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Por ella, por todos, justicia y libertad

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Si la expresidenta constitucional transitoria, Jeanine Añez Chávez (12.XI.1919-6.XI.2020) hubiese sido hombre, no hubiese sido maltratada con la saña con la que el régimen Morales/Arce la acosa y la tortura psicológicamente, sin que hayan podido probar algún delito de los que la acusan, porque no los cometió. Ni golpista, ni terrorista, ni sediciosa, por mucho que eliminen la verdad y el argumento y lo sustituyan por la mentira y el estigma.

La exmandataria se ha convertido en el eslabón más débil de la cadena de mando patriarcal comandada por el ex Evo Morales, huido cobardemente tras hacer fraude y renunciar en 2019. Morales es fiel a sus genes de macho/fauno propietario de todo cuanto le plazca, incluidas niñas adolescentes, según sus propias declaraciones, fotos y otras constancias, acalladas desde el poder y la autocensura de medios.

Algunos, como ‘Wasas opinan’, no se callan y dan cuenta de sus abusos: “Más allá de las denuncias de estupro que Evo Morales acumula a lo largo de su mandato, el uso de nuestros cuerpos como carne de cañón en las disputas del poder también es una muestra de violencia. Entre risas y aplausos, el machismo y las actitudes patriarcales en la política nacional son la norma.”  (Evo en ocho frases machistas: Claudia Colque. 12.08.2020).

Hoy Jeanine Añez es el trofeo político de una venganza irracional.  La maldad que hace casi seis meses descarga en ella, con la abusiva detención preventiva que le imponen, le ha producido múltiples micro embolias que pueden conllevar un accidente cerebro vascular (ACV), abonado por una severa depresión emocional. Hace una semana intentó suicidarse, lesionándose las venas del brazo izquierdo. Lo hizo tras haber agotado, como ella misma escribió antes, “mis límites del esfuerzo; que el sufrimiento no es solo físico y psicológico, que va más allá de todo lo experimentado en mi vida, pues veo ya con cansancio y desesperación las lágrimas impotentes de mis hijos.”

¿Por qué la sociedad boliviana, la política, la civil, las feministas (no las de ocasión, por favor) plataformas y asociaciones siguen permitiendo este abuso contra Jeanine Añez y 35 presos políticos de su gobierno constitucional? ¿Es por el amedrentamiento que impone Morales con el ‘fiscalato’, sus ministros y su cohorte de funcionarios que prostituyen la práctica del Derecho? Entiendo el Derecho como el instrumento para la convivencia democrática entre diferentes pero iguales ante la ley, como el instrumento para asegurar la paz social y para evitar la criminalización de la justicia, los abusos del poder, los odios de género, étnico y regional que hoy sufre Bolivia a manos de Morales, su partido -el MAS- el presidente en ejercicio y sus funcionarios. Ofenden la doctrina del Derecho.

El Informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que repartió culpas por igual con omisiones graves, asevera que la administración de justicia está sometida a fiscales y jueces de turno, hasta convertirse en instrumento de persecución política. Señala que la prisión preventiva es la regla y no la excepción; que Morales es el culpable de la crisis que vive el país, porque desconoció el resultado del Referéndum del 21F de 2016, que le dijo NO a su cuarta postulación.  Que ese NO fue subsumido por los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional en 2017, al violar el Art. 168 de la Constitución que pone freno a las veleidades continuistas al habilitar a Morales y a su Vice para una cuarta elección. Es decir, desecharon la alternancia en el ejercicio del poder político, y usurparon funciones al interpretar la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CIDH) y el Art. 23 del Pacto de San José.

Todo eso ya se sabía antes, pues hemos sido testigos de los 14 años de abusos de Morales y compañía, con más de 100 víctimas fatales en forma siempre violenta, todas impunes. Mucho antes que el GIEI lo constatara, se había denunciado que, en la Bolivia de Morales lo mismo que en la de Luis Arce, no existe la independencia de Poderes.

Patriarcales con todo el poder a los hombres, y misóginos del griego miso ‘odio’ + gyné ‘mujer, además de rancios antidemocráticos, porque apestan sus ínfulas totalitarias, hoy también fustigan a Amparo Carvajal, la legendaria defensora de los Derechos Humanos en Bolivia, desde 1971. Hace 50 años llegó a estos lares como religiosa de la orden Mercedarias Misioneras, y aquí encontró su lugar en el mundo, hasta hoy, con sus dignos 82 años. En estos 50 ha auxiliado a los presos políticos en tiempos turbulentos como estos, para defender a quien corresponda del poder abusivo que criminaliza la justicia y que irrespeta los derechos como los de Jeanine Añez. Por ella ha llorado en las puertas de la cárcel para condenados donde está recluida, sin juicio ni debido proceso, y siempre le han impedido verla. Hoy los Derechos de Amparo Carvajal también están siendo avasallados y hay aprestos de asaltar la institución a la que ha dado su vida entera: la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APD). Desde ahí promueve que Jeanine Añez asuma su defensa en libertad.  Amparo Carvajal es bandera en esta lucha por el derecho a la vida y al debido proceso de una mujer expresidenta de Bolivia.

En la Plaza central de Santa Cruz de la Sierra, desde el atrio de la Catedral, nos reunimos desde hace una semana con parte de su familia y amigos, aun sin conocerla, para exigir y gritar “por ella, por todos Justicia y Libertad”.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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