OpiniónInternacional

Argentina 2023, final abierto

La segunda vuelta argentina se definirá entre Sergio Massa y Javier Milei. Para muchos votantes será una elección difícil, signada por miedos. Por un lado, a la continuidad kirchnerista, por otro, a experimentos de final incierto. Argentina sigue dando sorpresas.

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Por Carlos Fara1

El electorado argentino no termina de dar sorpresas. Luego de que en las primarias abiertas y obligatorias del 13 de agosto se encumbrara al libertario Javier Milei, diez semanas después, en la primera vuelta, el ganador fue el candidato oficialista Sergio Massa. Al mismo tiempo ministro de economía con un record de inflación del 140%, lo que no sucedía hace 32 años. Ahora todo se definirá en el balotaje del 19 de noviembre.

La pregunta natural que todos los observadores se hacen es cómo puede ser que el responsable directo de una debacle económica en Argentina tal pueda ser el más votado, pasando la oficialista Unión por la Patria (UP) de obtener el 27% en aquellas primarias, a lograr el 37% en esta ocasión. Esto responde a una sumatoria de factores, en donde hubo aciertos propios y errores ajenos.

En primer lugar, el candidato – ministro Massa echo mano de una infinidad de ayudas estatales, lo que localmente se popularizó como el «plan platita», destinadas a paliar los efectos de corto plazo de una inflación descontrolada. Dichas medidas, más allá de lo estrictamente económico, mostraron 1) preocupación social, 2) iniciativa en la emergencia, y 3) suficiente audacia para manejarse en una situación crítica, como «piloto de tormentas».

Campaña del miedo

En segundo término, operó hábilmente una llamada «campaña del miedo», en donde apuntó en las dos semanas previas al comicio una comparación entre el costo que tendrían ciertos servicios sociales públicos –transporte, energía, medicina- con Massa respecto a cuál sería el precio con los principales opositores, Javier Milei Patricia Bullrich. También se agitó el rechazo a propuestas como romper las relaciones con el Vaticano, o tener el derecho a desconocer la paternidad de los hijos si no hubiese consentimiento de que progrese un embarazo, cuestiones que afectan sensibilidades profundas y populares.

El tercer punto, es que Massa logró convertirse en protagonista absoluto de su propia campaña y hombre fuerte del gobierno en Argentina, sin que haya incidencia sustantiva del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Hubo un disciplinamiento estratégico importante, aún de aquellos sectores internos de UP muy críticos del perfil del candidato. Con esto, el ministro se convirtió temporalmente en el líder absoluto del espacio. Esto contrastó con muchas dificultades de conducción en el caso de Bullrich, y algunos dislates públicos por parte de dirigentes muy cercanos a Milei.

Ministro competitivo

Esos cuatro factores dan el contexto a la gran pregunta: ¿por qué Massa, con esta crisis económica, sigue siendo competitivo? Veamos cómo funciona el proceso decisorio.  Cuando un ciudadano llega a la mesa de votación, opta entre alternativas. De modo que, si el ministro parece horrible, pero le tiene más miedo a Milei, la respuesta es sencilla. De vuelta: «el menos malo»«preferible malo conocido que loco por conocer»«fulano es de terror, pero a mengana le falta fuerza», etc. En los juegos proyectivos que utilizamos habitualmente en los grupos focales para identificar los criterios sobre la elección entre candidatos, entre el tigre y la rata, la mayoría opta obviamente por el felino, pero ¿entre el burro y la rata? A regañadientes se elige al burro, aunque no sea el animal ideal que asocian con un líder.

No debe olvidarse que la política contemporánea se convierte muchas veces en la elección del «menos malo»: se elige por descarte, no por entusiasmo con el preferido. Esto ha funcionado entre Biden y Trump, entre Macron y Le Pen, entre Lula y Bolsonaro, o entre Boric y Kast. Para muchos ciudadanos, las opciones distan de ser las ideales.

Aumento en la participación

En lo que respecta a la demografía electoral, hubo un crecimiento en la participación de ocho puntos, pasando del 70% en las primarias al 78% este domingo 22 de octubre. Eso representa adicionar tres millones de votantes, lo cual puede alterar cualquier escenario previo, como sucede habitualmente desde 2011. Al mismo tiempo se redujo mucho el porcentaje del voto en blanco. En este marco, Massa fue el gran beneficiario del crecimiento de la torta, incrementando el capital de UP en 2,5 millones de apoyos. La fuerza de Milei, La Libertad Avanza, creció poco más de 300.000 electores. Y la tercera fuerza en discordia, Juntos por el Cambio de Patricia Bullrich, fue la única de los cinco candidatos en competencia que obtuvo menos votos absolutos en la general respecto a las PASO, marcando otro hecho inédito.

El candidato oficialista logró mejorar notablemente el desempeño de UP en los barrios populares, en los cuales había sacado ventaja Milei en agosto. De este modo, no solo crece diez puntos porcentuales, sino que además frenó un eventual crecimiento exponencial por parte de su adversario libertario. La candidata de Juntos, por su lado, hizo una elección magra. Solo se impuso en distrito, la ciudad capital, arrastrando a una mala cosecha a sus listas para cargos legislativos, perdiendo nueve senadores nacionales.

Javier Milei y Sergio Massa. Fuente: La Razón

El centro moderado

Con toda esta información, ahora la foto sobre el electorado argentino es más acabada. Muestra que está menos predispuesto a situarse en los extremos, como pareció sugerir el resultado de las primarias. Es un fenómeno natural: cuando más gente participa, se diluye el poder de las minorías intensas, las cuales se escuchan más en las redes sociales.

Ahora los dos finalistas deberán ir a competir por el «Santo Grial» del electorado argentino: el centro moderado. Ambos deben huir de la vehemencia y la disrupción, para serenar su oferta. El escenario sigue siendo de una gran demanda de cambio. Sin embargo, el instrumento para expresarlo no es una figura común, sino que es alguien que ha hecho su cosecha como anti statu quo, que ahora deberá sumar apoyos políticos de aquellos que crítica furibundamente.

El ministro – candidato Massa, por su parte, es un político muy experimentado y hábil. Es criticado por sus oscilaciones de posicionamiento a lo largo de su historia, lo cual genera mucha desconfianza en amplios sectores.

Argentina sigue dando sorpresas y deja un final abierto.


1Consultor político especialista en opinión pública, campañas electorales y comunicación. Ha participado en campañas electorales en Argentina y Latinoamérica. Premio Aristóteles a la Excelencia 2010.

*Este artículo fue publicado en dialogopolitico.org el 25 de octubre de 2023

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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