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Definitivamente, una de las excelentes iniciativas con las que se cierra esta gestión, constituye la campaña turística “SUCRE, MI LOCURA” organizada por el Gobierno Municipal de Sucre, Gobernación de Chuquisaca y Federación de Empresarios Privados. No se trata solamente de aprovechar nuestro enorme patrimonio y cultura que a mi juicio debiéramos explotarlas mucho más, sin tener que depender eternamente de recursos naturales no renovables, sino del buen ejemplo que acarrea combinar esas sinergias entre lo público y privado, que como el sentido común y la experiencia nos muestran globalmente más allá de toda duda razonable, son las fuerzas que generan riqueza, empleos y movimiento económico, superando las taras de aquellos estatistas que sólo producen miseria (Cuba, Venezuela y otros exitosos desastres…).
“Una locura que precede todos nuestros sentidos”, reza el lema que sale en la muy interesante página web oficial, además de las restantes redes sociales muy bien logradas y, resume acertadamente el sentimiento de quienes amamos nuestra Sucre y Chuquisaca: l@s loc@s no sufrimos nuestra locura sino la disfrutamos cotidianamente y, debemos también aprovecharla como emblema.
Se ha dado el primer raquetazo del partido –ace maldito diría yo, con mis amores raquetboleros- pero todas esas plausibles sinergias a las que debe sumarse la población toda, requieren lograr cambiar radicalmente ese chip que caracteriza a gran parte de los bolivianos que suelen confiar la generación de riqueza al estado mediante la explotación de nuestros recursos naturales que están en camino de agotarse (gas, por ejemplo) omitiendo, tal vez porque una suerte de acostumbramiento en nuestra bella ciudad en nuestro caso, esa enorme riqueza cultural, patrimonial, culinaria y otras, que debemos no sólo contemplarla sino usarla para generar riqueza: empleos, fundamentalmente. Ello requiere cambiar ese chip, aprender (taxistas, vendedores, policías, etc) que la cultura de atención en servicios de la ciudad debe construirse en función a lograr que la visita de nuestros huéspedes sea inolvidable, recomendable a terceros y hasta repetible. No es un favor que nos hacen, es un servicio que les prestamos y debe ser el mejor posible, todos obtendremos beneficios directos e indirectos.
Todo ello enfrenta actualmente una pata coja: nuestro deficiente servicio aéreo. Por un lado, las frecuencias disponibles de y hacia Sucre, son escasas y especialmente incómodas, cuando se trata de frecuencias directas a una de las principales vías de ingreso de turistas (la sede), aunque las otras –Santa Cruz- y en alguna medida Cochabamba, están algo mejor. Hay que abrir los cielos sucrenses a la libre competencia y no privilegiar lo estatal. Una de las taras de los centralistas que no logran ver más allá de sus narices, es pensar sólo en el odioso eje central del país, creando ciudadanos de 1a y los otritos que debemos atenernos o depender de ellos. Pretextos abundan, pero sólo revelan la mediocridad de quienes las defienden y la ingenua contemplación de nosotros, los perjudicados.
Por otro lado está nuestro aeropuerto “internacional” (entre comillas) de Alcantarí. Llamado a reemplazar –por fin- nuestro antiguo aeropuerto apodado “Solar” de Lajastambo pues sólo operaba cuando hacia solcito ¿Estamos cerca de volver a lo mismo o peor? Puesto que el actual, tampoco puede operar regularmente cuando llueve y especialmente hay niebla. El famoso ILS ampliamente publicitado por la administración del impresentable trucho que lo adquirió no funciona, unos dicen que falta nueva calibración, otros que se volvió a dañar por los rayos y otros que los rusos que nos vendieron nos sacaron el dedo del medio, pues oficialmente AASANA o lo que ahora se llame, bien gracias, ejecutando la masacre blanca de sus empleados y nada más. No cumple su elemental obligación, peor el Ministerio del que depende.
Incluso hay quienes sostienen que en realidad, nuevamente el emplazamiento de la pista no ha obedecido a cuestiones técnicas sino a intereses económicos de quienes influyeron: ¿Quiénes son los “nuevos dueños” de los terrenos contiguos? Amanecerá y lo sabremos, pero es altamente evidente que mientras la ciudad no solucione sostenidamente ese gran problema de la operatividad regular de su principal vía de ingreso –la preferida por los turistas, por su seguridad, comodidad y rapidez- el plausible plan SUCRE MI LOCURA podría quedar muy afectado. Las plausibles sinergias deben orientarse también a solucionar urgentemente ese gran déficit para lograr la sostenibilidad del plan y especialmente, sus resultados esperados. “Lo importante no es lo que nos hace el destino, sino lo que nosotros hacemos de él.” Florence NIGHTINGALE.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo