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La influencia del ex Foro de Sao Paulo (hoy Grupo de Puebla) en varios países del continente, y diversos radicalismos de izquierda que amenazan economías y democracias, son algunas de las similitudes detectables en varios procesos políticos de la región.
Chile: la Convención Constitucional busca “allendizar” la minería. El órgano encargado de redactar el proyecto de nueva Constitución está planteando la estatización de toda la minería mediana y grande del cobre y el litio, en una maniobra muy parecida a la realizada hace medio siglo por Salvador Allende y que contribuyó a una monumental crisis económica en el país trasandino.
La buena noticia es que, al ritmo que avanza la Convención, es posible que llegue a la fecha fatal del 4 de julio sin haber concluido su labor. Teniendo en cuenta que las izquierdas no tienen mayoría en el Congreso, es poco probable que logren una ampliación del plazo, por lo que la elaboración del proyecto de reforma tendría que ser concluida en el Parlamento, con fuerte presencia de la centroderecha.
Honduras: imitando la vendetta boliviana. La presidenta electa Xiomara Castro había hablado durante la campaña de impulsar una “reconciliación nacional” desde el gobierno. Sin embargo, tras imponerse en el proceso electoral, su partido prepara una iniciativa para judicializar a los titulares de los poderes del Estado (Legislativo y Judicial) que hace 13 años separaron del gobierno a su marido, el ex presidente Manuel Zelaya, cuando éste intentó llevar adelante una Asamblea Constituyente ilegal. La repetición del guión boliviano parece evidente.
Colombia: Petro se pone la piel de cordero. Se acercan las elecciones presidenciales y la carta del Foro de Sao Paulo/Grupo de Puebla, Gustavo Petro, hace lo posible por marcar distancia con la catástrofe autoritaria y humanitaria de Venezuela, aunque en el pasado dio muestras de sintonía con el régimen de Nicolás Maduro. La búsqueda de los votos del centro impone esta movida pragmática, de una sinceridad muy cercana a cero.
Argentina: la crisis del peronismo y el FMI. Ante el entendimiento preliminar (que no “acuerdo”) entre el gobierno argentino y el Fondo, el kirchnerismo dio un portazo en la Cámara de Diputados, con la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura de bancada del Frente de Todos. Es una primera reacción ante algunas tibias metas de ajuste del gasto público que se estarían perfilando, y que el ala más extrema del peronismo ve como un problema de cara a las elecciones del 2023.
Uruguay: polémico vocero contra la LUC. El Frente Amplio entregó el comando de la campaña contra la Ley de Urgente Consideración (LUC) a un ex disidente de su coalición, Esteban Valenti, quien ahora parece volver al redil. Pero en pocos días, el flamante jefe ha cometido tal cantidad de errores (incluyendo hacerse llamar la atención por la Metro Goldwyn Meyer, por el uso de la Pantera Rosa en la campaña), que se especula que habría sido designado como chivo expiatorio ante una previsible derrota de la izquierda en el referéndum que tendrá lugar el 27 de marzo.
Nos quedan en el tintero Perú, Brasil y Venezuela, para una próxima entrega.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo