Segundo intento por liquidar la verdad del fraude electoral
El primero ocurrió en 2020 cuando un par de investigadores estadounidenses pubicó un artículo en el Washington Post y se atribuyó el estudio al Instituto de Tecnología de Massachusetts.
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El polémico informe del Grupo de Bioinformática, Sistemas Informáticos Inteligentes y Tecnología Educativa (BISITE), dirigido por el docente universitario español Juan Manuel Corchado, que desestima el fraude electoral en 2019, es el segundo intento de reescribir la historia nacional desde un país extranjero. La hermenéutica es similar y el objetivo político es el mismo: pretender borrar de la memoria colectiva cómo se alteró la decisión del “soberano” en los comicios del 20 de octubre de ese año.
El 2 de marzo del año pasado, el prestigioso periódico estadounidense Washington Post publicó un artículo titulado “Bolivia descartó sus elecciones de octubre como fraudulentas. Nuestra investigación no encontró ninguna razón para sospechar fraude”. El texto estaba firmado por los investigadores John Curiel y Jack Williams y en Bolivia se atribuyó el estudio al Massachusetts Institute of Technology (MIT), entidad a la que los autores estaban vinculados.
Los investigadores afirman en dicho artículo que las conclusiones del informe de la auditoría electoral realizada por un equipo de la Organización de Estados Americanos (OEA), entre octubre y noviembre de 2019, eran “profundamente defectuosas”. “Es muy probable que Morales haya ganado el margen de 10 puntos porcentuales requerido para ganar en la primera ronda de la elección el 20 de octubre de 2019”, sostuvieron Curiel y Williams. Sin embargo, días después la oficina de comunicación del MIT negó oficialmente que el estudio haya sido realizado por ese instituto académico.
“Tanto el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR), editor del estudio, como los propios investigadores han dicho que el análisis y la interpretación de los hallazgos en su informe expresan los puntos de vista únicos de los autores. Si bien (los autores) son investigadores del Laboratorio de Elecciones del MIT, el estudio no fue parte de su trabajo para nosotros, ya que nuestra investigación se centra únicamente en las elecciones estadounidenses”, dijo Claire DeSoi, representante del área de comunicación del MIT, a medios extranjeros.
Este martes se produjo el segundo intento de alterar la realidad boliviana, cuando el cuestionado fiscal general, Juan Lanchipa, dio a conocer el informe del Grupo de Bioinformática, Sistemas Informáticos Inteligentes y Tecnología Educativa (BISITE), una consultora privada cuyos principales protagonistas son Juan Manuel Corchado, docente de la Universidad de Salamanca, y dos estudiantes de la carrera de Informática. Como ocurrió el año pasado, se intentó que el informe sea atribuido a la prestigiosa entidad académica española.
Pasaron las horas y el panorama comenzó a despejarse y la nueva intentona va quedando al descubierto. Corchado no ejerce ningún cargo de responsabilidad en la Universidad de Salamanca que no emitió ningún informe oficial sobre las elecciones bolivianas de 2019. La consultora BISITE no tiene ninguna experiencia en auditorías de integridad electoral ni investigó lo hallado en la auditoría de la OEA en 2019 como la manipulación de actas, falsificación de firmas y suspensión temporal e intencionada del TREP.
Hasta el momento no se conoce la posición oficial de la Universidad de Salamanca sobre el estudio contratado a BISITE y dirigido por Corchado, pero no es difícil inferir que podría ser parecida a la que el MIT divulgó el año pasado, es decir que el análisis y la interpretación de los hallazgos en su informe expresan los puntos de vista únicamente de los autores.
Sin embargo, a diferencia del intento de 2020 que tuvo como protagonistas a investigadores y un periódico estadounidense, a partir del informe de la consutora española, el Fiscal General ha dispuesto el sobreseimiento de los acusados, aquellos que él mismo instruyó detener cuando el país se encontraba sin gobierno en 2019, y anunció el cierre del caso fraude electoral, seguro de que es la manera de reescribir la reciente historia del país.