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Mirada Sur XLIX: Costa Rica vota, FMI, China, expulsión y… ¿Brasil definido?

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Costa Rica vota presidente

Costa Rica suele tener un sistema político tan estable, con tan poco “ruido”, que aparece muy poco en las noticias regionales. Pero este domingo allí se celebran unas elecciones muy particulares, ya que se presentan nada menos que 25 candidatos a Presidente, un récord en la historia del país centroamericano.

Los principales ejes de discusión en esta campaña han sido un poco los mismos que en el resto de la región: el déficit fiscal, el desempleo, la gestión de la pandemia, la educación, y una reforma que permita modernizar el sector eléctrico y de transporte. A esto hay que sumar que el estallido de varios escándalos de corrupción, como el caso llamado Cochinilla que involucró a empresas de construcción e instituciones de Gobierno, ha hecho que se posicione en la agenda la lucha contra la corrupción.

Candidatos. José María Figueres, expresidente de la República y candidato del partido Liberación Nacional, y Lineth Saborío, ex vicepresidenta y candidata del Partido Unidad Social Cristiana, encabezan las encuestas, aunque parece poco probable que ninguno gane en primera vuelta. Un detalle llamativo es la cantidad de indecisos que todavía muestran las encuestas a pocos días de la elección.

Pero, como acostumbramos hacer en Mirada Sur, para no quedarnos con los titulares o la información de las agencias, fuimos a buscar la voz de un analista local. Y para eso contactamos a Walter R. Kissling, experto en inversiones y alguien con una mirada amplia y liberal de lo que sucede en su país. Walter, que también escribe una interesante newsletter sobre temas financieros, nos comentaba lo siguiente:

“Estas elecciones son un caso de estudio sobre qué puede pasar en un sistema con tantos candidatos. Estamos a 4 días de las elecciones y hay 5 o 6 candidatos que tienen posibilidad de quedar de presidente. Esto es costoso para el país porque financia a las campañas y porque seguramente vamos a una segunda ronda dado que hay mucha incertidumbre y dudo que cualquiera llegue al mínimo requerido para ser presidente. Pero no creo que sigamos el mismo camino que muchos otros países de Latinoamérica hacia un gobierno más autoritario o más de izquierda. Más bien creo que nos vamos a ir moviendo hacia un gobierno más de derecha”.

Le consultamos a Walter cuales son los principales desafíos de Costa Rica de cara a estas elecciones, y él nos decía que: “las finanzas públicas, el desempleo y la reactivación económica post pandemia son los grandes temas de hoy. Costa Rica tiene cargas impositivas y precios de electricidad bastante altos (y que subieron como un 20% hace poco) comparados con otros países de la región. El tema de sanar las finanzas públicas es un tema complejo que va a significar reformas estructurales en varios aspectos del estado (lo cual tiene mucha oposición de muchos actores del estado). Si logran reactivar la economía haciendo el país más competitivo y más dinámico se podrían atacar estos desafíos pero esto dependerá mucho de quien quede presidente y su filosofía de como atacar estos problemas (por ejemplo subir impuestos vs. bajar gastos)”.

Argentina crisis por acuerdo con FMI

Así como nos cuestionábamos la escasa presencia de Costa Rica en estos resúmenes, no podemos dejar de percibir la frecuencia con que aparece Argentina. Es que la política del país austral es un permanente carrusel, de subidas y bajadas vertiginosas. Esta semana pareció que el mundo volvía a estallar para los argentinos, luego de que un sufrido y muy dilatado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (¿hay otro país en el mundo que haya tenido tantos acuerdos con el FMI?), desató un crisis política que dejó al gobierno dividido y en la cuerda floja. Pero empecemos por el principio.

Angustias. La situación económica de Argentina es angustiante. Inflación galopante, déficit fiscal incontrolable y la economía “real” que, tras la recuperación del año pasado, vuelve a dar signos claros de estancamiento. Bastante lejos del panorama “milagroso” descripto recientemente por el premio Nobel Joseph Stiglitz. Ante ese panorama, Argentina necesitaba desesperadamente un acuerdo para renegociar sus pagos al Fondo Monetario, o entraría en “default”. Luego de meses de mostrarse duro e implacable, el presidente Alberto Fernández terminó firmando un acuerdo que le da un respiro a su país. Pero mientras se encontraba a mitad de una campaña de “promoción” del acuerdo a su electorado, el diputado más influyente de su partido, Máximo Kirchner, renunció a su puesto de líder de bancada, lanzando duras críticas públicas al Presidente, a quien acusaba de no haber sido suficientemente duro en la negociación.

Máximo Kirchner, por si hace falta aclararlo, es hijo del ex presidente Néstor Kirchner. Pero, sobre todo, también de la actual vicepresidenta Cristina Fernández, a quien muchos ven como el verdadero poder en Argentina. ¿Sería esto el inicio de una seria crisis de gobernabilidad en el país? ¿Puede gobernar Alberto Fernández sin el apoyo de su vice y mentora? Se lo fuimos a preguntar a un analista local, Garret Edwards, director de la Fundación Libertad.

– Esta renuncia no significa un quiebre real en el gobierno. En absoluto. Más bien que parece un posicionamiento para mantener a los votantes del oficialismo contentos, y con un mensaje en contra del acuerdo con el FMI. Eso porque históricamente el kirchnerismo siempre ha tenido posturas contrarias a cualquier vínculo con el Fondo. Esto parece ser más un mensaje para los seguidores más extremos del oficialismo, que una pelea genuina.

– Es difícil evaluar cómo queda parado el presidente Fernández para el resto de su período. Ayer tenía pactada una entrevista con un medio muy cercano al oficialismo, y allí dijo que había hablado mucho con Máximo Kirchner, y que incluso su madre no estaría de acuerdo con esa renuncia. Ahora toda esta crisis dificulta prever si el Presidente podrá aprobar en el Congreso el paquete de medidas que incluye el acuerdo con el FMI, pero no es más que otra muestra de una relación muy cortante, compleja y complicada, entre el mandatario y su vice. Esto es un día a día, o un paso a paso.

Lasso busca acuerdo con China

El presidente de Ecuador Guillermo Lasso viajó ayer a China tras ser invitado por el líder del gigante asiático, Xi Jinping, a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekin 2022. En el marco de la invitación, los mandatarios se reunirán el sábado 5 de febrero en el Palacio del Pueblo. Allí Lasso buscará sentar las bases para un TLC entre ambos países que consolide los mercados para el camarón, el banano y la pitahaya ecuatoriana. Además planteará renegociar la deuda que tiene con China, de la cual el 42% vencerá dentro de su período de gobierno. Otro de los objetivos de la visita es acaparar inversiones en el entorno de los 30.000 millones de dólares antes de 2025, abarcando 50 proyectos público-privados de diversos sectores como minería, hidrocarburos, telecomunicaciones, energía e infraestructura.

La voz local. Para entender el contexto y qué hay detrás de este viaje del presidente Lasso, consultamos a la analista local Gabriela Calderon.

– ¿Qué implica para el Presidente Guillermo Lasso un posible TLC con China?

– Políticamente implica cargarse intereses creados en sectores agrícolas e industriales aunque ahora hay mucha menos resistencia y organización en contra de esto que hace 15 o 20 años atrás. Por otro lado hay sectores exportadores a los que les importa mucho que ese acuerdo sea una realidad y que son importantes, como el sector camaronero, la principal exportación del país y China siendo el principal destino de este producto.

– ¿Qué tan fuerte es la presencia/inversión China en Ecuador?

– China llegó a tener una presencia muy importante durante la época de Correa, donde se firmaron múltiples acuerdos de preventa de petróleo y otros acuerdos de préstamos, con condiciones de contratar a empresas estatales chinas para la realización de obras de infraestructura en Ecuador. Producto de esto, China es hoy el acreedor bilateral más importante.

Apertura. Según nos dijo Gabriela: “Ecuador está apostando por una nueva política exterior pragmática, negociando acuerdos comerciales tanto con China como con Taiwán. También se está negociando un acuerdo con México y se espera iniciar el proceso hacia un TLC con Estados Unidos. La meta del gobierno es lograr al menos 10 acuerdos comerciales. Las condiciones externas favorecen esta política: Ecuador viene a ser hoy en día un aliado cada vez más valioso para Estados Unidos en el hemisferio sur y estando China con problemas en casa, ha suspendido prestamos en la región, podría adoptar la apertura comercial como nueva estrategia de influencia en la región. Ya tiene TLCs con Costa Rica, Perú, Chile. No veo por qué sería difícil que Ecuador logre uno”.

Perú y Pedro Castillo

El gobierno peruano de Pedro Castillo no logra estabilizarse y esta semana vivió una nueva crisis que lo hace tambalear. Con más de un 50% de desaprobación en todas las regiones del país y muy criticado por el manejo que viene realizando en temas clave como la corrupción así como por el desastre ecológico causado por un derrame de crudo en las costas del Pacífico, el presidente modificó su gabinete por tercera vez desde que asumió el poder, en julio de 2021, mostrando los enormes problemas que tiene para encontrar apoyos. Diez son las carteras que cambian de conductor, entre ellas las de mayor peso como Economía y Finanzas, Relaciones Exteriores, Defensa e Interior.

Corrupción. El primer gran cambio lo definió la salida de Mirtha Vázquez Chuculín, Presidenta del Consejo de Ministros desde el pasado 6 de octubre del 2021, cuando sustituyó a Guido Bellido, controversial personaje del ala más extrema del partido Perú Libre e investigado por la Justicia por apología del terrorismo. Vázquez envió una carta a Castillo a través de la cual comunica su renuncia indeclinable al cargo y donde sostiene que varios de los momentos de crisis que ha vivido el país, fueron provocados por “posibles actos de corrupción o irregularidades cometidas por funcionarios de alto nivel de esta administración”. Vázquez aseguró que “estamos realmente penetrados por la corrupción y es necesario tomar una decisión drástica para reparar esta situación”.

Avelino Guillén, ministro del Interior y una de las caras con mejor reputación dentro del gabinete, célebre por ser el fiscal que logró la condena contra el expresidente Alberto Fujimori en 2009 por delitos de lesa humanidad, también presentó su renuncia y también criticó la corrupción que campea en las fuerzas policiales. Guillén sostuvo que Castillo no lo respaldó ante su pedido de realizar los cambios de autoridades que creía necesarios para combatir el crimen organizado de manera más eficiente”.

Sucesor. En el lugar de Vázquez, Castillo designó a Héctor Valer, un congresista que alcanzó su posición con votos del partido derechista Renovación Popular. Sin embargo, al poco tiempo, Valer renunció a dicho grupo político y se sumó a Somos Perú. Poco más tarde se alejó de ese colectivo para unirse a Perú Democrático, de carácter moderado. Valer es el tercer nombre que ocupa este cargo en los últimos seis meses. En las últimas horas, ha estado en el centro del escándalo por sus antecedente personales (duras denuncias en su contra de familiares cercanos), algunas publicaciones en redes sociales de tono muy conservador y hasta agraviante con las mujeres, y también por una investigación por colusión que podría implicar una imputación a corto plazo.

Pero además, varios sectores que apoyaron la llegada de Castillo al poder, han manifestado su enojo, ya que consideran que este nuevo gabinete es un rompimiento explícito con la plataforma política que permitió su llegada al gobierno.

¿Campaña definida en Brasil?

Si usted se guía por la información de agencias de noticias y comentarios en medios regionales, parecería un hecho que Lula da Silva será el próximo Presidente de Brasil. Pero también sabemos que estas miradas suelen estar mediadas por las lecturas bastante parciales, cuando no paternalistas , de los observadores europeos y estadounidenses. Entonces, para tener una visión más completa del asunto, y de lo que tal vez sea el proceso electoral más trascendente para la región este año, fuimos a consultar a Magno Karl, director del instituto “Livres” de San Pablo. Magno se tomó unos minutos en medio de las obras en las nuevas oficinas del centro de estudios, para comentarnos lo siguiente:

“Los brasileños tienden a elegir sus votos tarde”, nos explica Magno desde un comienzo. Y en estas elecciones no solo se elige Presidente, sino también “nuevos representantes en el Parlamento Federal y en las Asambleas de los Estados, además de renovar un tercio del Senado”. O sea que son elecciones que definen mucho más que un simple mandatario. “Las encuestas muestran que Lula lidera con un margen considerable sobre Bolsonaro, lo que muestra dos cosas: el fiasco de la actual administración y que la corrupción no es un factor de decisión principal cuando los brasileños toman sus decisiones electorales”.

Dificultades. “Desde que se abrió la posibilidad de reelección de los actuales presidentes en 1997, Brasil nunca vio a un presidente con tantas dificultades en las urnas. Hay muchas explicaciones para eso, pero mencionaría la gran crisis económica que ha afectado a Brasil desde antes de que el Covid-19 golpeara al país, el comportamiento atroz del presidente durante la pandemia y la división de su grupo de apoyo, como resultado de su falta de compromiso con la lucha contra la corrupción”.

¿Tercera vía? Desde hace tiempo, los analistas políticos de Brasil hablan de una “tercera vía”, o sea que ante el muy fuerte rechazo que sienten los brasileños tanto por Lula como por Bolsonaro, pudiera aparecer un tercer candidato que capitalizara ese sentimiento. El único que hoy se muestra en ese camino es Sergio Moro, el ex juez que llevó a Lula a la cárcel, pero que luego tuvo un papel polémico como ministro de Bolsonaro. Según Magno, “Moro todavía atrae votos de derecha por su historial de “lucha contra la corrupción”. Sin embargo, sus posibilidades electorales siguen sin estar claras. Nunca se ha postulado para un cargo, su desempeño en discursos y entrevistas, hasta el momento, es muy pobre, y sus posibilidades dependerían del colapso de las intenciones de voto de Bolsonaro”. Como conclusión, Magno no se muestra muy optimista:

“En este momento, las encuestas muestran un camino muy claro hacia una segunda vuelta entre Lula y Bolsonaro. Pero esta es una imagen de enero de un juego que solo se jugará realmente en los próximos meses. Desde ahora hasta octubre, las cosas podrían cambiar, pero es poco probable que veamos algo más que una batalla entre populistas de derecha y populistas de izquierda”.
Así cerramos otra edición de Mirada Sur. Esperamos que le haya sido útil. Esta newsletter es parte del nuevo Centro de Atlas para América Latina (CLA), si quiere concer más del mismo, y cómo colaborar, puede ingresar aquí. Como siempre, si quiere recomendar esta newsletter a amigos o familiares, es muy simple, y si nos quiere hacer llegar algún comentario, lo puede hacer aquí. Por último, finalmente tenemos nuestra cuenta de twitter funcionando, así que si nos quiere seguir allí, bienvenido. ¡Buen fin de semana!

Martín Aguirre | Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero | Editor

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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