Anticruceña, desesperada, multitudinaria: un editorial y dos artículos de opinión evalúan la marcha del MAS y sus primeros efectos
Aquí un resumen de la opinión de Página Siete, Juan Cristóbal Soruco y Ramón Rocha Monroy.
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Una marcha contra Santa Cruz – Página Siete
“La marcha de apoyo al presidente Luis Arce resultó ser, en realidad, una marcha contra Santa Cruz, contra sus dirigentes y contra sus empresas”, descifra su editorial de este martes y afirma que la movilización convocada por Evo Morales fue para contrarrestar el paro multisectorial de nueve días que terminó en una nueva derrota política del gobierno de su delfín. Página Siete añade que la masiva concentración en San Francisco fue para amenazar, escarmentar y confrontar al epicentro de la resistencia, a Santa Cruz, con exigencias para que la justicia castigue a sus dirigentes y anuncios de expropiación de fábricas y empresas o con marchar hacia la capital oriental.
El editorial anota que sin referirse en específico a Santa Cruz, tanto Morales como Luis Arce avalaron en genérico las agresiones en contra de la región oriental del país, pero también precisa que el jefe del MAS utilizó la marcha para mostrarle al propio Arce que “él maneja a las organizaciones sociales, que él tiene la sartén de la gobernabilidad por el mango y, en última instancia, para advertirle que en cualquier momento él puede volver a ser el presidente del Estado”, mientras el mandatario cayó en el extraño escenario de marchar para apoyarse a sí mismo y apoyar su triunfo electoral.
Al margen de las amenazas a Santa Cruz y las “rarezas” que mostró la marcha, el editorial del diario paceño afirma que “el MAS cumplió su objetivo de juntar a una gran cantidad de gente en La Paz (máximo cien mil, dicen los cálculos de observadores imparciales; más de un millón, dicen ellos) para dejar claro que tiene el poder de la calle”. Sin embargo, el editorial pide estar atentos a ver si esa muestra de fuerza amilana a los cívicos y opositores al gobierno o, por el contrario, los envalentona tomando en cuenta que hay un cabildo nacional anunciado para el 15 de enero de 2022.
Una marcha poco convincente – Juan Cristóbal Soruco
El periodista y exdirector de medios escritos redactó un texto de opinión este lunes, día en que la marcha oficialista llegó a La Paz, en el que califica la movilización como una acción desesperada del MAS que “ha perdido el afecto del pueblo” y de su caudillo que “sólo tiene como objetivo de vida buscar mantenerse en el poder a como dé lugar”. “La nueva ola represiva, sin desconocer sus consecuencias perversas, también se puede interpretar como su desesperación por no entender por qué la ciudadanía ya no cree en ellos”, afirma Soruco.
Y para reforzar su idea relata una anécdota con el exjefe de campaña por el Sí en el referéndum del 21-F que perdió el gobierno de Evo Morales y ahora Ministro de Defensa. Cuenta que después de insistir en qué haría el MAS si terminaba derrotado en el referéndum constitucional, Edmundo Novillo le respondió: “Ya veremos cómo hacemos entender a la gente que éste es su gobierno y su partido, y estos saben lo que le conviene”, una lógica que se está aplicando en la actualidad, es decir “lo que importa no es lo que quiera la población, sino lo que el grupo conductor considera que se debe hacer”.
Todo eso, afirma Soruco, ha conducido al país al escenario en que se debe optar por la democracia o el autoritarismo, sabiendo que la apuesta del MAS es lo segundo. “Mientras se pueda hay que insistir en pedir a las corrientes democráticas del MAS y el gobierno revertir esta visión sectaria y abrir un escenario de diálogo para recuperar valores democráticos e instituciones sólidas”, señala el periodista con esperanza, aunque también con cierto grado de ingenuidad.
La marcha – Ramón Rocha Monroy
De entrada, el escritor cochabambino marca una diferencia en su artículo publicado este martes por el diario Opinión. “No es lo mismo una marcha multitudinaria que bloquear con cintas. Es posible que cueste menos alimentar a unos cuantos que alimentar, dar alojamiento y servicios médicos a una marcha multitudinaria”, sostiene y agrega que el paro multisectorial que derivó en la “abrogación” de la Ley 1386 tenía como principal objetivo acabar con el gobierno de Luis Arce, de ahí que la marcha oficialista buscó que no se pretenda ganar en mesa lo que no se conquistó en cancha.
“Al año de gestión del presidente Arce hubo una oleada de manifestaciones en contra. Esta es la motivación principal de la marcha por la patria: ratificar el voto popular del 18 de octubre de 2020 con un sentido de unidad nacional por encima de todo”, afirma Rocha y luego, en dos partes de su texto de opinión, pide preguntar a los “comiteístas” si quieren “tumbar” al gobierno y “si creen en el voto popular o su idea de democracia es distinta”, hacia el “gobierno de los mejores” que pronto se convierte en oligarquía.
El escritor conecta esa dicotomía con la necesidad del departamento de Cochabamba de desarrollar su mercado interno y el desconocimiento de los capitalinos, vallunos en su gran mayoría, de que la mayor parte del territorio cochabambino está compuesto por tierras calientes y tropicales. “… no reconocemos esta parte baja y tropical de nuestro propio territorio. ¿Así queremos enfrentar el desarrollo del mercado interno?” concluye al artículo de Ramón Rocha que deja entre líneas la idea de que el MAS es el único partido que puede encarar esa tarea en su departamento y quién sabe a nivel nacional.