Dos editoriales diseccionan el Presupuesto General del Estado 2022 que será “debatido” en la Asamblea Legislativa
Aquí un resumen de la opinión de El Deber y Página Siete.
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Presupuesto con deuda y para gasto – El Deber
El Presupuesto General del Estado para 2022 será debatido este jueves en la Cámara de Diputados y El Deber dedica su editorial de la fecha a este tema sobre la base de un artículo de opinión del PhD en Economía Antonio Saravia, que ayuda a comprender en términos sencillos las aberraciones de un presupuesto que el autor califica como una película de terror. “El PGE del año 2022 tiene previsto gastar 34.000 millones de dólares, esto es el 90% del PIB boliviano. Como referencia, en Paraguay el presupuesto representa el 37% del PIB; en Chile, el 32%; en Estados Unidos, el 30%”.
¿De dónde sale el dinero para el presupuesto de 2022?, pregunta el editorial. El 40% se financiará con nuevas deudas: venta de bonos de las AFP, préstamos del Banco Central y créditos de organismos multilaterales, explica y añade que el segundo origen del financiamiento es operación (23%) y el tercero (18%) son los impuestos que pagan los ciudadanos y las empresas con el IVA y el IT. ¿En qué se gasta el dinero del presupuesto? El editorial explica que el 57% en pagar los sueldos del gigantesco aparato de empleados públicos; mientras el 17% irá a gastos de capital, que son las 70 empresas públicas, la mayoría ineficientes y deficitarias.
El Deber afirma que “un país que necesita ahorrar, se endeudará para gastar en sueldos y en empresas públicas deficitarias”. Además, recoge el dato de Saravia sobre el descenso de las reservas líquidas de divisas del Estado a 1.768 millones de dólares y que Bolivia debe pagar 1.800 millones de dólares de bonos emitidos que vencen el próximo año. “El presupuesto del 2022 tiene un rostro principalmente político que lleva a la preocupación porque da la sensación o de que no hay rumbo o si lo hay, tiene una ruta destinada a establecer en el país un sistema con un Estado cada vez más obeso, pesado, deficitario, como el que tienen los países socialistas”, concluye el editorial.
Uso y abuso en el PGE – Página Siete
El editorial de este jueves del diario de La Paz analiza la parte del Presupuesto General del Estado para el próximo año destinada a propagandizar la administración de Luis Arce y de paso al masismo. “Aunque la sensación térmica sea de crisis económica y muchos sectores se encuentren sin recursos, el gobierno tira la casa por la ventana cuando se trata de propaganda de su gestión”, sostiene Página Siete que anota el dato de que el PGE 2022 dispone 119.789.723 bolivianos para la categoría denominada “Política de Coordinación Comunicacional” del Ministerio de la Presidencia, que representa un aumento del 62% respecto a lo presupuestado para 2021.
“Los ítems relacionados con esa categoría son: Viceministerio de Comunicación, Gestión de Política Comunicacional, Radio Illimani – Patria Nueva, Periódico Ahora el Pueblo y Gestión Comunicacional”, explica el editorial y detalla que para Gestión de Política Comunicacional se presupuestó 68,9 millones de bolivianos, para el Viceministerio de Comunicación 32,5 millones de bolivianos, para el periódico Ahora el Pueblo 11,6 millones de bolivianos; para Gestión Comunicacional 4,3 millones de bolivianos y para Radio Patria Nueva 2,3 millones de bolivianos. En medio de esta danza de cifras está la cuantiosa pauta publicitaria para medios gubernamentales y paragubernamentales, además de las ostentosas gigantografías con el rostro de Luis Arce.
“El 25 de noviembre, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, sostuvo que entre los objetivos del PGE 2022 está la transformación del aparato productivo con sustitución de importaciones e industrialización, continuar con la ejecución de políticas sociales con redistribución de ingresos, precautelar la sostenibilidad de las finanzas públicas y garantizar los recursos para salud, educación, vivienda y servicios básicos, entre otros”, recuerda Página Siete, pero afirma que poco de eso se refleja en la distribución del presupuesto del próximo año y más bien se tiene previsto un incremento de un 107%, por ejemplo, en el uso del avión presidencial “que lleva a los mandatarios a entregas de obras, pero también mitines políticos”.