trata peor que a una prisionera de guerra, y se la tortura de todas formas. Que le prohíban visitas en la cárcel de sus abogados, sus hijos, familiares, parlamentarios, medios de comunicación, etc., no sólo constituye un trato inhumano, indigno, y cobarde de los acusadores, sino también un atentado contra la salud y la vida de ella.
El presidente Luis Arce, se ha encargado de “exigir el procesamiento y sanción de los autores del golpe de Estado, quienes deben responder ante la justicia por los actos ilegales, ilegítimos y violentos que perpetraron contra el pueblo, la democracia y la CPE”. Esta declaración equivale a una sentencia condenatoria contra el gobierno de Jeanine Añez, que apenas estuvo en el poder poco más de 11 meses, casi todos ellos en plena pandemia.
En realidad, toda la maquinaria del Estado se pone al servicio de la vengarse en contra de una mujer (y las mujeres) que, en su momento (mientras los machos huían), ella tuvo la valentía y la determinación de frenar la guerra civil, generada por el MAS y sus aliados, en lo que ya es parte de la historia y se conoce como la “revolución de las pititas”.
Toda esta carnicería contra Jeanine Áñez Chávez busca generar zozobra y tapar el “megafraude” de los huidos, consumado en presencia de los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea. La prueba “estrella” del “megafraude” es (entre otras cosas), la Ley N° 1266 de 24 de noviembre de 2019 que, en el segundo artículo, “deja sin efecto legal las elecciones generales realizadas el 20 de octubre de 2019 y sus resultados” y “dispone la realización de nuevas elecciones generales para… el periodo de mandato constitucional 2020-2025”.
La violencia gubernamental contra de Jeanine Áñez y las mujeres, contrasta con la Constitución, los Convenios y Pactos Internacionales, cuando prohíben y sancionan toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica o social… (art. 14).
También existe la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Convención Internacional contra la Discriminación Racial, y la Convención, que prohíben todas las formas de discriminación contra la mujer, entre otros. Caben las preguntas, ¿hasta cuándo el ejercicio del poder político será propiedad exclusiva de los machos? ¿Por qué tanta bronca contra Jeanine Áñez y las mujeres bolivianas? ¿Por qué el MAS instrumentaliza al Estado para humillar a la exmandataria? ¿Por qué el MAS se valentona con una mujer indefensa, que no tiene partido político ni quién la defienda?
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo