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Tenía pensado escribir sobre el orgullo de ser cruceño; de haber nacido en una patria que fue libre, allá en febrero de 1825 tras de 15 años de luchas duras; de idas y vueltas de esos criollos que, producto de su mezcla con los españoles buscaba ser libres y, en efecto lo fueron.
Desde febrero hasta agosto de 1825 fuimos libres de todo y del todo; consolidamos la patria cruceña, Santa Cruz de la Sierra, como nos nombró el Capitán don Nufrio (Ñuflo) de Chaves (si, con s). El 6 de agosto decidimos ser parte de la República que se creó, a pesar de que don Simón José Antonio de la Santísima Trinidad de Bolívar y Palacios no estaba de acuerdo, pero… hábiles en el arte de adular, a los otros libres, de La Paz, Cochabamba, Potosí Charcas, se les ocurrió poderle el nombre de República de Bolívar y listo. Tenemos que recordar la carta de Sucre a Bolívar diciéndole que el Perú y Argentina no tuvieron interés de que seamos parte de ellos (seguramente estábamos muy lejos) … de manera que, pudieran haberle puesto el nombre que haya sido, hubiéramos nacido igual, pero, ahí estamos, nos llamamos Bolivia y aquí estamos, luchando para ser algo y, desde Santa Cruz, con Gobiernos que, cuando nos creamos como república, nos consideraban simplemente los confines alejados y los de ahora, el sitio a “avasallar”, para hacer una “patria” de la que entienden muy poco.
Ellos, los gobiernos no entienden que si algo caracteriza a este país es su diversidad y que ese es, probablemente el primer valor a incentivar, pero, el populismo tiene la ida de imponerse y aquí estamos, una vez más, enfrentados por un censo, por el modelo productivo, por los organismos genéticamente modificados… en fin, siempre habrá porqué estar enfrentados; eso lo sabemos y aunque molesta, no podemos dejar de imponer el modelo con el que nacimos y fuimos consolidando probablemente desde el Memorándum de 1904 que, es lógico entenderlo, venía con ideas del siglo XIX y proyectaba el XX…
Hubiera sido bueno escribir del orgullo de ser… pero el presidente Arce se cruzó en el camino y, producto de que no nos conoce, dijo que “algunos se creen dueños” de Santa Cruz, sin saber que todos somos dueños de Santa Cruz y somos, al mismo tiempo “de” Santa Cruz, es un asunto de pertenencia; así sentimos los cruceños y por eso tenemos nuestro modelo que da resultado, porque ya igualamos o superamos, incluso, los niveles económicos de antes de la pandemia, cosa que el país aún no puede lograr, lamentablemente porque el “modelo” de Estado se convierte en un lastre muy pesado.
Dijo el presidente que hay intereses mezquinos en algunas personas como si pedir el Censo que le va a hacer bien al país sea una mezquindad; cuando es cada vez más evidente que la mezquindad es negarle a la gente el derecho de saber no sólo cuántos somos y cómo estamos si no, qué nos falta y dónde debemos ajustar para salir del último lugar permanente en Sudamérica… eso es mezquino, eso es ruin; tener cálculo político para retrasar redistribuciones parlamentarias, el debate sobre un nuevo modo de distribución de ingresos coparticipables (Pacto Fiscal), imprimir una nueva tónica a la Autonomía, abrir las posibilidades de los Departamentos.
Eso no lo van a entender, siguen en los discursos “sigloveinteros”, como si no les hubiéramos descubierto que el discurso de odio y de inexplicable resentimiento se debe a la incapacidad de entendernos y aceptarnos así como somos; a nosotros no nos estorban las particularidades de ninguno de los departamentos del país; nos preocupan, es verdad sus imposibilidades de generar condiciones para evitar que abandonen sus tierras y a sus familias y orígenes, sólo porque a los gobiernos no les da la gana que cambien patrones de producción y de comportamiento, cuando es un hecho que en algunos sitios como el Alto y las laderas paceñas, por poner u ejemplo ya hay jóvenes que persiguen otros sueños y ya no los expresan como “lamento boliviano” (me refiero a la música), sino en rap, en hip hop; en murales que expresan su orgullo por sus raíces pero que no piensan vivir de ese modo; es la globalización y la universalización cultural, así no les guste a los que gobiernan.
Como no podemos apartarnos del análisis político, me dio pena escuchar eso de que “el pueblo no tiene patrones”, cuando veo y recuerdo que, desde que Evo Morales fue presidente por primera vez, el pueblo fue usado como vasallo con obligaciones de estar en manifestaciones y salir en apoyo del jefazo, ahora no hay jefazo, ahora hay otra construcción simbólica, “Lucho-David”, a la que hay que ir a jalear hasta que se hinchen las manos, y poner de su plata para pagar transporte, para hacer banderas o para el bolsillo del dirigente; son los que sufren el descuento para fiestas, para concentraciones, son los que una vez terminada la faena deben recabar el ticket de asistencia, caso contrario, aparte de haber “puesto” para la previa, sufren descuentos del salario. Eso ocurrió también en las dictaduras, que triste constatar que no se diferencian en comportamientos.
Eso se lo ve en todos los espacios, En el gobierno central, en las alcaldías y gobernaciones; el aporte para el partido; así no se sea militante; ese es el impuesto que se paga porque les dieron trabajo y al que no le guste… “que se mande a mudar. ¿Y, el presidente viene a decirnos que el pueblo no tiene patrones? Por favor, tiene patrones- mayorales- capataces – jefes o jefazos… no hay manera que eso pueda evitarse porque la necesidad es grande.
Y es atrevido eso de que no tenemos líderes… sólo los que viven buscando quién les dirija el camino necesitan a quién llamar jefe; los libres, los cruceños, sabemos que en este momento no tenemos figuras destacadas en la política es una evidencia pero no un problema, porque cuando eso ocurre, miramos al otro lado; miramos a los que representan todo lo dicho por Oscar Mario Justiniano en la inauguración de FEXPOCRUZ; a los que se levantan con el sol de la mañana a producir en el campo, a hacer funcionar las máquinas en las fábricas, los que experimentan con plantas, buscan nuevas variedades, añorando las licencias de necesarios eventos transgénicos para no tener que ampliar las áreas de siembra y sacar mayor rendimiento en las mismas tierras en soya, maíz, caña, algodón, chía, quinua (ahora ya la tenemos tropicalizada) y otros productos; son los que seleccionan vacas, los cerdos, para cruzarlos buscando mayor rendimiento para alimentar a la gente; están los que inseminan, los que construyen edificios, casas y los que hacen “startups”, los que innovan permanentemente. En fin, ellos con lo que hacen, estamos “a la “pre” con la exportación de hidrocarburos que nos fueron tan útiles a los cruceños cuyas élites cívicas sabían por qué peleaban esas regalías que instituyó don Germán Bush Becerra, otro cruceño, allá en el 1938 y que hubo que arrancarlas con sangre, sudor y lágrimas.
Esas regalías fueron nuestro “jisunú”, ahora están mermadas porque los Evos y Luchos que nunca van a faltar, dejaron de buscar, de explorar en la cantidad necesaria y están secando los pozos que dejaron otros y que consolidó para el país Hormando Vaca Díez, otro cruceño… es que tenemos u destino, así que no se preocupen por nosotros, que si tenemos liderazgos o no… ese es asunto nuestro, vamos a seguir, vamos a hacer, como dice el Memorándum:
No pedimos … que nos traigan el progreso… . Tal vez ellos necesitan más de ese progreso que nosotros; el progreso vendrá paulatinamente, nosotros lo obtendremos con nuestros esfuerzos.
En serio,, no se preocupen por nosotros, estamos bien, tenemos, como nuestra principal enfermedad, una salud de hierro (fierro); si quieren hacer algo con sentido común y mirada de futuro, hagan el Censo el 2023, al menos una vez… cumplan la Constitución y déjense de joder.