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Por: Enrique Blasco Garma1
Primero los conocimientos. La moneda confiable cumple tres funciones básicas: medio facilitador de los intercambios voluntarios, unidad de medida y reserva de valor. La satisfacción de tales usos aprecia o deprecia la moneda. La ganancia del Estado es emitirla sin costo significativo atendiendo la demanda, en beneficio de la población. Los precios miden la cantidad de moneda requerida en cada transacción particular.
Cuando el emisor incrementa la cantidad de moneda por sobre la demanda, los oferentes de bienes necesitan mayor cantidad de pesos, para saldar sus operaciones. Los precios pactados contemplan conformidad de las partes. Los funcionarios argentinos debieran ser muy cuidadosos de sus poderes. El empobrecimiento del país confirma que no ha sido bien gobernado. El alza de precios delata el alza de la emisión monetaria, desorden y restricciones a la producción de bienes y servicios.El empobrecimiento del país confirma que no ha sido bien gobernado
Poniendo foco en contener los precios, los funcionarios ponen en riesgo el valor de la moneda para la población. Efectivamente, la devalúan al restar beneficios al uso del peso. La inflación que intentan combatir es en pesos, pérdida de valor de la moneda. Los mismos comerciantes mantendrían precios en dólares y monedas de países vecinos. La inflación mide la devaluación del peso decidida por los argentinos.
Resistir decisiones de la población no es propio de sociedades libres, democráticas ni contemplada por la Constitución. Una verdadera usurpación de poderes, libertades.
Comprobamos la inflación y controles de precios minan los servicios de la moneda. Así, argentinos mantienen USD 400.000 millones en activos externos, desplazando al peso como reserva de valor. Monto superior al PBI argentino. El peso está siendo sustituido como unidad de medida en activos, bienes y servicios.Comprobamos la inflación y controles de precios minan los servicios de la moneda. Así, argentinos mantienen 400.000 millones de dólares en activos externos (Reuters)
Este conflicto con el control de precios me recuerda la película “El puente sobre el Río Kwai” donde el oficial británico triunfa al imponer sus reglas al enemigo opresor japonés, en la Segunda Guerra Mundial, para después perder el foco e impedir la destrucción del puente. Controlar precios, decisiones, por la fuerza nunca puede ser objetivo de una sociedad que aspira a desarrollarse.
La humanidad avanza superando obstáculos, controles forzosos a las actividades deseadas satisfaciendo necesidades personales. Los descubrimientos, nuevas inteligencias, fueron gran impulsor de los ingresos. En las ciencias sociales y economía, David Hume, Adam Smith, Friedrich Hayek, y un conjunto de grandes pensadores asentaron la visión. Cada persona posee habilidades y deseos particulares y enfrenta situaciones disimiles. Quienes disponen de oficios específicos necesitan canastas de bienes singulares. En magnitudes e intensidades desiguales que ningún gobernante, funcionario, mente singular podría conocer.La humanidad avanza superando obstáculos, controles forzosos a las actividades deseadas satisfaciendo necesidades personales
Por eso, la expansión del comercio, ocupaciones e instituciones especializadas para zanjar faltantes y sobrantes individuales de habilidades es el entendimiento que coordina las actividades y determina los ingresos. Entendimiento entorpecido por gobernantes, grupos poderosos, ideologías contrarias, imponiendo trabas forzadas. El conflicto eterno entre poderes y libertades.
Si bien las habilidades productivas varían continuamente, Suiza es el país de mayores ingresos por habitante. Reconociendo las tecnologías están al alcance de todos, encontramos los países menos prósperos enfrentan obstáculos no consensuados. La incidencia de las trabas forzosas en cada país comprime sus logros. Esto es, el PBI de cada país debiera ser el de Suiza menos los Obstáculos Redundantes 0R propios del país.
El PBI argentino sería el de Suiza si no enfrentara OR en su interior. PBI argentino = PBI Suiza – OR de Argentina.https://flo.uri.sh/visualisation/7541466/embed?auto=1A Flourish chart
Las normas, determinaciones, alteraciones, forzadas de derechos contraen los ingresos conjuntos. Nuestros lectores saben, toda redistribución forzada de derechos resta bastante más de lo que beneficia. En particular, las modificaciones regulatorias hacen que los costos sean inciertos, enturbiando las decisiones individuales. Todos los funcionarios debieran instruirse: cada novedad normativa altera costos multitudinarios. No existe certeza, decisiones firmes, donde varían las condiciones impuestas, OR.
Suiza, la nación con mayores ingresos, no sufriría OR. El Reino Unido impone OR superiores al total de ingresos conseguidos. Argentina está empobrecida, agobiada por Obstáculos Redundantes casi 10 veces superiores a los ingresos efectivamente obtenidos, obra de funcionarios y políticos.La Argentina está empobrecida, agobiada por Obstáculos Redundantes casi 10 veces superiores a los ingresos efectivamente obtenidos, obra de funcionarios y políticos
Varios especialistas sostienen que las brechas de ingresos nacionales corresponden a diferencias de capitalización. En verdad, corresponden a diferencias en la eficiencia de las actividades e instituciones en satisfacer necesidades individuales, incluyendo atractivos a negocios, inversiones. Las reglas desiguales, inestables, ocasionan ingresos desiguales.
Tan grandes las distorsiones que no se puede afirmar cuál sería el “tipo de cambio de equilibrio” o precio de largo plazo de un bien determinado. Removiendo las normas redundantes, el precio del dólar sería bastante inferior al actual, los salarios, patrimonios, ganancias empresarias mucho más elevados.
Tan agobiantes los controles indeseados, normas forzadas, resistidas, que argentinos con oficios demandados emigran.
1Consejero Académico en Libertad y Progreso
*Este artículo fue publicado originalmente en libertadyprogeso.org el 18 de octubre de 2021.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo