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La reciente entrevista concedida por el ministro de economía Marcelo Montenegro a El Deber (10/08/2022) es un claro ejemplo de cómo los detalles (omitidos o tergiversados) pueden cambiar la interpretación de los hechos. Veamos pues a qué nos referimos.
Dice el ministro que la presión sobre las Reservas Internacionales es ahora mucho menor que en otras gestiones. Sin embargo, hasta agosto del presente año las Reservas Internacionales han caído “apenas” 11%. Un desempeño aceptable solamente si lo comparamos con la gestión del año 2016 cuando el señor Luis Arce era ministro de economía y las reservas llegaron a caer 22%. Comparativamente, en el gobierno de Añez con pandemia y encierros forzosos las reservas cayeron en 14%.
El detalle está en que la presión sobre las reservas ha disminuido a pesar de los errores del gobierno y gracias al decidido aporte del sector privado. De hecho, este aporte podría ser mucho mayor si no se tratase de ahogar a los agro-productores e industriales con regulaciones, extorsiones y toma de tierras. Solo como ejemplo, hasta junio del presente año (2022) la soya y sus derivados han contribuido con más de mil millones de dólares a la generación de divisas. Y aunque el ministro siga con la mentalidad extractiva refiriéndose al gas como la tabla de salvación, lo cierto es que los ingresos por las exportaciones de gas han caído a menos de la mitad (comparado con años recientes).
El ministro hace además una aclaración sobre las Reservas Internacionales: “no son un ahorro como dicen algunos analistas… Los analistas confunden con el ahorro de Bolivia”. Tiene razón el ministro; en efecto, las reservas internacionales no son un ahorro. El detalle está en que ha sido el mismo presidente Arce quien en más de una ocasión se ha referido a las Reservas Internacionales como ahorro. Supongo que nuevamente el ministro considera pertinente compararse con Arce, y demostrar que él no comete los mismos errores de su Jefe. Con ministros así no hace falta oposición.
En referencia a los bonos, hay que recordar que, en febrero del presente año, el gobierno ofertó bonos por un monto de 2.000 millones de dólares en mercados internacionales, pero solamente pudo colocar 850 millones. El ministro señala que el margen que tenían era de hasta 2.000 millones pero que no era obligatorio traerlo todo y que no les interesaba el precio que les querían fijar. Aquí el ministro se equivoca. El detalle que se le escapa es que eran los que tienen el dinero quienes no estaban interesados en adquirir los bonos; es más, el gobierno extendió por una semana la oferta de bonos esperando que aparezca algún comprador, lo cual parece una medida desesperada para alguien que “no está interesado”.
Un último detalle, los bonos fueron adquiridos por capitales nacionales (AFP y bancos) clara señal que todavía no hay confianza en la economía del país. No lo olvide señor ministro, los detalles y la verdad son importantes, tanto en los cuentos como en la realidad…
