Mesa y Camacho pidieron la renuncia de toda la línea de sucesión: la nueva tesis del MAS
Adriana Salvatierra, ex presidenta del Senado, fue entrevistada este miércoles por El Deber Radio. Repitió lo que declaró y mostró los documentos que llevó a la Fiscalía de La Paz. Reveló la estrategia del MAS: culpar a los opositores del vacío de poder en 2019 para que Jeanine Áñez asuma la Presidencia transitoria. El caso “golpe de Estado” se pondrá más que interesante.
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El vacío de poder que dio paso a la sucesión constitucional en favor de Jeanine Áñez es el argumento central de quienes participaron en el proceso de pacificación en 2019. El MAS lo sabe y ha decidido destruirlo acusando a líderes de la oposición de haber pedido la renuncia de toda la línea sucesoria. Este miércoles, en una tensa entrevista con El Deber Radio, la ex presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, puso al descubierto la estrategia del MAS en el caso “golpe de Estado” y repitió lo que declaró en la Fiscalía de La Paz hace dos días. Quienes buscaron una salida a la crisis más grave que ha vivido la democracia boliviana tienen que preocuparse porque pueden terminar imputados de haber cometido los delitos de conspiración, sedición y terrorismo.
La entrevista en El Deber Radio duró 25 minutos, con una mesa llena de documentos e impresiones de notas periodísticas de varios medios de comunicación llevados por Salvatierra y con la entrevistada interrumpiendo en más de una ocasión la argumentación de las preguntas de Pedro Rivero y Leopoldo Vegas, para sostener que el vacío de poder fue obra de las oposiciones. “Quienes piden la renuncia de toda la línea de sucesión fueron Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho”, afirmó quien renunció a la Presidencia del Senado el 10 de noviembre de 2019, horas después de que lo hicieran Evo Morales a la Presidencia del Estado y Álvaro García Linera a la Vicepresidencia.
En el caso de Mesa, la ex presidenta del Senado mostró impresiones de notas periodísticas en las que el principal dirigente de Comunidad Ciudadana se opuso a que alguna autoridad electa del MAS asumiera la Presidencia del país. “Qué me espera a mi cuando veo que el señor Carlos Mesa dice que nadie del MAS puede asumir y se apuesta (atrinchera) afuera de la Asamblea Legislativa”, dijo refiriéndose a una rueda de prensa que Mesa dio en la plaza Abaroa de La Paz luego de ser informado por sus allegados, tras una reunión con el ex ministro de Comunicación Manuel Canelas y ella, que Morales renunciaba tras 14 años en el poder.
Salvatierra admitió que renunció a la Presidencia del Senado, inhabilitándose para la sucesión constitucional, pero “no porque ese día me levanté con un ánimo distinto”. Aseguró que dimitió porque movilizados en Santa Cruz instalaron vigilias en la casa de su padre y en la suya. “Si yo veo que a mi compañero Víctor Borda, Presidente de la Cámara de Diputados y cuarto en la línea de sucesión, le queman la casa, le secuestran al hermano y lo torturan durante horas, obligándole a renunciar, qué me espera a mi cuando sé que afuera de la casa de mi padre hay gente; qué me espera a mi cuando sé que las Fuerzas Armadas impiden que Evo Morales pueda subirse al avión, realizan sobrevuelos sin su autorización y no permiten la sucesión constitucional”.
En cuanto a Camacho, la ex parlamentaria del MAS dijo que el ex líder cívico pidió la renuncia de Morales y de quienes estaban en la cadena sucesoria. Mostrando la impresión de una nota del periódico sucrense Correo del Sur, dijo: “Luis Fernando Camacho exige primero la renuncia de Evo Morales y luego propuso a la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia; es más cerca del 10 de noviembre llegó a decir que debería asumir un gobierno de notables”, delegando luego su representación al abogado Jerjes Justiniano, quien asumió el Ministerio de la Presidencia una vez instalado el gobierno transitorio presidido por Jeanine Áñez.
Salvatierra, portaestandarte del contrataque del MAS para anular el argumento del vacío de poder que dio paso a la Presidencia transitoria de Áñez y mostrando el informe-memoria de la Conferencia Episcopal de Bolivia, sostuvo en la entrevista que sin tener atribuciones para interpretar la Constitución y el reglamento de la Cámara de Senadores, los obispos católicos, miembros del cuerpo diplomático, representantes del Comité Cívico de Santa Cruz y del Conade, y políticos de oposición definieron con anticipación que Jeanine Áñez asumiría la Presidencia del Estado.
Apoyada en el documento de la Conferencia Episcopal, Salvatierra leyó la parte en la que el domingo 10 de noviembre, después de la renuncia de Morales y en la primera reunión en la Universidad Católica a la que no se convocó a ningún representante del MAS, se describe cómo el jefe de campaña de Comunidad Ciudadana, Ricardo Paz, tomó contacto telefónicamente con Áñez y a micrófono abierto le pregunta si estaba dispuesta a asumir la Presidencia y la respuesta fue afirmativa.
Luego muestra un informe del Banco Central de Bolivia que establece que la medalla presidencial, custiodada por esa entidad, fue retirada de las bóvedas en la tarde del 11 de noviembre, mientras se instalaban las conversaciones entre los facilitadores, los integrantes de la oposición y tres representantes del MAS en la Universidad Católica. ¿Por qué retiran la medalla presidencial del Banco Central a las tres y media de la tarde, el 11 de noviembre, por qué?, pregunta dando a entender que todo ya estaba consumado.
La entrevista en El Deber Radio de este miércoles sirvió para que Salvatierra ponga en la mesa no solamente impresiones de notas periodísticas, informes de entidades estatales y otros documentos. Sirvió para que ponga sobre la mesa las cartas que jugará el MAS en el caso “golpe de Estado” buscando que políticos de oposición sean imputados por delitos penales en contra de la democracia y eventualmente pongan en la silla de los investigados a obispos de la Iglesia Católica, ex integrantes del cuerpo diplomáticos y representantes de entidades cívicas y plataformas ciudadanas. El MAS intentará consolidar así la teoría del “golpe” y borrar de la historia el fraude electoral que provocó la graves crisis política de 2019.