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Mirada Sur LXXXVIII: Sismo en Brasil, Petro con Maduro, sangre, balas y dinero

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  1. Lula Presidente de un país convulso

Y un día, volvió. Con este comienzo casi de canción del género melódico internacional, arrancamos la cobertura de las elecciones de Brasil. A esta altura no queda nadie sin saber que Lula Da Silva logró vencer en las elecciones del pasado domingo a Jair Bolsonaro, y que después de un periplo que incluyó primero gobernar dos períodos con máxima popularidad, luego una crisis económica y política que se saldó con el “impeachment” de su protegida Dilma Rousseff, y un escándalo de corrupción que le costó muchos meses de cárcel, el líder del PT vuelve a dirigir al mayor país del continente.

De todas formas, las cosas no fueron como él hubiera planeado, o como anticipaban las principales encuestas y medios del país. La victoria de Lula se dio por el margen más estrecho de la historia de las elecciones de ese país, lo cual dejó a un sector enorme de esa sociedad enojado y saliendo a las calles a protestar y bloquear calles. Algo que el propio Jair Bolsonaro alentó con su reticencia a reconocer la derrota, aunque tres días después salió a los medios a pedir a sus seguidores que no interrumpieran la circulación. Pero la elección muestra a un país partido en dos, con enormes desafíos políticos y sociales, y con un presidente como Lula que a los 77 años, y tras varios problemas serios de salud, tendrá la tarea titánica de gobernar con un parlamento hostil y medio país en contra.

La voz local. Para entender mejor el contexto de estas elecciones, consultamos a Magno Karl, del centro de estudios Livres, sobre la situación actual de Brasil.

– ¿Cómo cambian estos resultados el panorama político en Brasil?

– Es probable que el tercer mandato de Lula encuentre una oposición sin precedentes en la sociedad civil, incluso si logra organizar una buena coalición de gobierno en el Congreso. Muchos votantes eligieron a Lula por sus promesas de paz en la sociedad: devolver la normalidad después de la extrema polarización de los años de Bolsonaro. Sin embargo, es mucho más probable que Lula traiga la paz a la política, haciendo tratos con el Congreso, los gobernadores y los líderes extranjeros, que con la sociedad, que está fuertemente influenciada por las redes sociales, donde los partidarios de Bolsonaro son muy activos. No le resultará fácil a Lula cumplir todas sus promesas con los limitados recursos del gobierno. Si Bolsonaro es capaz de liderar un grupo de oposición, y particularmente si su grupo elige a un buen número de alcaldes en las elecciones locales de 2024, podría volver al juego y convertirse en un probable candidato a la presidencia en 2026.

– ¿Qué tipo de gobierno podemos esperar de Lula?

– Lula es mejor político que Bolsonaro. Así que incluso sus palabras y medidas más duras vendrán con una cara sonriente y menos oposición de los medios y analistas. El nuevo presidente aún no ha anunciado nada sustancial (sin ministerios, sin nombramientos para cargos gubernamentales de alto nivel, sin planes económicos), pero ha estado prometiendo paz, hablando de terminar con las divisiones y restablecer relaciones con líderes extranjeros. Lula es un verdadero camaleón político: podría liderar cualquier tipo de gobierno y no sería demasiado extraño. Es un político de tendencia izquierdista y líder de una coalición de tendencia izquierdista, por lo que deberíamos esperar un gobierno de tendencia izquierdista. Sin embargo, todo dependerá de quién estará al frente de estas áreas y hasta el momento Lula ha dado muy pocas pistas sobre su futura administración.

2. Impacto regional de viraje en Brasil 

El resultado de las elecciones en Brasil, tal como lo venimos anticipando desde hace semanas, tendrá un fuerte impacto en toda América Latina. Al menos por tres motivos. Primero, porque Brasil es el país más grande y la economía más fuerte del continente. Segundo, porque vivimos desde hace ya algunos años un proceso de viraje a la izquierda en la política regional, y el regreso al poder de alguien como Lula, que siempre fue faro y apoyo de partidos y liderazgos de ese tenor, promete potenciar el proceso. Por último, pero tal vez todavía más importante, porque Brasil en general, pero en particular instituciones con un peso propio específico como la cancillería (Itamaraty), sostienen una mirada expansionista histórica, casi imperial, que los hace sentir con derecho a intervenir en la política interna de sus vecinos sin mayores sentimientos de culpa.

Para entender cuál puede ser el impacto del regreso de Lula al gobierno de Brasil fuimos a consultar a nuestros analistas “de cabecera”. Y empezamos, naturalmente, con el director del centro de Atlas para América Latina, Roberto Salinas, que nos decía lo siguiente: “Sería un error caer en el simplismo de que estamos ante una “marea roja” o criterios como izquierda o derecha, que son calificaciones semánticas que no se adaptan al momento histórico actual. No nos llevan a ningún lado, no nos dicen mucho.

En Brasil, como antes en Colombia, se enfrentaron dos extremos que no ofrecían gran alternativa. Bolsonaro con ese estilo casi trumpista, anti liberal, si bien con una veta muy interesante en la parte económica, liderada por Paulo Guedes. Pero su forma y su fondo, no era una alternativa liberal responsable. En el caso de Lula, se presentó en un formato bastante más carnívoro que vegetariano, como diría Alvaro Vargas Llosa. Anticipar el impacto en la región es muy difícil, pero confirma una tendencia sobre los tres factores que definen el acceso al poder según Moisés Naim: el dominio de la postverdad, el populismo, y la polarización. Yo veo que el impacto regional va a ser el de un mayor enfrentamiento, con muy poco margen de maniobra en lo económico, como se está viendo en Chile, en Colombia. Va a ser más difícil remontar en la región este populismo ´iliberal´. Los amantes de la libertad vamos a tener que trabajar muchísimo en la forma de comunicar nuestras ideas para no caer en la trampoa de la polarización”.

Voces expertas. Para no quedarnos con una voz, trasladamos la pregunta a otros dos referentes regionales, como Axel Kaiser y Antonella Marty. Axel, con su habitual contundencia dialéctica, nos decía que “Es una muy mala noticia para América Latina porque reafirma que la alternativa de extrema izquierda sigue tan vigente como en las peores épocas de la región. Como consecuencia se debe concluir que pasarán muchas décadas para que veamos niveles sostenibles de progreso”. Por su parte, Antonella apuntó a la responsabilidad de los liderazgos populistas “de derecha”, que están teniendo auge en Europa y en América Latina, que según ella terminan generando las condiciones para el regreso al poder de los opuestos de “izquierda” a quien dicen combatir”. Para Antonella se trata de “un regreso del socialismo del siglo XXI, pero sin la caja económica que en su momento tenían Hugo Chávez y Fidel Castro en los inicios del Foro de San Pablo, y que tuvo resultados tan desastrosos para todos los latinoamericanos”.

Un último comentario, esta vez por cuenta de los autores de este newsletter, es la percepción de que muchos analistas enfocan la mirada de lo que ocurre en Brasil a través del filtro de sus propias políticas locales, ya sea comparando con el caso de Trump, o de López Obrador, al lado de los cuales Lula parecería ser un estadista dialogante. Los antecedentes recuerdan a un político que cuando lideró Brasil, se alió y dio sustento a los sectores más radicales de la izquierda regional, a la vez que desarrolló un esquema de corrupción de carácter industrial, que no fue invento de ningún juez o político, y cuyas consecuencias todavía se sienten en varios países de la región.

3. Estallido de violencia en Ecuador 

El narco siembra el terror en Ecuador. Atentados coordinados, tiroteos, asesinatos y toma de rehenes coparon las noticias esta semana. Al menos 13 atentados con coches bomba y artefactos explosivos en los alrededores de gasolineras, terminales de autobuses y comisarías, dejaron un saldo de 5 policías muertos y dos más heridos de gravedad. 9 de los ataques a la ciudadanía ocurrieron en apenas unas pocas horas de la madrugada del martes, lo que llevó al presidente Guillermo Lasso a decretar estado de excepción en las provincias de Guayas y Esmeraldas, así como el toque de queda entre las 9 de la noche y las 5 de la madrugada. La medida, que durará en principio 45 días, habilita al mandatario a emplear las Fuerzas Armadas para buscar restablecer el orden y garantizarle seguridad a la población.

La guerra entre el gobierno y las bandas de narcotraficantes está declarada. “Si quieren guerra, guerra van a tener”, aseguró Lasso.

Trasfondo. La violencia en Ecuador alcanzó este año índices históricos. Hasta el mes de agosto fueron 145 los atentados con bombas, 72 de ellos en la ciudad de Guayaquil. Además, la tasa de muertes violentas creció de 13,89 en 2021 a 15,48 por cada 100.000 habitantes en lo que va de 2022. 
Ecuador es el tercer país donde se incauta más droga en todo el mundo, apenas atrás de Colombia y Estados Unidos. Más de veinte bandas criminales, compuestas por decenas de miles de integrantes, controlan el narcotráfico en el país. Las más pesadas son Los Tiguerones , los Choneros y Los Lobos y están aliadas al cartel mexicano Jalisco Nueva Generación. Los deliencuentes locales reciben la cocaína que llega de la vecina Colombia, la almacenan y la despachan a través de aviones y barcos hacia Centroamérica y los Estados Unidos. Guayaquil, por tener el mayor puerto del país con acceso al Pacífico resulta ideal para estos fines.

La voz local. Para saber cómo se viven estos tiempos violentos en Ecuador, contactamos a Gabriela Calderón, Investigadora de Cato Institute y columnista del diario El Universo. Gabriela nos dijo que, al miedo que siente la población se suma el perjuicio económico. “Está complicado. Estamos casi en lockdown. Esto perjudica a restoranes, bares, discotecas, obligados a cerrar a las 9 de la noche. Y en lo que llaman el Gran Guayaquil, han suspendido las clases presenciales. Nadie quiere salir de sus casas por los tiroteos y las explosiones que están ocurriendo desde el 31. También hubo saqueos en la 9 de Octubre y el Malecón, en el centro de la ciudad. En las zonas donde hay seguridad privada, todo se ve normal. Los problemas se ven por las noticias nomás, pero la gente que trabaja allí tiene  que venir de zonas que están muy complicadas. Zonas que están cerca de la Peni, por ejemplo, como le llaman a la Penitenciaría aquí”.

¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿A qué responde esta ola de violencia?

“El relajo comienza porque el gobierno decide hacer una transferencia importante, de muchos presos, a la cárcel Latacunga. Lo que sucede aquí es que supuestamente la Peni está controlada por las bandas, no por el gobierno. Al parecer, les molestó el traslado a una cárcel como Latacunga, que sí la controla el gobierno. A principios de octubre Latacunga fue el escenario de un motín en el que murieron 16 personas, entre ellas el capo narco Leandro Norero, conocido como ´El Patrón´”

4. Petro y Maduro sellan alianza 

Gustavo Petro se reunió este martes en el Palacio de Miraflores con su par  venezolano, Nicolás Maduro, luego de casi 4 años de vínculos rotos entre Caracas y Bogotá. La ruptura de las relaciones, se dio cuando en febrero de 2019, el ex presidente, Iván Duque, desconoció a Nicolás Maduro como Presidente y éste tomó la decisión de cortar los lazos, primero diplomáticos, luego comerciales. En aquella instancia, Duque sostuvo que la reelección de Maduro había sido fraudulenta y reconoció a su opositor, Juan  Guaidó, como el genuino mandatario. Por su parte, Petro contradijo a su predecesor y reconoció a Maduro como presidente legítimo de Venezuela.

El arribo del colombiano a Caracas se produjo en un vuelo de la Fuerza Aérea de su país y fue recibido con honores en el palacio presidencial por el propio Maduro. El encuentro marca el inicio de una nueva era en la tumultuosa relación bilateral que las dos naciones han mantenido a lo largo de casi 200 años, durante los cuales las disputas por la soberanía de sus territorios han sido frecuentes y en algunos casos, ásperas.

Qué pasó en la reunión. Los temas que se abordaron en el encuentro incluyeron el regreso de Venezuela al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, el cual abandonó en 2013 por decisión del entonces mandatario Hugo Chávez. También se trató la protección de la selva amazónica, el cambio climático y el compromiso de recuperar las relaciones bilaterales entre ambos países. El sensible problema de la migración fue otro de los temas sobre la mesa. Con 2,5 millones de venezolanos radicados en su territorio, Colombia es el principal país a donde recalaron los venezolanos que dejaron su tierra en busca de una vida mejor, ante la destrucción de la economía a manos de el chavismo.

Por qué importa. Desde que asumió el poder, Gustavo Petro está confirmando el viraje a la izquierda radical que muchos temían impusiera en la política colombiana. A través de comentarios en redes sociales, ha opinado e intervenido en política interna de países ajenos como Chile o Brasil, pero además está impulsando una reforma tributaria y medidas comerciales de corte proteccionista, y discursos contradictorios en materia de política petrolera, que están haciendo convulsionar a la economía de su país. El peso colombiano lleva semanas de derrumbe en su cotización, y el ministro de Economía José Antonio Ocampo, a quien se considera el ancla “racional” del gobierno, ha tenido que salir públicamente a negar que piense renunciar a corto plazo. En ese contexto, la cercanía de Petro con Maduro no parece que sea una señal que lleve calma a los mercados.

5. Récord de homicidios en México 

La violencia criminal también está haciendo estragos en México. Octubre cerró como el mes más violento del año en ese país, al acumular un total de 2.481 víctimas de homicidio doloso en el país, superando a mayo que estaba en primer lugar.  En promedio, 80 asesinatos se registraron diariamente en octubre, según el reporte preliminar. Comparado con septiembre, el mes pasado se incrementaron en 6.5% las víctimas de homicidio doloso. Guanajuato encabezó la lista con más muertes intencionales en números absolutos, con 302; un promedio de 10 al día. Una encuesta difundida esta semana mostró que el 64.4% de la población mayor de 18 años consideró inseguro vivir en su ciudad. Las mujeres representan el grupo que más inseguro se siente, un 70.5 %, frente a un 57.2 % de los hombres.

Un detalle interesante es que un 80.1 % de las mujeres manifestó sentir inseguridad en los cajeros automáticos localizados en la vía pública y 73.1 %, en el transporte público. En los hombres, si bien el porcentaje es menor, estos dos lugares son también donde se sienten más inseguros.

Esta semana, el presidente López Obrador fue cuestionado sobre su estrategia de seguridad, a lo que respondió: “Tenemos que seguir con lo mismo porque da resultados. Claro que yo quisiera que no pasaran hechos tan lamentables, pero es fruto podrido de lo que sembraron por muchos años, complicidades, componendas, acuérdense cómo se vinculaba autoridad con delincuencia”. “Hay una descomposición, siempre lo he sostenido, que vino de la mano de la política neoliberal, eso no se debe de hacer a un lado, ¿cómo fue que llegamos a esto? Son organizaciones de tiempo atrás, no surgieron en este Gobierno y estamos buscando atender las causas y constantemente mandando mensajes”.

No sabemos qué piensa el amable lector de Mirada Sur, pero aquí, cuando un político justifica cosas culpando al “neoliberalismo”, el detector de humo se nos enciende a todo vapor. Entonces fuimos a consultar al amigo José Torra, del centro de estudios Camino de Libertad, para ver qué opinaba de esta situación. “Es una noticia muy preocupante, pero la respuesta no ha cambiado de parte del gobierno. La estrategia de seguridad sigue siendo “abrazos, no balazos” y el alza de la violencia no ha sido enfrentada en los hechos”.

“Mucho se habla de la militarización del país como estrategia de seguridad, pero más que una estrategia de seguridad es una estrategia de control, no hacia el crimen organizado, sino hacia el país en general. No hay un esfuerzo de pacificación, el presidente no reconoce siquiera que exista un problema. Y mientras tanto visita cada vez que puede la cuidad de Badiraguato, Sinaloa, hogar del cartel de Sinaloa, para reunirse con ´gente trabajadora que no debería estigmatizarse´”.

6. Los 5 gráficos destacados de la semana en América Latina

Nota publicada originalmente en Mirada Sur

Martín Aguirre, Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero, editor

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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