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Jorge Chavarría Hoyos, el misterioso abogado que apareció en el caso Juan José Dorado

Le contrataron otras personas para comunicar a la familia que el joven murió.

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Luego de que Juan José Dorado Gonzales partiera del aeropuerto El Trompillo en la avioneta matrícula CP-3172, piloteada por Ernesto Cortés Tomas, su padre, José Gary Fernando Dorado Castro, comenzó a peregrinar en busca de información que lo condujera a su hijo, con la consigna de encontrarlo vivo o muerto.

En su declaración en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen y en la Fiscalía a la que accedió el diario El Deber, Dorado Castro, veterinario de profesión, reveló que vive una especie de viacrucis y relató la misteriosa aparición del abogado Jorge Chavarría Hoyos.

Primero, fue a El Trompillo en busca de información. En el aeropuerto le dijeron que no sabían nada de su hijo; después recibió la confirmación de que voló en la avioneta acompañado por Cortés Tomas. Recibió llamadas telefónicas, como la del abogado Jorge Chavarría Hoyos, quien le informó  que Juan José había muerto en un accidente junto al piloto.

También le dijo que tenían previsto repatriar el cuerpo para entregarlo a los familiares y que le devolverían su automóvil. Incluso, Dorado Castro se reunió con el jurista con la esperanza de recuperar el cuerpo de Juan José. Aseguró que le dieron el nombre del dueño de la aeronave y su número de teléfono. Sin embargo, cuando llamó, contestó el misterioso abogado.

“Diga usted de manera minuciosa y detallada con relación a la desaparición de su hijo Juan José Dorado Gonzales, de 27 años”, fue el cuestionamiento que hizo el investigador de la Policía a Dorado Castro.

“El día 7 de julio, a las 07:30, llamé a mi hijo por celular del número 72160357, que es el mío, al teléfono de mi hijo, 67278565, para pedirle que vaya a recoger a su mamá. Respondió que no podía porque él estaba en El Trompillo e iba a volar. Le pregunté, ¿dónde? y respondió: por acá nomás. Él se comunicó vía WhatsApp con su madre para decirle que no podía ir a recogerla por que se encontraba en El Trompillo”, listo para volar, respondió el padre del joven.

Según el testimonio, fue el último contacto que hubo con él. “A partir de ahí no sabemos de su paradero. El día sábado fui por la mañana a El Trompillo, y el señor Abel Emilio Flores aseguró, en primera instancia, que no había registro de salida de mi hijo del aeropuerto. Luego nos pidieron que ingresemos a las oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico y enseguida regresó este señor con un papel y dijo que ya tenía información. Confirmó que mi hijo salió como pasajero el día jueves con destino a un lugar llamado Cupesí. Nos proporcionó el número de celular 63466613, que estaba como referencia en el plan de vuelo”.

El papá de Juan José relató que en esa oportunidad habló también con el dueño de la escuela de pilotaje CIA 101, donde estudió su hijo. Reveló que el hombre no sabía nada de Juan José. Además, señaló que no lo había visto porque al terminar sus estudios se acabó la relación con la escuela.

Dorado Castro aseguró en su declaración que después se dirigió a la fuerza anticrimen para denunciar la desaparición del joven. Cuando esperaba para sentar la denuncia en la Policía, recibió una inesperada llamada.

“En el momento que estaba esperando en esta oficina de la Felcc recibí una llamada telefónica. La persona se identificó como abogado y dijo que recibió comunicación de otra gente que tenían datos sobre mi hijo. El abogado quería hablar personalmente conmigo y respondí que sí”, relató el padre.

Dorado Castro señaló que cerca de las 19:30 se reunió con el abogado, que inicialmente dijo que se encontraba por la zona norte, pero al final se reunieron en unas oficinas en la zona de Equipetrol.

“Ingresamos a una sala de reuniones  donde  nos dijo que fue contratado para darnos la noticia que un avión se había caído con dos tripulantes y que ambos habían muerto. Pidió a la familia que lo ayudemos a repatriar el cuerpo. También nos dijo que nos devolverían el auto de mi hijo. Una vez recibida la noticia manifesté que lo más importante era recuperar a mi hijo y qué tenía que hacer. Respondió que fue contratado como abogado y que otras personas se iban a comunicar conmigo”.

El padre de Juan José dijo a la Policía que ese mismo día, alrededor de las 22:00, lo llamó otra persona desde un número desconocido. Era un hombre que ratificó que el joven murió en un accidente aéreo. Tenía conocimiento de lo que conversó con el abogado Jorge Chavarría Hoyos. El hombre también mencionó que  ellos se harían cargo de la repatriación del cuerpo de su hijo y que le devolverían el auto.

“Yo le pregunté cuándo me devuelven a mi hijo, que es lo único que me interesa. Contestó que el lunes porque mañana (por el domingo)  llegará el otro cuerpo a Santa Cruz, refiriéndose al piloto Ernesto Cortés”.

El padre también preguntó porqué no llegarían los dos cuerpos juntos. El hombre dijo porque se acordó con el abogado, que estaba a cargo de la coordinación, que el cuerpo de Juan José llegaría el lunes y el domingo el del piloto.

El domingo Dorado Castro recibió llamadas y mensajes de desconocidos. Decían que no crea nada de lo que mencionaban de su hijo, mientras no lo vea. Aseguraban que estaba vivo. Luego se comunicó con uno de los compañeros de estudio y amigo de su hijo. Le respondió que hacía tiempo no veía a Juan José. Sin embargo, comenzó a tener fe de que su hijo estaba vivo porque recibía mensajes de aliento.

Dorado Castro aseguró que en su peregrinar surgió el nombre de Luis Cuéllar como el dueño de la avioneta CP-3172. “Al conocer el nombre del propietario de la nave, y como mi hijo estudió pilotaje en la escuela CIA101, llamé al instituto para preguntar si conocían al señor Luis Cuéllar; me respondieron que la escuela alquilaba el hangar a Luis Cuéllar para guardar sus aviones. Me proporcionaron el número de teléfono que supuestamente estaba en los contratos de alquiler del hangar”.

“Sin embargo, el número correspondía al abogado Jorge Chavarría Hoyos, el mismo que me comunicó que mi hijo estaba muerto. Lo llamé y le pregunté por qué tenía el número del señor Luis Cuéllar, pero me indicó que no sabía y que seguro hay una confusión porque él era abogado de los pilotos civiles”, relató Dorado Castro en su declaración informativa.


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